martes, 1 de septiembre de 2015

51) LAS "MARIAS" DE LA CARRETERA ~
 
Hoy al correr mis cortinas después de un reparador sueño, mi atención se imantó en María, una pequeña de 7 años. Verla sumergida en su infantil sueño, aletargada del frescor del amanecer  por el chaleco reflectante, cual sabana, que llevan sus jóvenes padres(35 años) a bordo de su furgón de reparto con el que ser recorren a diario la provincia de  Córdoba, descargando productos paletizados o de paquetería.  Escribo se recorren, porque  según me  contaron tanto conduce él, como le releva su mujer para cumplir con sus órdenes de descarga en forma de albaranes. Es más, quien obtuvo el Título de Transporte que les permite ganarse el sustento familiar fue ella. Durante la espera para descargar esta mañana se entretenía dentro de su furgón mesándose su larga trenza recogida tan magistralmente que bien podía ser esta profesional del volante quien instruyó a los mozos de cuadras y acicalamiento de los caballos de Pablo Hermoso  de Mendoza.¡Que trenza tan bonita....!
 Existe una  leyenda  o dicho que  reza: "que la mujer española más bonita es la cordobesa" muy promulgada en todos los mentideros masculinos, y al contemplar a la madre de María, puedo asegurar que así es. Pues es una mujer no muy alta de estatura, pero muy bien hecha de formas, con una piel  tan morena que no le hace falta ponerse al Sol que más calienta; por lo que el "moreno camionero' que denominan algunos cuando nos ven a l@s conductor@s profesionales en bañador o bikini en la piscina o playa, a esta furgonetera no se le nota.
 Son muchos los kilómetros que recorren a diario por carreteras  en las que Jesucristo perdió la sandalia y no se acordó de volver a buscarla en su furgón portando diversas mercancías que bien alegran el día a quien las recibe, porque la paquetería o grupaje es una modalidad de transporte que sólo unos pocos profesionales están capacitados para poder desarrollarla, ya que el cargar o descargar un sobre aquí, un paquete allá, y un palet más allá, agota y de que manera, a quien desarrolla esta actividad inferior por volumen  del escalafón del transporte, pero tanto o más necesaria que la realizamos los camiones de gran tonelaje.
 La protagonista principal de este relato, una vez desperazada tras su sueño bajo el chaleco, empezó a corretear por la zona de espera del almacén donde nos encontrábamos sus padres y yo charlando; cuando se cansaba de su trote se colocaba a nuestro lado imitando a su padre en la barandilla anterior a la zona de descarga. Sus cabellos rubios y su mirada pizpireta hacen de ella una preciosa niña. Si le preguntas si le gusta la carretera, dice que le encanta.
Debe ser verdad porque a pocos días de empezar el cole va a tener suficiente material memorizado en su cabeza para afrontar con seguridad, aquella redacción que tanto a sus padres, como a quien escribe este relato nos hacían redactar los maestr@s en los primeros días del curso académico, para después leer en voz alta.  Si los profesores de hoy en día siguen promoviendo esta práctica de narrar por vía escrita oral las vivencias de las vacaciones a lo mejor caen en la cuenta, como yo, que las redes sociales virtuales, no dejan de ser como la redacción de la escuela, pero al momento, que no de meses de asueto y encima con imagen de fotografías o vídeos. Quizás porque ya nuestro entorno más cercano conoce nuestro día a día, con sus aventuras y desventuras a nivel de lista de amigos virtuales o twiteras, pero no todo el mundo conoce la historia de María y sus progenitores, quienes casi todos los días del verano los pasan juntos en su furgoneta ganándose la vida en la carretera, almorzando de vez en cuando alguna tostada, como era el deseo de la pequeña transportista a eso de las nueve de la mañana cuando se enteró que los almacenistas cerraban la puerta del almacén por espacio de una media hora para degustar sus viandas tempraneras, provocando con ello la inquietud de sus padres, quienes bien sabían que les quedaba mucho reparto y kilómetros por delante, y bien apretados de tiempo.
  Escritores famosos narran en las entrevistas de promoción de sus obras literarias que la mejor escuela de vida es el viaje, y esta camionero lo afirma, pues lleva desde los once años viajando por estudios y por su profesión desde los 19 años, y lo que no me enseñaron mis padres y profesores, lo he ido aprendiendo en los viajes, sean en tren, autobús y sobre todo en el camión. Prueba de ello es la escritura de este relato inspirado en una pequeña que me ha encandilado y ha conseguido que afrontase un nuevo día con la mejor de las sonrisas, y sobre todo con una compañía esporádica, mientras duró su descarga, la cual es importante porque la compañía es el mejor antídoto contra la soledad en cabina...
   ¡ Feliz viaje familia...!

Nota: relato dedicado  a todas las mujeres que han decido ganarse la vida conduciendo los diferentes vehículos industriales y de pasajeros que circulan por nuestras carreteras. Quien sabe si de aquí a unos años, cuando pase por Córdoba veré a María de nuevo, pero ya conduciendo su propia furgoneta, camión, e incluso autobús... porque "escuela" ya va adquiriendo desde pequeña y de la mejor...Porque tiene unos padres que bien hacen gala del dicho castellano:
   - "Que la unión, hace la fuerza"
Y sobre todo en la carretera

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