Cuando un camionero se apea de su cabina al finalizar su jornada de trabajo puede encontrarse con multitud de sorpresas que bien le harán sentirse dichoso, dentro de la negatividad que supone estar lejos de su hogar, y sobre todo de su gente.
Esta tarde el paseo obligado para desconectar de la oficina rodante me ha dado la satisfacción de escuchar en las proximidades al Centro de Transportes de Cáceres a esta banda de música de la que destaco su juventud, pues las edades de sus miembros están comprendidas entre los 11 años del más pequeño, quien ataviado con una camiseta de fútbol anaranjada bien que hace sonar su corneta, hasta los 35 más o menos que cuenta una de las chicas.
Alrededor de estos jóvenes permanecen algunas madres de los más jóvenes contemplando el ensayo de sus amigos y familiares.
La banda fue creada por el padre y alguno de sus hijos, amparados por el apellido Cantero allá por 1996.
Como bien me han recordado en una fecha próxima se cumple su 20 aniversario amenizando certámenes, el día 12 de Septiembre lo tienen en su Cáceres natal. Así como procesiones de Semana Santa en distintas ciudades de nuestra geografía nacional.
Merece la pena destacar el esfuerzo que hacen cada uno de los miembros de esta banda, pues como cualquier joven de su edad, me quiero imaginar que les gustaría estar disfrutando de otros menesteres, y sobre todo en un atardecer de verano ya agónico.
Pero quien se deja atrapar por la interpretación musical, bien sabe como dosificar su tiempo para no abandonar esta pasión tan legendaria. La pasión por la música que la trasmiten a quien les escuchan, pues no sólo quien esté a su verá disfrutando de sus ensayos.Los cuales tienen su protocolo, pues antes de juntarse en un círculo perfecto alumbrados por las farolas de la explanada, cada formación de instrumentos ensaya por separado. Pero que bien lo hacen o suenan, que desde la lejanía parecía que estaba tocando todos la misma pieza musical, aunque cada grupo de instrumentos estuviesen a lo suyo.
Observando su ensayo, debo destacar la presencia de un niño, quien subido sobre pequeña moto propulsada por sus pies, lleva en una de sus manos una trompeta, y de vez en cuando intenta imitar a su padre, quien la hace sonar de maravilla.
Si hay una particularidad que se debe destacar es que los instrumentos no entienden de sexo, pues lo mismo un joven toca la trompeta, como una chica hace brivar un gran bombo colgado de su hombro. Por lo que si algún padre escucha el deseo de su retoño de querer tocar un instrumento que consideran inadecuado por su tamaño para el rapaz, no le impidan cumplir con su ilusión, pues alguna chica de esta formación músical me ha comentado que cogieron las baquetas cuando eran bien pequeñitas, y vaya como el tiempo y la práctica en los ensayos han conseguido que suenen de maravilla.
Algo debe tener la música de estas formaciones que alegra el espíritu y el alma, haciendo encoger el corazón a quien escucha sus melodías; las cuales, una provocan alegría, y otras bien que hacen brotar las lágrimas. Esta tarde estos chavales y chavales han conseguido emocionar a una camionero solitario, pues sus notas y sones escuchados en la lejanía horadaron en sus recuerdos de vida, quizá porque en su pasado profesional trasladó durante varios años en autobús a una banda militar, pudiendo disfrutar de sus piezas musicales fuesen militares para según que actos, pero también ciertas marchas para los pasos de Semana Santa.
Al acabar sus actuaciones, y tras reemprender el viaje de regreso al Cuartel, el bullicio de la ida, pasaba al silencio más recogido, intentando conciliar un sueño reparador que les recuperase de su esfuerzo interpretativo al mismo tiempo de su obligado paseo cargados con su instrumento por las calles del pueblo o ciudad en los que se celebrase el evento. Quizá por ese esfuerzo disfrazado por notas y tonos en el ensayo de "Sones de pasión" algunas botellas de agua y botes de ciclismo contemplaban desde el suelo la interpretación del músico, quien entre pieza y pieza echaba un sorbo para poder continuar con el ensayo en perfectas condiciones de entonación.
A medida que el ocaso del día dibujaba hacia el Oeste una imagen natural de postín, la banda cacereña "Sones de Pasión" nos embriagaba a quienes por allí disfrutaban de un paseo, una vuelta en btt, un rato de entreno de carrera continúa, así como de un garbeo con la mascota de la familia.
¡ Sones de Pasión..!
Nota: es que hasta el nombre suena bonito...
No hay comentarios:
Publicar un comentario