50) EL PICO BLANCO: UN LUGAR IDÍLICO
Cualquier persona bien sabe a donde dirigir sus pasos para encontrarse consigo mismo. Cualquier lugar puede ser el ideal para según que estado de ánimo en el que se encuentre su asiduo o esporádico visitante.
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La Pesga (Cáceres) y su entorno natural |
En mi caso, yo tengo uno en cada puerto, lugar que no amor. Pues por mi trabajo puedo estar asiduamente en diversos destinos cada semana, lo que permite tener seleccionados ciertos rincones, sea en baluarte como a pata llana(que dice algún conocido mío, por poder llegar hasta ese lugar sin tener que superar escalones o desniveles) donde poder disfrutar de ese momento en el que unas vistas o la tranquilidad regente, me hacen sentir dueño y señor del momento.
El "Pico Blanco" es el punto más alto desde donde se puede contemplar La Pesga ( Cáceres) y el Pantano de Gabriel y Galán, con sus recules diversos que buscan en la base de las prominentes sierras el agua procedente de las lluvias, que bien que se concentran en este lugar en la época otoñal. Algunas veces las tormentas se caracterizan por una abundante precipitación, que a mis allegados les comento en tono jocoso que La Pesga por su entorno geográfico parece la base de un "orinal".
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Vista panorámica Embalse Gabriel y Galán |
Poder otear el horizonte desde los aproximados 800 mts sobre el nivel del mar es un privilegio al alcance de quien intenta llegar hasta este vértice geodésico, ya sea en todoterreno, quad, btt o en el mejor medio de transporte que existe: el coche de san Fernando, un ratito a pie y otro caminando.
Este "medio" común para todo ser humano es el más recomendable, y el que yo prefiero para llegar a este baluarte natural de la Comarca de Trasierras de Granadilla, cercana a la coqueta ciudad extremeña de Plasencia.
El inicio de esta ruta a pie es complicada para quien no esté acostumbrado a pasear con asiduidad, pues el desnivel inicial desmoraliza desde la misma carretera comarcal que cruza La Pesga buscando Mohedas de Granadilla o el Cruce de Mesa Santa con la carretera que une Salamanca con las Hurdes, famosa comarca de la Extremadura más histórica, muy recurridas por distintos artistas en variados estilos, ya sean del cine, televisión, literatura, pintura... etc.
Esta ruta senderista marcada con el n°10 en hitos de madera perfectamente localizados por la mirada del senderista, por estar coronados por una pintura azul intenso, así como flechas del mismo color bien plasmadas sobre ciertas piedras de pizarra, que por su situación en cruces y veredas, ayudan al caminante en su ansiado objetivo de llegar a la cumbre.
A lo largo del recorrido, por pistas o caminos agrícolas de buen piso, aunque debo mencionar que abundan, pequeñas piedrecillas sueltas, al ser la base principal de su construcción la zahorra para que estas pistas puedan aguantar el envite de las distintas maquinarias, sea tractores con neumáticos o de cadenas, así como los todoterrenos, y ciertos camiones de pequeño tonelaje que abastecen de materiales de construcción para levantar casetas agrícolas y casas de asueto vacacional o de fin de semana.
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Miguel, joven colmenero pesgano ante
distintos utensilios empleados en
la recolección de miel |
Sin olvidar los camiones de los colmeneros, por ser este entorno y sus pueblos unos buenos productores de miel, cuyas obreras aladas, por las abejas, bien cuentan en privilegiados promontorios, con sus factorías en madera, por las colmenas, donde asisten y protegen a su reina, produciendo este dulce reconstituyente para el recuperar o evitar el resfriado.
A medida que el peregrino busca la cumbre, pues esta ruta en algunos tramos, sobre todo los dos últimos kilómetros hacen pensar al caminante que está pagando su particular penitencia, por su falta de previsión o exceso de confianza al creerse que el día agosteño era fresco por ver oscilar los adornos y banderolas que engalanan las calles pesganas por ser las Fiestas de la aceituna, ya que este fruto es el que ampara la economía de muchas familias de este entorno extremeño.
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La recolección de la aceituna, y su posterior conversión
en aceite conforman el medio de vida de muchas familias |
Menos mal que la riqueza natural con el que cuenta este coqueto pueblo extremeño, cuenta con distintos árboles frutales que bien avituallan al senderista cuando empieza a obsesionarse con el deseo de beber agua.
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Algunas sombras aportan el mejor oasis para el ascenso
en tiempo veraniego |
Unas brevas, moras, melocotones y manzanas bien pueden aportar ese aporte de glucosa necesario para coronar el Pico Blanco, o bien para que ayuden en el descenso para completar la consecución de un sueño, deseo o reto deportivo o de pasatiempo.
No se preocupe si decide completar esta ruta por los meses de Mayo o Junio, que bien puede avituallarse con unas cerezas, que sin ser del Valle del Jerte, no tienen que envidiarlas por no gozar de tal distinción denominadora de origen. También se dan muy bien las ciruelas, granadas...en fin que cualquier pintor que se precie, bien podía reflejar un bodegón pesgano de frutas para la posteridad.
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Las ferias de muestras bien acercan
al público las viandas más suculentas
que hacen que el visitante
se sienta colmado de atención
y cariño que aporta
las gentes sencillas
de Extremadura |
Una vez que el deportista, senderista, aventurero hace cumbre, el cansancio por el esfuerzo se aletarga, para dejar que las sensaciones agradables de sentirse privilegiado por disfrutar de un bienestar indescriptible, por poder contemplar unas panorámicas a vista de águila, pero sin desplegar alas, ni las patas del suelo.
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La Pesga, y su entorno desde
El Pico Blanco |
Una vez que el estrés semanal se disipó en las alturas, el peatón rural desciende hacia el reencuentro de la vida en el pueblo, pero sin perder de su perspectiva al Pico Blanco, esa atalaya natural desde la que cualquiera se puede sentir un privilegiado, por señor o señora de su momento....
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Distintos dulces típicos
con los que el visitante o convidado
es agasajado en celebraciones privadas
y eventos públicos.
Disponibles para su venta
en tiendas, ferias y supermercados |
Por contemplar sus dominios, que sin ser feudales, le han sido otorgados por ser nacido o pacido, cuando no recompensado por casamiento con una moza o mozo criado en este privilegiado entorno situado, no lo olvide en La Pesga (Cáceres) en Extremadura, una región que aunque su nombre diga que es extrema y dura, sea por su calor estival, como el frío invernal, no deja de aportar calidez espiritual a quien se acerque o llegue, sea en coche, moto, autobús o en el mejor medio de transporte... el de san Fernando, el mismo que te permite conocer a la gente sencilla y de noble corazón, que bien te tratará ya sea al pie de una buena mesa bajo el cobijo de su morada, o las faldas del Pico Blanco al raso, con unas buenas migas extremeñas en el almuerzo o una caldereta de cordero o cerdo en la cena.
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El Pico Blanco, tras el descenso |
En definitiva que por La Pesga y su entorno caminarás, te avituallarás de forma natural si la necesidad aprieta, y para colmar tus aspiraciones podrás degustar distintas viandas y postres caseros que bien te harán rechuparte hasta los mismos dedos, para recuperar fuerzas y la ilusión por retornar a este bello pueblo y ascender a su Pico Blanco, el mejor lugar para soñar despierto..
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