59) LA "DESPENSA" DE LOS CAMIONES~
La vida camionera tiene sus contra direcciones , y sobre todo cuando llega el Viernes; porque mientras unos camioneros conducimos nuestro camión hacia nuestro hogar para reunirnos con nuestros seres queridos, después de estar fuera de casa toda la semana; otros colegas se dirigen a "casa Cristo". Que se diría, si no en mi pueblo, quizá también en el suyo, para expresar que alguien se va muy lejos.
No todos los chóferes, sean asalariados o autónomos, pueden disfrutar de una estancia en casa para realizar las perceptivas 45 horas de descanso semanal, sino que por su destino han de proseguir viaje, llegando a darse el caso, que algunos de ellos han cargado al lado de sus hogares, y no poder parar un rato, para tomar una ducha.
Ante este tipo de situaciones o viajes, para evitar gastos superfluos, lo mejor es aprovisionar el cajón o despensa, alojada en la misma cabina o en la mayoría de los casos en el remolque, donde mejor se conservan, según los entendidos; pues siempre la temperatura exterior será inferior a la del interior de la cabina, si el vehículo está estacionado. Cada vez son más los camioneros que se ven obligados a cocinar sus comidas a pie de calle o parking donde esperan por sus cargas o descargas, para no dilapidar su sueldo en los restaurantes. Puedo dar fe, que algunos camioneros hacen unos guisos tan especiados, que bien le incitan a uno, a pedir fonda...en vez de ir al restaurante.
Hace un tiempo, tras haber agotado mi horario de conducción en la noche del Jueves al Viernes, decidí hacer mi descanso de 9 horas, en Miranda de Ebro(Burgos) a escasas cuatro horas de mi ciudad de origen. Mientras preparaba la cabina para el descanso, que presentía largo, echando las cortinas que dan intimidad a mi alcoba trashumante, llamó mi atención un hombre, quien tirando de un carrito de la compra con ruedas, cargado hasta los topes, se dirigía hacia donde estaban aparcados varios camiones.
Este hombre, quise creer, que por sus hechuras, era un camionero que venía de realizar su compra para tener su estómago bien atendido, al menos durante el fin de semana. ¡No me equivoqué! Detuvo sus pasos al lado de un camión próximo al mío, en el que descargó su carrito de la compra recién adquirida en uno de los dos supermercados aledaños.
Una vez hubo dispuesto su compra en el lugar correspondiente de su cajón o cabina, el camionero retornó sobre sus pasos, para volver a llenar de nuevo su carrito en el supermercado.
<<¡Mal asunto compañero, mucho llenas la despensa, eso significa que tienes viaje largo! >> Pensé apesadumbrado, por ser Viernes.
Una vez me apee de mi cabina para ir a comer al restaurante del centro comercial, puede observar como este colega no era el único que estaba llenando su "hormiguero" de distintos productos frescos y elaborados, si no enlatados. Un joven rumano, con una bolsa llena de alimentos, y algunas prendas de muda interior recién compradas, colocaba el cajón de su remolque, como nuestras mujeres tienen su despensa en sus casas, que no en la nuestra. Todos los productos en perfecto orden, así como los productos de limpieza, tras el cocinar en el infiernillo del que disponía.
No pude por menos que solicitarle el permiso para dejar para la posteridad virtual la imagen digital, que bien demuestra que no todos los camioneros son desordenados y guarros. Etiquetas estas, muy vitoreadas por ciertos números del sector femenino. Quizás cuando lean este relato, alguna susodicha, se arrepienta por dejar escapar "al amor de su vida" porque tenía la tara, que no matrícula, de ser camionero.
Como pueden ustedes observar, muy señoras, y señoritas, los camioneros bien les podemos servir para hacerles los recaos, aunque sea exclusivamente en las 45 horas de descanso semanal
Que bien les vendrá a ustedes, por sí acaso, nada más llegar a casa de nuestros respectivos viajes, por alguna respuesta o acción no acertada, las hayamos dado algún motivo para sacar la "recortá" del enfado. De esa forma, con el "mandao" escrito en una nota, y el carrito o bolsa de la compra en la otra, nos darán la oportunidad de esquivar al fuego enemigo ocasional; y quizás al volver con el aprovisionamiento acarreao, al domicilio conyugal, nos reciban con esos ojiillos de orgullo, que tan tontos nos vuelven a los camioneros, porque bien conocemos que la mujer o novia del chófer, son el faro y baluarte, al que siempre tenemos como referencia para no perdernos por el camino de la vida, que bien puede ser la carretera, la misma que tanto nos da, pero también nos quita....Menos mal, que donde hay fuego, siempre quedan cenizas, que bien aireas, aunque sea con una tarde de carrusel en la ferias, puede dar lugar a un fin de semana inolvidable. Que bien recordaremos en nuestras cabinas...
Nota: Relato dedicado a esas mujeres, sean madres, esposas o novias, que tan fielmente aguardan nuestra llegada con la "despensa" llena...Sea la los alimentos, pero sin olvidar, a la de los mimos.
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