218)SALAMANCA DE ANOCHECIDO.
Hace unos días, por ser Viernes, disfruté de una paseo por la zona monumental de Salamanca tras dar por finiquitada mi jornada laboral.
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CADA RINCÓN DE SALAMANCA ENCANTA
A QUIEN GOCE DE PASEAR CUANDO ANOCHECE. |
Poder hacerlo con una persona que entiende de perspectivas, promulga que te de ciertas ideas de cómo sacar una foto que tiene su encanto. Así como de disfrutar de su compañía, por no poderlo hacerlo con la cotidianidad que a uno le gustaría. Por ser Salamanca esa ciudad cosmopolita en la que si uno va disfrutando de cada detalle puede escuchar distintos idiomas aunque no entienda ninguno, salvo el suyo.
Poder pasear por el casco histórico cuando la tarde va luchando contra la inminente llegada del ocaso de una jornada víspera de fin de semana tiene su particularidad. Ya que las personas que han estado aletargadas por sus quehaceres cotidianos, sean laborales o de estudios cuando llega el Viernes a eso de las 20.00 horas nuestra ciudad parece que se cambia de muda.
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CUANDO ANOCHE, SALAMANCA CAMBIA DE MUDA.
PARA GRACIA DE QUIEN LA DISFRUTA. |
Como bien hacían nuestros mayores por llegarse el fin de semana para disfrutar de su momento de asueto tras lidiar con sus faenas rurales en los pueblos que dependen de la capital engalanada por el discurrir del río Tormes en su peregrinar hacia el Duero.
A medida que la oscuridad de la noche se va aposentado sobre las piedras milenarias que conforman el núcleo tan loado por artistas y visitantes, la mirada de quien pasea por sus calles se va sintiendo una privilegiada por poder disfrutar del momento.
Individuos de toda las quintas, provenientes de distintos lares, se acercan a la Plaza Mayor de Salamanca para quedar con sus compañeros de tertulias, de paseos, y por qué no decirlo de toma de meriendas.
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LA ENTRADA A LA ESCUELA DE HOSTELERÍA
CUANDO CAE LA NOCHE TIENE SU ENCANTO. |
Ya que Salamanca cuenta con esa repostería que no deja indiferente a nadie. Y si no me cree pasee bajo los soportales del Ágora de los Churriguera, así como por cualquiera de las calles que desembocan en la Plaza Mayor se España. Se dará cuenta que los devotos de la merienda en mesa compartida dan buena cuenta de churros, chocolate y distintas porciones de tarta elaboradas por nuestros pasteleros, así como servidas por esos abnegados camareros que ven cómo la vida va paseando mientras ellos permanecen atentos, en la terraza o tras la barra de los negocios hosteleros, sin los cuales el paseo de anochecido por la capital helmántica no sería tan enriquecedor para el espíritu del estudiante Erasmus, el paisano charro de unos años, así como el churumbel que es obligado a ir de la mano de sus guardianes en servicio, por ser abuelos, padres o tíos.
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CUANDO ANOCHECE UNA RANA SIN CROAR
LUCE MÁS ENGALANADA. |
Ya que cuando la Piedra de Villamayor irradia esas tonalidades tan preciosas, por ser mezcla de la luminosidad vespertina; la del ocaso, y la aportada por las luminarias artificiales estratégicamente localizadas por los entiendos de la luminosidad ornamental, las quintas de distintas épocas pasean abrazadas por un ambiente sin parangón.
Pasee si tiene oportunidad al amparo de la muralla charra; pero hágalo, si me permite la sugerencia desde el final de la Calle San Pablo, esquina Rector Esperabe hacia el Puente Romano cuando el ocaso se manifieste por el Oeste. Si tiene la suerte de que algún transeúnte se asome al balcón del Huerto de Calixto y Melibea, con la luz vespertina tras su espalda, quedará en su memoria una fotografía de ensueño. Al observar la silueta a contraluz de los turistas apoyados en la barandilla que permite asomarse a un balcón muy particular de nuestra Salamanca.
Así como tras disfrutar del amparo de la muralla centenaria y remodelada tras el derribo de unas moradas hace unos años, si usted asciende por la Calle Tentenecio quedará hipnotizado por las vistas de la Cátedral de Salamanca. Con la Torre de la Catedral Nueva y su cubierta única, donde un Gallo, cual veleta, le otorga su nombre.
Pregunte como llegar hasta la Escuela de Hostelería de Salamanca, para quedarse maravillado por su patio y escalinatas, así como el juego de contrastes de luces prendidas, por ser ya casi anochecido.
¡Créame si le digo que no quedará defraudado! Si pasea a esta hora de la tarde, por ser ya las 20.00 horas de una recién declarada Primavera por los distintos medios de información de nuestra vida.
No le extrañe, que si busca retornar a la Plaza Mayor por la calle La Latina, la perspectiva de la cúpula de la Clerecía le haga planear a sus mirada para posarse cual paloma huidiza del eco del halcón enlatado que suele escucharse al amparo del campanario catedralicio.
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CUANDO LAS RAPACES NOCTURNAS VUELAN
LAS VISTAS NOCTURNAS CHARRAS ENAMORAN. |
Pero antes de dejarse arropar por las Torres de la Clerecía debe usted tomarse un alto en el camino ante la Fachada de la Universidad; la cual luce una nueva imagen tras ser estudiada y restaurada por esos profesionales, a quienes se debe reverenciar, por aportar su mano de obra para hacer que los granos de arena milenarios que quedaron compactado en la Piedra Dorada, y tallada por los canteros de hace tantos años, resplandezcan con su nueva protección para evitar la erosión de la caprichosa lluvia.
Eso sí, le pediría que permitiera a su mirada focalizarse en la perspectiva que ofrece la efigie de Fray Luis de León con el atardecer tras sus espaldas. Las sombras aportadas por el ocaso no le dejarán indiferente se lo aseguro.
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SALAMANCA Y SUS PERSPECTIVAS DE ANOCHECÍO
ENAMORAN AL LUGAREÑO Y RECIÉN LLEGADO. |
Tras loar la nueva imagen de la Fachada donde una Rana se lo pasa pipa por jugar al "a que no sabes donde estoy" con la focalización de cientos de miradas curiosas y llamadas por la costumbre prodigada por el boca a boca del salmantino; así como del recién llegado que ya ha dado con ella y su aposento óseo; dirija sus pasos buscando la calle Compañía, aunque vaya sólo. Pero antes de llegar al cobijo de los campanarios gemelos, deje que su mirada se focalice
en la entrada labrada de la Facultad de Derecho. Observe como el cincel dejó labrado para la posteridad la noche y el día.
Quizás cuando llegue a contemplar esta alegoría pétrea de la luminosidad tan contraria que gobierna nuestro día a día, el anochecido salmantino ya se habrá apoderado de nuestra Salamanca hasta que el nuevo amanecer lo amedentre por el Este.
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SI USTED VIENE SOLO A SALAMANCA
BUSQUE LA COMPAÑÍA, PPR SER ESTA CALLE. |
Será entonces cuando el paseo por la Calle Compañía el haga jugar con la perspectiva que ofrecen las farolas que tanta luminosad aportan a esta calle que vertebra el casco urbano de Salamanca.
Observar cómo pasean las distintas quintas al amparo de los haces de luz artificial no tiene parangón, si deja que su mirada se pose en la balconada del Palacio de Monterrey. En cuya esquina, si gira su mirada hacia la izquierda, podrá dar las gracias a al Luna por ser tan fiel a la Purísima.
Ya le digo que contar en este paseo con la compañía de quien porta dos luceros que buscan las perspectivas como si fuese el olfato de un avezado desenterrador de las trufas, no tiene parangón.
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LA CRECIENTE LUNA NO ES TONTA AL BUSCAR LA
PERSPECTIVA TAN DE LA PURÍSIMA. |
Y quizás sea en agradecimiento a esa compañía tan dichosa, quien por sus sugerencias de contemplación haya dado forma quien escribe a este relato.
¡Espero sea de su agrado..!
No me gustaría dar por finiquitada esta invitación a disfrutar de nuestra Salamanca de anochecido, sin sugerirles que al amparo de las Úrsulas y de la Casa de Unamuno a esos de las 22 horas de un Viernes primaveral ya contará con una ambiente de pubs; cuyas puertas abiertas y su hilo musical le harán correrse una buena juerga en los aledaños de las Casa de las Muertes.
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UNAMUNO SE MARCHÓ, PERO SU EFIGIE
DE ANOCHECÍO IRRADIA LO SUYO. |
Pregunte al tío Google por la leyenda que los charros de aquellos años prodigaron cual pregón en boca de alguacil por los mentideros de la historia salmantina más oscura.
Se dará cuenta que Salamanca no solo tiene su historia diurna, si no también de anochecido...