Uno de los placeres de los que dispone el ser humano en esta vida es el de disfrutar de su tiempo libre realizando aquellas actividades que le reportan ese bienestar tan necesario que ayuda a romper con la monotonía de nuestro día a día.
Cualquiera de nosotros, en cuanto nuestras obligaciones laborales y familiares nos dejan vía libre para tomarnos un respiro, tenemos una actividad lúdica predominante para espantar a los malos pensamientos. Unos se echan para el monte, cuando no para el pueblo, sea a el propio o a para el "político"; así como otras personas se echarán su hatillo dominguero, si no al coche, a la moto, para coger la carrera y manta que le lleve a su particular lugar de "ejercicios espirituales".
DISTINTAS PRÁCTICAS DEPORTIVAS CONVIVEN EN LA CIUDAD PARA EVADIRSE EN EL DÍA A DÍA. |
Sin embargo, habrá quien se quede en su ciudad de residencia o laboreo para disfrutar de un fin de semana tranquilo, paseando por aquellos lugares de referencia para el habitante urbano donde esparcir su tiempo, y porque no decirlo, apaciguar sus pensamientos "bravos" para convertirlos en dóciles y productivos.
EL PUENTE ROMANO DE SALAMANCA, AUNA EL CARRIL BICI Y PASO DE PEATONES PARA DEJAR CONSTANCIA QUE LA "CONVIVENCIA" ES POSIBLE ENTRE PEATONES Y CICLISTAS. |
Tanto quienes deciden abandonar la ciudad, como quienes llegan a ella, sean turistas como moradores de pueblos aledaños (pues los de pueblo acuden también a la ciudad en su tiempo libre para aunar en el mismo viaje, el hacer los mandaos comerciales anotados durante la monotonía semanal, con una visita turística para tomar un piscolabis) lo hacen a bordo de sus turismos, encontrando en su trayecto a personas que han decidido disfrutar de su tiempo libre practicando ciclismo; y es aquí donde, en algunos casos, sea por la prisa, como por el desconocimiento de la normas de circulación, cuando un rato de esparcimiento puede derivar en confrontaciones verbales entre "púgiles viales", que no usurarios de la vía.
Hace unos días, mis compañeros y yo, circulábamos por una carrera comarcal: dos de ellos iban en paralelo, y yo tras ellos. La mañana estaba resultando de lo más amena, hasta que un conductor desbocado por sus impulsos de "machito empedernío" hizo sonar por largo rato la bocina de su coche tras nuestra espalda. ¡Menudo susto que nos dio! Provocando con ello, que nuestras bicicletas dudaran de su estabilidad. Cuando se cansó de accionar la bocina de su auto, nos adelantó, sin accionar su intermitente. Con tan buena suerte para nosotros, que a escasos cincuenta metros entró en una gasolinera.
El grupo ciclista, encabritado por su acción desmesurada, y por querer conocer el motivo de su intolerancia se dirigió hacia la gasolinera. Se trataba de un joven conductor, quien ante nuestras preguntas, exclamó:
- "¡ Es que no sabéis, que debéis ir en fila de a uno por la carretera...!"
Gran error el suyo, pues el Reglamento nos permite, a los ciclistas, ir en paralelo, pero de dos en dos. Así es como circulábamos. Pero él, queriendo hacerse el machito ante su pasaje, seguía en sus trece; sin olvidar, que su intolerancia ante quien es más débil en la carretera por circular en una bicicleta, no entendía ante las razones expuestas.
Así como el accionar la bocina en carretera puede derivar en que el susto del ciclista le haga dar un quiebro en su marcha, son muchos los conductores de cualquier vehículo, que se olvidan de marcar con el intermitente la presencia de un ciclista, por lo que ruego desde estas líneas que lo tengan en cuenta para evitar que el vehículo que les prosiga en su marcha se tope con el ciclista sobre su parabrisas.
No sólo la intolerancia se promulga en los extrarradios de las urbes; también dentro de las poblaciones la intransigencia cabalga a sus anchas en la conciencia de cada cual. Permita el ciclista, que también le incluya a él en el mundo de los intolerantes, pues tanto peatones como ciclistas entran en discusiones absurdas de tráfico urbano que bien se podían evitar siendo más tolerantes.
En un mundo en el que las políticas tienden a conciernarnos de que debemos usar menos el automóvil para evitar males mayores para las generaciones venideras, la intransigencia de los humanos, vayan conduciendo, a pie o pedaleando, está ralentizando el proceso que nos permita acudir a nuestros quehaceres cotidianos en medios de transporte sostenibles, como puede ser la bicicleta. La convivencia cordial entre peatones y ciclistas en la ciudad puede ser posible, siempre y cuando los unos y los otros sigan unos parámetros que siempre les llevarán al puerto del entendimiento, cuando abandonen el comodín del reproche.
Algunos peatones desconocen, que por el carril bici, deberían pasear por el carril de la izquierda para ver aproximarse a los ciclistas en su dirección, porque al ir por la derecha se pueden asustar ante la pasada del "Indurain" de turno. He visto como algún peatón de edad avanzada ha trastabilleado en su equilibrio al verse "aturdido" por el rebasamiento de un ciclista que buscaba su particular victoria ante el crono; provocando con su maniobra el azoramiento verbal y gesticular del peatón tras su pasada a velocidad excesiva. Bien lee usted, al igual que sabrá que la velocidad alcanzada en el carril bici debe ser moderada, y nunca a paso "AVE", pues para eso están las carreteras o los caminos aledaños, y bien que conforman la mejor pista para el despegue del aspirante a Valverde, sin olvidar a la Dori Ruano; porque si la política busca la paridad, en estas líneas también se deben mencionar a las féminas, que al igual que nos, ellas también conducen, pedalean y pasean para contornear sus estilizadas figuras; utilizando palabras malsonantes cuando se las encambrona, sea por maniobra, adelantamiento o rebasamiento en la carreta, carril bici o acera.
Las aceras, bien sabemos todos que son para los peatones. Y en éstas, donde se hallan los estacionamientos de las bicicletas municipales que usted puede alquilar por un módico precio para hacer sus recaos y desplazamientos urbanos.
Muy lejos estamos en nuestra España, de contemplar esas bellas estampas europeas, en los que las bicis se mimetizan con los peatones en una convivencia equilibrada. Quizás tenga algo que ver, que en nuestra querida España, el timbre y la bocina, son mecanismos utilizados para hacer valer nuestro "gallismo exarcebado" para hacer saber al "contrincante", usuario de la vía, que nosotros conducimos, pedaleamos y paseamos más rápidos que él, por lo que preferimos asustarle, para que se aparte, en vez de con paciencia y tranquilidad, decirle:
-" ¡Disculpe, por favor, me permite...! "
Y rebasarle con tranquilidad y sosiego. Será entonces, cuando se dará cuenta, que su "contrincante vial" dispone de una palabra amable, cuando no, de la mejor de la sonrisas...
¡Seamos cordiales y sobre todo, tolerantes, para que nuestras rutas, sean como conductores, ciclistas o peatones, abandonen las escenas de hostilidad, para convertirse en enseñanzas de vida..! Porque el viaje, es la mejor universidad para la perfecta formación de nuestra persona.
¡Y lo sabes...!
LOS CICLISTAS PUEDEN CIRCULAR EN PARALELO, PUDIENDO SER ADELANTADOS EN LÍNEA CONTINUA SIEMPRE QUE LAS CONDICIONES DE SEGURIDAD LO PERMITAN. |
- "¡ Es que no sabéis, que debéis ir en fila de a uno por la carretera...!"
Gran error el suyo, pues el Reglamento nos permite, a los ciclistas, ir en paralelo, pero de dos en dos. Así es como circulábamos. Pero él, queriendo hacerse el machito ante su pasaje, seguía en sus trece; sin olvidar, que su intolerancia ante quien es más débil en la carretera por circular en una bicicleta, no entendía ante las razones expuestas.
EN LUGARES DE VISIBILIDAD REDUCIDA, EL CICLISTA DEBE CIRCULAR EN FILA Y PEGADO A LA DERECHA. |
No sólo la intolerancia se promulga en los extrarradios de las urbes; también dentro de las poblaciones la intransigencia cabalga a sus anchas en la conciencia de cada cual. Permita el ciclista, que también le incluya a él en el mundo de los intolerantes, pues tanto peatones como ciclistas entran en discusiones absurdas de tráfico urbano que bien se podían evitar siendo más tolerantes.
LA SIMBIOSIS DEL CICLISTA EN EL ENTORNO URBANO SERÁ POSIBLE CUANDO CIRCULE CIVICAMENTE. |
PEATÓN Y CICLISTA: LA CORDIALIDAD ES POSIBLE. |
SI LAS INFRAESTRUCTURAS SON COMPARTIDAS POR PEATONES Y CICLISTAS, LA EDUCACIÓN Y RESPETO DEBEN SER LA PRIORIDAD PARA AMBOS EN SUS PASEOS. |
Muy lejos estamos en nuestra España, de contemplar esas bellas estampas europeas, en los que las bicis se mimetizan con los peatones en una convivencia equilibrada. Quizás tenga algo que ver, que en nuestra querida España, el timbre y la bocina, son mecanismos utilizados para hacer valer nuestro "gallismo exarcebado" para hacer saber al "contrincante", usuario de la vía, que nosotros conducimos, pedaleamos y paseamos más rápidos que él, por lo que preferimos asustarle, para que se aparte, en vez de con paciencia y tranquilidad, decirle:
-" ¡Disculpe, por favor, me permite...! "
Y rebasarle con tranquilidad y sosiego. Será entonces, cuando se dará cuenta, que su "contrincante vial" dispone de una palabra amable, cuando no, de la mejor de la sonrisas...
ANTE "CRUCES" INESPERADOS, LA EDUCACIÓN Y EL RESPETO, NOS DIFERENCIA DE SER PERSONA O ANIMAL SALVAJE. |
¡Seamos cordiales y sobre todo, tolerantes, para que nuestras rutas, sean como conductores, ciclistas o peatones, abandonen las escenas de hostilidad, para convertirse en enseñanzas de vida..! Porque el viaje, es la mejor universidad para la perfecta formación de nuestra persona.
¡Y lo sabes...!