En la actualidad, algunas minorías están manifestándose contra ciertos espectáculos taurinos, sea en cosos urbanos o por las mismas calles de las pedanías. No dudan en manifestarse, no prescinden de artimañas silbadas, o con megáfono en mano, para dilapidar con sus discursos bien hilados contra todo, y contra todos los que se identifique con la brega del toro.
Sin importarles que multitud de familias que viven del cuidado y mimo del toro hasta su muerte, sea en los medios, como en el recibidor del chiquero, mediante el estoque, o la puntilla manilarga desde el balconcillo lúgubre, puedan ver como sus nombres englosen las listas del paro; sin olvidar, que siendo una faena la suya, de esas de tradición vitalicia, quizá no tengan posibilidades de poder reintegrarse a otro oficio, debiendo acudir durante el tiempo que permanezcan en su exilio profesional, si se diese, a los comedores sociales para alimentar a sus hijos.
Estos niños, al igual, que los hijos y sobrinos de los aficionados maman de la "teta taurina" desde bien pequeñitos, acompañando a sus progenitores, ya sea en las dehesas alimentando al ganado bravo, los primeros; como asistiendo a los espectáculos taurinos de la mano de un abuelo, madre o tío, que les explican los tercios y los trasteos de cada espectáculo, los segundos.
Hoy he visto en el tendido a muchos niños, que con su voz en maduración progresiva entonaban los oles, pero también los silbidos, cual imitamonos de sus mayores, para manifestar su malestar por la decisión del jurado.
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Niños posando con recortador |
A la hora de escribir este relato, me estoy acordando de la pandilla de quinceañeros, quienes precediéndome en la taquilla de la Plaza de Toros "La Glorieta" en Salamanca, no dudaron en preguntar si por pagar los 15 € de la entrada les compensaba el tiempo del espectáculo. Ante la respuesta de la joven taquillera, que el espectáculo duraba dos horas aproximádamente, decidieron convocar cónclave pandillero, para tomar la decisión de adquirir el billete. Quizás su maltrecha economía, entre carruseles y aprovisionamiento líquido para las Ferias y Fiestas charras, los quince eurines, se les iban de madre.
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Taquillas en La Glorieta. Salamanca A la hora que empezaban los recortes. |
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Recortador saltando la barrera para hacer el "quite" que tanto auxilia a su compañero en el recorte realizado al astado. |
Los asistentes adolescentes, así como los mayores hemos sido espectadores de lujo del bello gesto del triunfador elegido por el Jurado especialista en esto del recorte a cuerpo descubierto al astifino. Quien ante la disconformidad del público, sea por desconocimiento, o por apoyar al torero, libre de engaños, de la tierra; el ganador decidió llamar a su rival, para entregarle el bello trofeo, provocando un apoteósico aplauso, que bien desbordó las emociones de todos los allí congregados.
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EL triunfador elegido por el Jurado, ante la disconformidad del público, entrega el trofeo al compañero ovacionado. |
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La discapacidad, sea transitoria o de por vida no impide disfrutar de la Fiesta taurina, que siempre aúna y bien reconforta. |
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Retrato del maestro Padilla " El pirata " Obra de José Avelino Alvarez. Artista charro. |
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Autógrafo de un recortador a un joven aficionado |
¡Ojalá, así sea....!
Nota: Relato dedicado a todos los aficionados Tauromaquia, que bien acompañan a los más pequeños, no sólo a los tendidos, sino también a los "medios" para conocer a los protagonistas que se juegan el tipo cada jornada de la temporada taurina,como también aquellos progenitores que les llevan a las Escuelas de toreo, no sólo en nuestra España, sino también en Francia, así como a los aficionados del otro lado del charco atlántico, que aunque nos separe en la distancia, nos une en la pasión por el mundo del Toro, y todo su entorno, desde su cuna en la finca, hasta la misma plaza.
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