miércoles, 26 de octubre de 2016

188)LABRADORES DEL SIGLO XXI

 Hacía tiempo que quien escribe no disfrutaba tanto de una jornada de trabajo. En primer lugar, por salir de las autovías, y volver a sentirme camionero, como los de antes. Al discurrir mi viaje por tierras de la meseta segoviana, y poder contemplar, desde mi cabina, paisajes de ensueño; con  el ocre otoñal, que estos días, nos regala las distintas especies arbóreas que conforman unas escenas o panorámicas de postín como protagonista. Y en segundo lugar, volví a sentirme dichoso  por encontrar clientes dispuestos a facilitar el trabajo al camionero.
CARLOS Y GONZALO. HERMANOS AUNADOS
POR EL TRABAJO EN EL CAMPO. 

 Como es el caso de Carlos(44); un  agricultor, quien desde primera hora de la mañana, una vez cargado y tras recibir mi llamada en su celular, se prestó a descargar las semillas de trigo que transportaba; a la hora en los que el resto de españoles andaban en sus menesteres de aportar las víandas del mediodía para, una vez comidos, continuar con su jornada laboral o vespertina. Como también se prestó a ser mi "Follow me " particular. Porque no sólo los pilotos de líneas aéreas disponen de ese coche piloto que les preceda hasta la manga extensible de la terminal aérea de los aeropuertos del mundo. Los camioneros, de momento, seguimos encontrando a clientes como Carlos. Que  hacen la espera en un cruce o camino aledaño a la carretera, para una vez hechas las presentaciones de rigor, preceder con sus vehículos la marcha del camión.
EL TRABAJO EN EL CAMPO TIENE SUS RIESGOS
ASUMIDOS CON PERICIA Y EXPERIENCIA. 
Práctica en desuso, ya que la sociedad actual es partidaria del uso del navegador; aunque tenga abducido y distraído hasta el conductor más experimentado. A Dios gracias, todavía quedamos algunos nostálgicos del confiar nuestros dudas, ante el itinerario a seguir, a paseantes o vecinos y clientes del lugar de destino.
 De nada hubiese servido el navegador para llegar con el camión a Valtiendas(Segovia). En palabras de Carlos y su hermano Gonzalo (41). Quien alude que los camioneros que intentan llegar a su nave para descargar o cargar, si no les llaman por teléfono, pueden correr el riesgo de seguir un itinerario más corto, pero no a salvo del  infortunio de quedar atrapados  o con dificultades para maniobrar, debido a la estrechez de las calles de los pueblos pequeños que conforman estos lares segovianos. Como pude ir comprobando en las numerosas placas de gálibo colocadas en los balcones aledaños a la carretera que discurre por Cantalejo y poblaciones aledañas.
LOS NAVEGADORES NO PREDICIEN LAS CALLES
ESTRECHAS O "RATONERAS" PARA LOS TRÁILERS 

 Gracias a no llevar el navegador, a través de las numerosas conversaciones  del manos libres de la cabina, fui congeniando con Carlos. Quien simpático como él sólo, me iba tranquilizando ante lo que iba contemplando durante la marcha. Carreteras provinciales en los que se hace necesario ser prudente y decelerar ante la aproximación de un vehículo en sentido contrario.
EXISTEN TRAMOS COMARCALES QUE EL PARAR
SE HACE INDESPENSABLE PARA DAR PRIORIDAD.

 Al llegar delante de su nave, se aunó la simpatía de Gonzalo(41); el menor de estos dos hermanos, agricultores del siglo XXl. Quien con su barba bien recortá y su pelo mejor acicalao, parecía un ejecutivo. Pero su buzo de trabajo,, carente de corbata,  bien que reflejaba que su oficina es el campo, y no el centro financiero de cualquier gran ciudad de nuestro país.  No se quedó corto en atenciones para con el camionero recién llegado. Y como buen cicerone, se prodigó en atenciones y explicaciones varias para hacer ver a este camionero, que los agricultores modernos, ya no son ni la sombra de lo que fueron sus antepasados en el oficio.
EL AGRICULTOR MODERNO, GONZALO,
BIEN ASEADO Y "CONECTADO". 
Como su padre, quien a punto de ser septuagenario, sigue pagando su sello. Es decir, la cuantía pagada a la Seguridad Social para poder cobrar su jubilación.  Pero se niega a dejar de faenar en el campo. Quizás porque los tractores, como la maquinaria que arrastran de nuestro tiempo, a parte de ser muy atractivos, nada tienen que ver con aquel tractor de cadenas, sin cabina, que su hijo Gonzalo, tuvo a bien mostrar para conformar un apoyo gráfico a este relato. Y como tal, homenajear a un padre, no sólo por inculcarles el amor por el campo, sino por cómo afrontar una labores que no siempre son agradecidas por causa de la climatología. De la cual están pendientes, ¡y mucho! Ya que ante las fases de siembra, de aplicación de herbicidas y abonos, las tecnologías modernas en sus móviles o portátiles, les aseguran saber cuándo sembrar, abonar o sulfatar. Y en palabras de estos dos hermanos, el margen de error en la predicción meteorológica, es mínimo; por lo que orgullosos de su trabajo deben estar los meteorólogos de nuestro país, por su encomiable ayuda para que los labradores actuales no sufran más pérdidas, que las auspiciadas por el mal tiempo.
EL TRACTOR SOBRE EL QUE EL PADRE DE CARLOS
Y GONZALO SE FORJÓ COMO TRACTORISTA. 

No tardó Gonzalo en darse cuenta el fervor que siento por el campo. Muy amablemente, me invitó a cruzar el amplio umbral de lo que en su día fue un cerramiento de ovejas, y que ellos han reconvertido en una nave de proporciones inmensas. Donde no sólo guarecen su maquinaria de las inclemencias del tiempo, sino que también depositan hasta dos millones de kilos de cebada. Con la esperanza, de que los bajos precios, pagados por los especuladores al haber sido la campaña del 2016 clasificada como histórica en cantidad de toneladas recolectadas, vayan incrementándose según avance el año. Depósito garantizado por ser inyectados ciertos productos químicos, que evitan la proliferación de gérmenes que dañen o piquen el grano de cereal.
 Estos hermanos deben afrontar la labor de 900 hectáreas; algunas propias, otras en régimen de arrendamiento. Pagando una cuantía por hectárea al propietario de la parcela. Muchos urbanitas, en su desconocimiento, maldicen o no comparten  las ayudas concedidas por los fondos europeos al agricultor.
EL AGRICULTOR DEBE AFRONTAR PAGOS DE RENTAS
Y LETRAS COMO CUALQUIER AUTÓNOMO. 
 Quizás si supieran realmente los gastos a los que se tienen que enfrentar estos agricultores, se retractarían en sus críticas; quizás amparadas por la vistosidad de la maquinaria que pulula por el campo. La cual, supone una condena para el labrador moderno. Ya que se ve abocados a hipotecar parte de sus bienes para poder responder ante un retraso en le pago de la letras a los bancos. Es decir, que estos "Isidros de nuestro tiempo" viven con la intranquilidad, al igual que cualquier empresario o autónomo de la ciudad. Y si no que se lo digan a estos valientes labradores, cómo las pasaron al quebrar una fábrica de piensos, y ver cómo las entregas de su cereal no fueron abonadas. Pero gracias a su tesón pudieron vislumbrar la luz al final del túnel, para proseguir con su encomiable labor, fundamental para la vida prójima.
AGRICULTORES COMO CARLOS, TE ABREN
TODAS LAS PUERTAS, PARA SER BIENVENIDO.
El ejemplo de estos hermanos debe ser reseñado para la virtualidad. No sólo por la complicidad que existe entre ellos a la hora de  tomar decisiones que marquen el rumbo a seguir en sus intereses agrícolas, sino también, porque se han atrevido a emprender  una empresa ganadera. Dedicada a la cría del porcino destinada al sacrificio. Diez mil cochinos son los que albergan su explotaciones ganaderas. A las que no pueden dejar de atender ningún día. Obligándolos ha alargar sus jornadas de trabajo, desde las tres de la mañana que llegue el camión a cargar los cerdos, hasta las diez de la noche que llegan a sus casas, tras desarrollar sus menesteres propios de la sementera agrícola. Época del año que trabajan a contrarreloj, aunque como reconocen, los tractores ofrecen ciertas comodidades para realizar la labor con garantías. No sólo por rendimiento, sino también porque sus cuerpos se lastiman menos, al ser las faenas más mecánicas, que físicas.
¡QUÉ TIEMPOS AQUELLOS EN LOS QUE LOS CAMIONES
SE CARGABAN A PALÁS A TRAVÉS DEL SINFÍN.
 No se engañe el lector. Porque alguna pala de mano estaba clavada, cual espantapájaros de interior, en el muelo de grano albergado en su nave. Señal que por mucho que vayan avanzando los tiempos, el trabajo del campo, siempre pedirá referencias...Por aquello de estar siempre dispuesto a doblar el espinazo para labrar unos campos; los cuales no no nos ofrecerían ciertas estampas de alto valor contemplativo sino fuera por el encomiable trabajo de  agricultores del siglo XXl, como Carlos y Gonzalo...
CARLOS Y GONZALO, DISFRUTAN DE LA VIDA
TRABAJANDO DURO CADA JORNADA.

Nota: Agradecimiento a estos dos hermanos, que representan un ejemplo para las futuras generaciones. Para que contemplen la posibilidad de vivir en la ciudad, sin dejar de ser emprendedores en el campo. Sus familias les esperan en la urbe, mientras ellos se manifiestan orgullosos, y prodigan la sonrisa por sentirse unos privilegiados por poder vivir cada uno de sus días, a caballo entre la ciudad que los ampara, y el pueblo. Donde su madre les aguarda, si no para desayunar, sí para almorzar; o cenar, si las faenas agrarias o ganaderas se alargan.
Un honor poder conoceros, y un privilegio poder narrar parte de vuestro día a día  en la vida de un agricultor del siglo XXl.

lunes, 17 de octubre de 2016

187) JORGE: EL PEQUEÑO COMPAÑERO

 Por mucho que disfrute escribiendo, no tengo una imaginación tan prodigiosa cómo la que desarrolla las historias narradas en libros de autores consagrados. Por lo que me valgo de escenas que contemplo en mi día a día, para una vez, aislado junto a la soledad, en mi cabina, dejar que pase el tiempo de la espera por la carga o la descarga, dando brío al teclado.
LOS CAMIONEROS ABASTECEMOS A SU MESA
DESDE PRIMERA H
 A la hora de hilvanar  estas líneas, estoy esperando la llamada del almacenista que permita la  descarga de mermelada y tomate que transporto. Ingredientes fundamentales para empezar el día agasajados por un suculento desayuno. El cual, puede incluir una tostada, que decorada con mermelada o tomate pueden aportar esa energía necesaria para torear al día. Mi imaginación me traslada al hogar de Jorge, mi pequeño "compañero".  A esa hora de previa antes de ir a la guardería. Que habrá dedicado a  desayunar su "lechita" y algún dulce. Quien sabe, si su madre, le habrá tentado, por su corta edad, con una de estas tostadas.
EL MEMBRILLO CASERO, ALIMENTO
IDEAL PARA NUESTROS PEQUEÑOS.
Con el fin de irle acostumbrado en esas buenas costumbres de una alimentación sana, por variada. Bien hará Jorge, en hacer caso a su madre, si quiere, de hoy en bastantes años, emular a este camionero; quien el Sábado, admiró su pericia con el manejo de un camión sobre uno de los bancos, desde donde se puede usted sentar para contemplar, no sólo la belleza pétrea del ágora salmantino: sino también el trasiego de foráneos y locales en sus quehaceres turísticos o cotidianos. Porque Salamanca ofrece multitud de posibilidades para disfrutar de un día. Como por ejemplo, poder jugar a ser camionero. Es lo que Jorge hacía, bajo la atenta mirada protectora de su madre; y la furtiva, de este chófer, que no pudo por menos que inmortalizar un momento de la vida de cualquier niño. Aunque no todos tuvimos, ni tendrán, la oportunidad de tener tanto público alrededor de momentos lúdicos inolvidables. Como tampoco, el lugar para desarrollar esos juegos, podrá ser una plaza, bautizada  como la Plaza Mayor de Europa en el año 2005.
BANCO DE LA PLAZA MAYOR CHARRA
DONDE JORGE JUGABA A SER CHÓFER. 
Donde se congregan multitud de ciudadanos de nacionalidades distintas. Corto se quedó ese apelativo acuñado para diseñar una programación cultural que conmemoraba el 250 aniversario de tan emblemática obra  de los Churriguera.Erigida en piedra franca de Villamayor.  Y con la que Jorge, quien sabe, si el día de mañana, al no acordarse de que fue un pequeño chófer, se decantara por el arte. Esculpiendo o tallando con el cincel aporreado por la maza para dar vida pétrea a distintas obras con las que sus padres se sentirán orgullosos. Como  lo estaban del pequeño mozo, en el momento en el que me acerqué para  pedirles permiso, con el que  poder apoyar gráficamente este relato, que ahora usted está leyendo. Ya que, como la Humanidad se está deshumanizando tanto en el siglo XXl, este camionero, no quería mancillar la privacidad de los juegos de mi "pequeño compañero".
 ¡Qué pericia demostró con su rígido basculante de juguete..! Al "evitar" que el pequeño caballaje del motor del camión, propulsado por su manita, hiciera recorrer el vehículo hasta casi despeñarse  "banco pabajo". Quedando el vehículo en equilibrio sobre sus ejes traseros. Demostrando Jorge, que a su corta edad, bien sabía cómo salir de aquella posible caída hacia el abismo; por el suelo conformado por unas baldosas de granito colocadas en 1953. Consiguiendo llevar marcha atrás el camión, hasta el otro extremo de su particular carretera.
 Al presentarme a sus cuidadores, como un camionero aficionado a narrar lo que contempla desde la perspectiva de sus viajes, le dije a su madre, que el chaval apuntaba maneras para aspirar a ser mi compañero en un futuro, cada más incierto, para las nuevas generaciones. Su progenitora, con una sonrisa, que engalanaba su bello rostro, me dijo:
 - "Quién sabe lo que será el día de mañana, pues también le tiran los tractores". Señalándome hacia el cochecito sobre el cual, Jorge, se deja llevar. Pues debo reseñar, que a los profesionales del sector, entre los que le incluyo a Jorge, adoramos que nos lleven y nos traigan. No sólo nuestras madres. Sino también aquellos amigos o familiares con los que compartamos un viaje durante un fin de semana o vacaciones de nuestro trabajo de correcaminos emperdenío.
LA MADRE DE JORGE, ASPIRA A QUE SU
HIJO OCUPE UN DESPACHO. ¡ LÓGICO! 
 Retornando a la conversación con la madre de Jorge, me apuntaba, que a ella la encantaría que su pequeño, fuese ingeniero. Le dije:
 -¡Apañá va usted con sus aspiraciones para con su mochuelo! Porque sólo veo un camión, un tractor y un cochecito de bomberos. Es decir, que mi pequeño compañero, sentía predilección por distintos vehículos.
 Permita el lector, que barra para mis fueros, pero le reseñé a la Señora madre, que siendo camionero, se puede ser feliz. Siendo la falta de los seres queridos y amigos, el único escollo por el que tanto advierto a los aspirantes a camionero, que se lo piensen antes de pasar o rememorar los juegos de una infancia cómo hacía Jorge, y verse con mucha carretera por delante. Siendo los retrovisores del camión los perfectos aliados para alargar, un poquito bien más si cabe, el recuerdo de momentos imborrables junto a los seres queridos al amparo de la Catedral, las Torres de la Clerecía...
LOS MONUMENTOS DE SALAMANCA, SON LOS QUE
DIVISAMOS LOS CAMIONEROS DESDE LA LEJANÍA.
Construcciones enmarcadas en el espejo retrovisor cada vez que partimos de una ciudad, la cual no deja indiferente a nadie. Y si no que se lo pregunten a los jóvenes aspirantes a impregnar de colores o carboncillo un lienzo. Alemanes eran, quienes sentados frente a Jorge, intentaban inmortalizar en sus cuadernos, el Ayuntamiento de Salamanca. A quienes, Jorge, no prestó atención. Menos mal, porque si no, hubiese perdido a un futuro compañero de profesión. Por cierto, muy guapo.¡Y bien rubio! Que bien nos vendría para limpiar la imagen del camionero. Porque de tripones, desaliñados nos tienen las féminas de nuestra vida. Y cómo poco deportistas. Menos mal, que la madre de Jorge, podrá compartir en sus redes sociales de cabecera, que quien escribe, les abordó, ataviado con una equipación ciclista. Y apeado de su bicicleta.
LA VIDA DEL CAMIONERO ES DURA,
PERO TAMBIÉN TIENE SUS ENCANTOS.
 Gracias por su permiso para enarbolar y poder apoyar gráficamente un relato dedicado a Jorge y a todos los que fuimos niños y niñas. Y que hoy nos dedicamos a una profesión imprescindible para el buen discurrir de la vida prójima. Ojalá que siga habiendo muchos niños o niñas, que cómo Jorge, siga recordando a sus mayores, que existen oficios, que sin ser Diplomaturas, exigen mucha preparación y ante todo responsabilidad y dedicación...

 ¡ Te espero en la ruta, admirado Jorge...!

Nota: Pido disculpas a la Madre de Jorge. Quien autorizó  a que publicase unas preciosas fotos de su hijo jugando en la Plaza Mayor de Salamanca. Y que inexplicablemente he perdido por problemas técnicos o por haber borrado por descuido toda la memoria del smartphone. No querido variar ninguna coma de este relato con el que bien podrá el lector imaginar la escena. Por lo que reitero mis disculpas, tanto a la familia. Como a usted lector. Espero que las fotos incluidas en como apoyo, les sean de su agrado. Prometiendo, que intentaré regresar a la misma hora, a ver si pillo de nuevo desprevenido a Jorge, mi pequeño compañero. Y por ende, a su madre Es una pena la pérdida de esas imágenes. Porque no siempre un desconocido tiene el permiso de unos padres para publicar fotos de  su hijo. Saludos. Y gracias por su comprensión.

miércoles, 5 de octubre de 2016

186) ALDEALPOZO:

    ~ SENDEROS DE ESPERANZA~

  Era mucha la ilusión que sentía por poder tomar unas instantáneas para la virtualidad en el corazón de este bello pueblo.
VISTA PANORÁMICA DE ALDEALPOZO(SORIA).
Se preguntará el lector, cómo puedo aplicar el adjetivo "bello" ante tanta ruina contemplada en el casco urbano de Aldealpozo; pequeño núcleo urbano  a escasos quince minutos de Soria, y vertebrado por la N-122. Dejando a un lado el Ayuntamiento, juego pelota(frontón), naves agrícolas, y algunos hogares remodelados. Así como su Iglesia, cuyo campanario aprovechó una antiguo torreón de defensa del siglo Xl. Aledaño a la iglesia se localiza el camposanto. Cuyas lápidas en sentido norte, dan la "espalda" a la Sierra donde; en cuya cima, varios aerogeneradores, constituyen una nota moderna discordante para quienes nos sentimos nostálgicos de aquellos tiempos en los que nuestros pueblos bullían vida por cualquiera de sus calles.
IGLESIA Y TORREÓN DE DEFENSA MEDIEVAL. 

 La treintena de sepulturas que conforman el cementerio, ya indican al recién llegado, que Aldealpozo languidece desde hace muchos años. Ramos de flores de plástico, presente perenne para aquellos que pulularon por estos lares, permanecen sobre el granito. Cual testigo del paso del tiempo, indican a quien los contempla, que los depositarios sucesores, les queda poco margen en sus quehaceres urbanos para retornar al pueblo, donde quizá, aprendieron a andar, jugar y a escribir. La falta de flores frescas, y algunas de plástico volcadas por el viento, invitan a pensar que hace bastante tiempo que la goma elástica que franquea la puerta de doble hoja metálica de entrada, no ha sido desatada. Contraste  con el resto de camposantos españoles; donde candados y cerraduras impiden el acceso al foráneo.
EL CEMENTERIO Y SU ENTORNO REFLEJA LA VIDA
DE QUIÉNES POR AQUÍ MORARON.

 Desde el alto de la tapia del camposanto pude contemplar una vista panorámica que me hizo pensar que las gentes allí finadas, como sus familiares, tuvieron que vivir de la agricultura y la ganadería. Así como desde el promontorio pétreo pude vislumbrar en las lápidas, que hace ya muchos años, que ningún fallecido dejó indicado su última voluntad, el ser enterrado en la tierra que le dio la vida. Desde la lejanía, la estación de tren, cuyo edifico preside un altozano, imanta a mi mirada. Promulgando el deseo de que guiara mis pasos hacia el otro lado de la carretera para intentar llegar hasta el lugar, donde las locomotoras de vapor  cargaban el agua necesaria para desarrollar el menester ferroviario para el que fueron diseñadas, y destinadas a una línea de ferrocarril entre Soria y Castejón.
NAVE DE CARGA Y DESCARGA QUE TANTO TRABAJO
APORTÓ A LOS LUGAREÑOS DE ALDEALPOZO.
Y que ya no es frecuentada por convoy alguno desde  principios de los años 90. El depósito, ya desaparecido, que albergaba el líquido elemento primordial al buen funcionamiento de aquellas bestias mecánicas de la época, fue construido por presos republicanos en la Guerra Civil Española. Hoy su estación es lugar de peregrinación de incivicos. Quienes los mismo tatúan un muro, como lo revientan para abrir su particular madriguera de fechorías varias. Condenado a ensuciar con sus acciones vandálicas los recuerdos de los nostálgicos de otra época. Una época de trabajo duro para los obreros e ingenieros que propiciaron que las vías y traviesas fueran colocadas sobre un terreno muy rico en piedra. Así lo manifiesten los imponentes muros y el desnivel que tuvieron que afrontar con medios mecánicos que nada tienen que ver con los actuales.
LA MAJESTUOSIDAD DEL EDIFICIO PRESUPONE
LA IMPORTANCIA DE ALDEALPOZO.

 Una línea ferroviaria muy deseada por los sorianos, y sobre todo por los habitantes de Aldealpozo. Porque gracias a su estación y la nave de carga y descarga aledaña, tuvieron un motivo por el cual permanecer en este enclave soriano para proseguir con su vida. Ya que por el desinterés de la RENFE de continuar con la  explotación de esta línea por sus elevados costes en comparación a otros corredores ferroviarios, los lugareños tuvieron que emigrar en busca de su sustento. Dejando tras de sí, sus hogares. Cuyas fachadas, algunas, todavía sostienen algún escudo heráldico. Seña de ser habitadas por alguna familia acaudalada. Por lo que la emigración, afectó tanto a los nobles, como a los plebeyos.
  Soria y otras capitales españolas, con su desarrollo industrial, constituyeron el . mejor acicate para que  los mozos y las mozas de estos parajes marcharan en desbandada a la urbe para poder seguir alimentando sus ilusiones de vida.
LAS DIMENSIONES DE LAS CASAS Y CORRALES
INVITAN A IMAGINAR UNA ÉPOCA HISTÓRICA.

 Aquellas casas y calles levantadas con piedra, a base de mucho tesón y esfuerzo, hoy languidecen al paso del tiempo. Algunos edificios intentan no doblegarse al dirimir de la climatología; pero les resulta imposible sostener ya las vigas de madera, carcomidas por la termita, y debilitadas por permanecer al intemperie, muestran ya su reverencia, entre cascotes petreos y ruinas, al paseante que deambule por sus calles. Estas vigas de madera, algunas partidas, otras en equilibrio efímero,  conformaron robustas cubiertas ante las imponentes nevadas que por aquí cubrieron, y todavía lucen, el entorno durante el frío invierno que se manifiesta por esta latitudes; amilanando a sus habitantes a refugiarse alrededor de las distintas lumbres.
LA PARABÓLICA NO CONTEMPLÓ LA ENTRADA Y
SALIDA DE FORRAJES Y GANADO POR ESTA TRASERA.
Cuyos restos de combustión, buscaba, a través de sus  chimeneas tan características, el firmamento soriano. Por cierto, uno de los más aconsejables, en noches de raso, bajo el cual, detener su viaje, y poder contemplar las bellas estrellas y los distintos fenómenos astronómicos anunciados por los medios de comunicación.
 Los cuales, poco se acuerdan de estos municipios. Salvo cuando se desencadena un suceso. A dónde vuelan. ¡Y si no me cree, teclee en su buscador Aldealpozo!  Podrá comprobar que una buena cantidad de fotos de siniestros de tráfico ocurridos en su termino municipal copan la red. Quizás tenga algo que ver en esos siniestros, la abundancia de piezas de caza mayor. Cuyos números, ya sean ciervos o jabalíes, hacen de las suyas por el entorno de Aldealpozo. Y tras su rastro, en época de veda, marcha Fortunato.
FORTUNATO(73) JUNTO A DANI( (34). ORGULLOSOS
DE CONVIVIR EN ALDEALPOZO. 
Un "joven" de 73 años que se enamoró y moceó con una mujer natural de este pueblo pétreo. Quien se manifestó, en un principio, esquivo a posar ante la cámara para dekar constancia virtual, de que en estos pueblos de apariencia de abandono, todavía vive quien se resigna a dejar que el trote de una vida derrumbe los recuerdos de una existencia; ya sean  amparados por los muros de un hogar, o los vividos en las calles y aledaños del pueblo.
 Veinte son los habitantes censados en el pueblo. De los cuales sólo viven de continuo, unos "Cinco o seis, más menos, entre lo que nos contamos éste, mi mujer y yo". Palabras de "Fortu". Quien se manifestaba orgulloso por la reciente llegada de Dani. Un joven fibroso de 32 años, y con quien me topé en mi deambular contemplativo de las ruinas de este pueblo soriano. Escribo fibroso, porque ataviado con su mono de trabajo,  remangado y anudado hasta la cintura, portaba en su mano un cubo con restos de construcción antiguos. Lo que me hizo sospechar que andaba en la brega de la reforma de alguna morada próxima.
NO TODO ES RUINA EN ALDEALPOZO. UN LUGAR
IDEAL PARA LEVANTAR UN RETIRO SOÑADO.
 Así me lo confirmó, invitándome a la trasera de la que es la ilusión de su vida. Su casa en Aldealpozo. Una oportunidad, la de esta compra, y que supo a bien aprovechar. Mecánico de profesión, sueña con echar los ratos libres que le deje su trabajo en un concesionario soriano, para preparar sus coches. Entre ellos, un Seat 600; matriculado en Donosti, y que constituye un testigo mudo de los trabajos de reforma de la cochera; así como de las distintas conversas entre Fortunato y Dani. Quien se ha convertido para este taxista jubilado en el mejor compañero para echar muy buenos ratos. Ya sea tomando buna cerveza o degustando la carne de alguna res abatida en los montes que bien pateó de joven, y por los que ahora patrulla a lomos de un quad cuando no hay veda. Cuyas ruedas van conformando unos senderos, que sin abandonar la nostalgia, incitan a los amantes del mundo rural a seguir teniendo esperanza de que los pueblos vuelvan a resurgir de sus cenizas. Debido a que la automatización de las distintas faenas urbanas, por las que muchos paisanos emigraron, pocos puestos de trabajo ya van dejando para sus sucesores. Quienes si tienen la suerte de heredar o comprar alguna casa o parcela, podrán tener un lugar privilegiado para, por lo menos, sembrar y recolectar los distintos alimentos que se dan en un huerto.
¡ CUÁNTOS DIENTES LARGOS PARA TAN BUENAS
VIANDAS HORTOFRUTÍCOLAS..!
Por cierto, alguno me encontré en el breve paseo que permiten los 45 minutos que marca la ley al camionero. Un paseo realizado a través de los senderos que el paso de los pocos vecinos de Aldealpozo habilitan por el aplastamiento de las distintas malas hierbas crecidas por haber sido un año de buena cosecha. Contento ha de estar el agricultor que aposenta sus utensilios agrarios en un terreno aledaño a la ermita de este pueblo. Cuyo nombre se debe a un pozo de 16 metros de profundidad; y que hizo olvidar el nombre de Canales. Pues así se denominaba.
 Canales no ví muchos, pero fuentes, dos. Y que usted puede divisar desde su automóvil cuando pase por este pueblo camino Soria o Zaragoza. Cuyas fechas de construcción, y los materiales con las que fueron eregidas, una de piedra y la otra de hierro fundido, ya le indican, que pese a sus ruinas, Aldealpozo cuenta con una buena historia.
2 FUENTES 2, ATESTIGUAN EL DIRIMIR DE LA VIDA
DE LOS MORADORES DE ALDEALPOZO.
  Y que espera su parada, para que por lo menos, las piedras que conforman sus hogares y calles, le sigan incitando a seguir rememorado aquellas generaciones que contribuyeron a asentar nuestra vida en los valores del trabajo y del esfuerzo. Pilares cada vez más en desuso en la sociedad moderna. Y que tanta esperanza aportan a quien bien contribuya a divulgarlos y sobre todo erigirlos...  Y que estoy seguro que Dani, se sentirá dichoso por conocer, de labios de su vecino y amigo Fortu. Quien se lamentaba y se manifestaba esquivo ante este camionero por haber sufrido en sus carnes la sorna de viajeros recién llegados. Quienes le preguntaban, entre te sonrisas maliciosas, con prepotencia urbanita, por sus usos y costumbres de vida rural. Desconocía, que quien escribe, es más de pueblo que las lechugas y tomates que bien se dan por estos lares. Como también desconocían esos viajeros inoportunos, que Fortu condujo su taxi durante toda su vida laboral por la calle de Zaragoza. Y fue gracias a Dani, por quien este hombre se abrió. Iniciado una conversión a tres bandas que guardaré en mi memoria viajera.
EL RESURGIMIENTO DE LOS PUEBLOS ESPAÑOLES
ESTÁ EN LOS JÓVENES COMO DANI.
Ojalá que la demencia y el Alzheimer no me avasallen en el futuro, para poder narrar en primera persona, lo orgulloso que me siento por haber paseado por los senderos de Aldealpozo; que contemplan unas ruinas amparadoras de muchas historias de vida de distintas generaciones. Las cuales, unas se apagaron en su destino de emigración forzosa o voluntaria; así como otras, siguen en la actualidad luchando para conseguir sus ilusiones de vida. Quien sabe si algunas de esas personas quieran emular a Dani. Y poder retornar a ese pueblo, si no de sus antepasados, sí el que protagoniza sus sueños de retiro y vida contemplativa...

 Nota: Gracias a Dani y a Fortu, por su dedicación y buen trato para con este desconocido. Espero que, si algún día, llegasen a leer este relato, se sientan orgullosos de haber posado para la virtualidad. Porque son un verdadero ejemplo, de cómo generaciones separadas por muchos años de vida, pueden ayudar a que sus pueblos no caigan en el olvido. Un orgullo y todo un honor el que siento por haberos conocido. ¡Hasta siempre!