Es curiso, mientras estiraba las piernas para hacer tiempo a ser llamado para descargar en un almacén sito en la Avd Cataluña, en Zaragoza, a escasos metros de la Basílica del Pilar, un cartel publicitario llamó mi atención.
El mencionado cartel publicitaba las nuevas formas y maneras de la búsqueda del empleo.
¡ Cómo han cambiado las circunstancias en estos tiempos virtuales, que no modernos...! Ahora un desempleado sin salir de su casa, sin asearse, ni vestirse con sus mejores galas, puede encontrar trabajo desde su cama, sofá o taburete de la cocina a golpe de un clik en su teclado de cabecera, sea del smartphone, como de la tablet o el portátil, que ya les mira de reojo y con mala hostia, a los antes mencionados, por llevarlo al ostracismo más absoluto. Lo digo, porque cada relato, que lee usted en este Blog, está escrito y conformado con un smartphone en mis ratos de asueto.
El slogan, que enarbola el mensaje, que ahora es el trabajo el que te encuentra aquí, me hizo sonreir al otearlo desde mi cabina. A los transeúntes que he preguntado por su parecer de semejante slogan, les ha parecido de sorna, y algunos de ellos, "miraban pa arriba" buscando el consuelo de algún apoyo celestial, ante estos "inventos" que están condenando al INEM, a ser un fotograma de mi adorada serie "Cuéntame..." de TVE. El canal, que me educó mientras mi madre y abuela hilvanadas sus agujas, y mi padre laboraba en el campo o en las pocilgas de las cerdas de cría.
En aquellos tiempos, el trabajo se buscaba a pie de tajo, mostrando al capataz de obra, o finca las credenciales en forma de manos agrietadas, y el mejor ropaje, casi por único, que guardaba el obrero en su armario. A medida que fue creciendo, la moda del currículum, se fue expandiendo por cual lacra, teniendo como prioridad, elegir una buena foto; sin olvidar, no cagarla en los modales y vestuario elegido con el que se acudía a la empresa a pedir la oportunidad de aprender un oficio, o intentar ascender en el escalafón obrero.
Ciertas oportunidades a inexpertos pueden dar lugar a profesionales fieles. |
En mi caso, mi Jefe actual, me dio el trabajo hace quince años por la iniciativa que vio en mí persona, por encaramarme a lo alto de una estanteria para ayudar a sus dos mecánicos a bajar un larguero de un remolque. Sin presentarme, ni nada, incluso empujándolo al Patrón, que observaba el proceder de sus empleados, ascendí hacia la zona donde el larguero se curvaba en su centro. Al bajar del lugar, y preguntarme que deseaba, me dijo que el trabajo era mío. Siendo Jueves, quería que me presentase a la semana siguiente. No le importó, que no tuviera nada de experiencia... Me puso quince días con su chófer más veterano, y mecánico... Sus palabras fueron, ante mi extrañeza por la oferta inmediata:
- << Chaval, veo algo en ti, que me encanta...>>. Hace poco que lo enterramos... Me amparó con 24 años escasos, hoy a mis 39 años, y quince a su servicio, le sigo extrañando cada día que me acerco a la nave, y no lo veo a la puerta, salundándome de esta guisa:
- <<Buenos días, que tal hijo....>>
Lo de hijo, me sonaba a coletilla, pero en su funeral, algunos de sus clientes, me hicieron saber, que presumía del chófer de tráiler que había formado...Hoy sigo trabajando al servicio de su empresa..Muy orgulloso.
Francisco, barrendero maño, hermano de camionero. Vaciando una papelera. |
Dejando de lado, mi experiencia con la búsqueda de trabajo; bajo el cartel publicitario encontré a Francisco, un joven maño, que estaba realizando sus quehaceres laborales. Sin dejar de atender sus obligaciones, la conversación que tuvimos, acerca de las búsquedas y maneras de encontrar trabajo tendió a favor de los métodos tradicionales. Pues él, también era de los míos, de aquellos que se patearon empresas, y puertas, buscando esa oportunidad, que ahora a algunos les llega vía virtual..
No siempre la apertura de la tapa inferior supone la caída del contenido. |
Muchas veces, un buenos días a una persona desconocida te puede reportar una grata conversación, por enriquecedora. Francisco, maño y muy educado, no dejó de bregar con su cepillo, recogedor, y cubo recoge papeleras; lo que bien me sirvió, para querer darle protagonismo en este Blog, que busca narrar vida y profesiones varias, adquiriendo mi teclado, cual toro, la carencia por las personas sencillas, cuyos trabajos no son tan valorados, como lo puede ser el de un cirujano, piloto de avión, o motorista de GP, pero sí muy fundamentales para nuestro caminar diario.
Al decirle a Francisco que era camionero, enseguida se le mudó el rictus, quizá porque echa de menos a su hermano, también camionero. Decía, que su compañero de juegos infantiles, ahora está muy sacrificado; no diré yo que no, porque a los camioneros, en ocasiones, los mismos familiares, llegan a pensar que pasamos de ellos. Hasta que entienden, que en 45 horas de descanso semanal, siempre y cuando lo disfrutes en casa, las obligaciones del camionero casado, son por y para quien duerme sola todas las noches; así como de sus hijos. Dejando aparcados, a otros lazos familiares, para las vacaciones...
Son muchos los pasos dados empujando su carro. Durante nuestro encuentro, Francisco, no perdió susonrisa, como tampoco su escoba tomó el respiro. |
Decía Francisco, que el trabajo de su hermano, era sacrificado, pero el suyo le va a la zaga al de camionero, porque mientras observé sus formas maneras de laborar por calles, parques y plazas, no le arriendo yo su empleo.. Cuando no tiene que lidiar con una bolsa depositaria de excrementos caninos, que se le queda prendida de la papelera que estaba vaciando, se tenía que poner en cuclillas para extraer una botella bajo una verja. Sin olvidar, el pasito que se tiene que dar todos los días, pues no creo que con su pupular pasito a pasito, empujando su carrito también tiene que ser cansado. Por un amigo, que tengo trabajando como barrendero por las calles de Salamanca, estos hombres que pululan por las calles de nuestras ciudades pueden caminar en su jornada laboral más de diez kilómetros de distancia. En el caso dei conocido, hay días que anda hasta 17 kms por las calles de la ciudad que me vio nacer.
Me quiero imaginar que el barrendero maño, por Francisco, le irá a la zaga al de Salamanca, recogiendo, barriendo, vaciando papeleras, y los cubos que portan, cual chófer pedestre, en el carrito de la limpieza.
Trabajadora de la limpieza de calles, en plena labor, en las calles de Peñaranda de Bracamonte (Salamanca) |
Nos gusta ver nuestras calles involutas, sin hojas, sin papeles varios, sin moñigas de los canes urbanitas, pero que poco valoramos a quien con su esfuerzo, sea matutino, vespertino, como nocturno, maniobrando con su escoba por calles, rincones y plazas...
Yo no conozco al Jefe de Francisco, pero puede estar tranquilo, que aunque le den coba, su escoba y recogedor no dejan de bregar con la suciedad, sea arrojada, como abandonada por conciencias varias....
Sábado por la mañana, mientras los peñarandinos se desperezan, sus calles son limpiadas por personas, cuyo trabajo no siempre es valorado |
Nota: no seré yo, quien ponga entre dicho, las nuevas formas y maneras de que "el trabajo vaya en busca tuya..." Pero no me quito de la cabeza, lo que podrá suponer para un parado de edad avanzada, quien quizá no entienda de las nuevas tecnologías; ¿qué es lo pensará al contemplar este slogan publicitario...?
Quizá, pueda canturrear en su interior, la canción de Presuntos Implicados:
"Cómo hemos cambiado"
Suerte a quien se encuentre en situación de búsqueda de empleo, y no esperando a que el currele vaya en busca suya...
Francisco, un placer, y gracias por tu trabajo, al igual que a cualquier empleado de la limpieza, por los barrenderos de toda nuestra vida. Por y para vosotros, va dedicado este relato...