viernes, 31 de julio de 2015

24) LA VENTA NUEVA, MERECE LA PENA

 Las personas que van teniendo ya su edad, quizás recuerden, cuando sus abuelas o madres les preparaban a buen fuego, unos torreznos. Aquel manjar porcino, bien que complementaba al pan del almuerzo o merienda, pues al soportar la pieza recién frita y extraída de la sartén, su miga quedaba impregnada de los jugos de la fritura, componiendo un perfecto manjar no sólo para los niños, sino para cualquier invitado a tan distinguida vianda.
 Pues bien, si usted viaja por la N-122, en el kilómetro 185, en un restaurante, denominado la "Venta Nueva" podrá rememorar aquellas meriendas de niño, ¡pero a lo bestia...! Perdón por utilizar esta expresión tan grandilocuente, pero la realidad bien justifica ciertas palabras escritas.¡Y si no me cree, pruebe sus magníficos torreznos, que bien que aguardan al viajero, a portagallola, en la barra de su bar...!
Es imposible, que pasen desapercibidos, no sólo por el marketing fotografiado a la entrada, sino porque el tamaño de cada pieza de torrezno, y la forma de presentación, uno sobre otro; componen el perfecto bodegón, que bien hace trabajar a las papilas gustativas; provocándonos desde su estatus hostelero, la "caída de Adán" en la tentación degustativa.
 El secreto de su sabor y textura está en su preparación, pero no será este camionero, aficionado a la escritura, quien lo desvele, por aquello de no romper el "secreto de confesión". Estoy seguro que si preguntan a la dueña de este lugar del buen yantar, o quizás, a su hijo, amables y buenas personas, seguro que se lo dirán.
Pero no se hagan ilusiones, que la preparación es tan meticulosa, y duradera en tiempo, que preferirán hacer una parada en su viaje, degustarlos, y quien sabe si pedir que se les preparen unos cuantos para llevar; pues doy fe, que hasta el día siguiente de su adquisición, ya en su lugar de destino, cuando los deguste, se rechupeteará hasta los mismos dedos, con perdón.
 Este restaurante, levantado junto a la gasolinera Cepsa, está a escasa media hora de Soria. Su emplazamiento invita al sosiego, pues los pinares aledaños, y carreteras adyacentes, han conformado el perfecto hábitat, para estirar las piernas, y oxigenar los pulmones para este camionero,  no sólo por el  paisaje contemplado, sino también por los sonidos escuchados, pues el distinto pulular de aves, invitan al viajero a soñar despierto.
 Pero no sólo merece la pena hacer un "stop" en esta venta por sus torreznos, pues no debo dejar de mencionar sus platos ofrecidos en el menú, los cuales, bien aportan al viajero una sensación agradable tras "dar el pase digestivo" a los manjares que se elaboran en sus cocinas, para terminar el festín, con un buen postre. Recomiendo sus flanes.
  Y todo, servido con un trato apacible y agradable, que bien aportan ese bienestar deseado, por quienes circulamos y vivimos en la carretera a lo largo de nuestro día a día....
23) EL AVITUALLAMIENTO EN RUTA

   La desventaja del camionero con respecto al ciclista, es que el primero, si quiere avituallarse, ha de parar su camión en los distintos restaurantes que existen a lo largo de su ruta; no como el ciclista, que bien dispone de los auxiliares del equipo, quienes les proporcionan su bolsa con sus viandas en barritas, fruta... e.tc. sin bajarse de su bicicleta.
Camionero preparando el desayuno
 Aunque siendo sincero, los camioneros en algunas ocasiones, también nos avituallamos en movimiento, sea con un bocata de casa, cuando no, con un sándwich, cocktail de frutos secos, bolsas de patatas..etc; disponibles en las innumerables máquinas, concienzudamente situadas a portagallola de las oficinas donde nos entregan los albaranes de la carga, antes de nuestra partida hacia el destino marcado
. Pero este avituallamiento tan "miserere" no tiene que ver con el mandan los cánones del buen comensal, es decir, aquel convite al que se asiste a mesa vestida con mantel, y a poder ser, correctamente servida.
 En nuestras carreteras disponemos de distintas áreas de servicio, siendo las que están situadas en autopistas, en las que menos camioneros hacen su desayuno almuerzo o cena( por asuntos del precio). En las autovías, las áreas de servicio cuentan con restaurantes en los que bien se come, y mejor te tratan. Aunque en esto del comer, cada uno es: "de su padre y de su madre" por lo que cuando quien  escribe,  recomienda a sus amigos o conocidos que hagan su "parada técnica digestiva" en tal lugar, mete la pata, y mucho; porque se le olvida, que él  tiene un buen saque...siempre.
Aquí se come bien. Aldea del Cano(Cáceres). A-66
 A medida que las autovías han proliferado en nuestras preferencias viajeras, algunos restaurantes, en los que se comía de maravilla, y el trato, era parecido al de casa, han ido languideciendo en el tiempo; hasta que  no podiendo soportar la agonía, cerraron su puertas, antes de dar más pérdidas. La causas, la prisa, cuando no, la pereza; pues en cuanto abren cualquier tramo nuevo de autovía, muy bueno tiene que ser la casa de comidas, para salirse del itinerario marcado por cada viajero.
 Si hay algo que me produce tristeza, es el no poder parar en aquellos restaurantes que me trataron a cuerpo de rey. La causa de este no poder parar, es que el desvío de la ruta, muchas veces no es compatible con los horarios marcados en los albaranes, por lo que cada minuto, cuenta, ¡y de qué manera..! cuando un tacógrafo te contempla.
 En cualquier carretera española, existen los esqueletos de aquellos restaurantes, ya desnudos de sus puertas, y marcos de ventanas, los cuales, evocan la imagen de quien bien te sirvió, y mejor te trató. Estoy seguro, que si lees estas líneas recordarás algún camarer@, cociner@ o dueñ@, de algún establecimiento de tu cabecera particular, para aquello del disfrute de un innegualable condumio.
 En los comedores ruteros bien que se descubre, desde la misma puerta de entrada, quien es camionero, sea porque come en soledad; o porque en su mesa, a parte de las "herramientas" necesarias para la operación, dispone también sobre su mantel, de un bolígrafo o papel. No siempre los camioneros podemos comer tranquilos, pues en ocasiones, sobre todo en los restaurantes de los polígonos industriales, la espera de una nueva carga que te lleve a otro destino, salta, cual liebre, en forma de llamada telefónica, cuando menos te lo esperes.

No será la primera vez, que lo que el camionero iba  degustar como menú, se ha quedado en medio menú, por aquello del salir con avidez y rapidez a cargar el camión, para completar el horario lectivo del camionero, en tiempo y forma para no tropezar con la autoridad carretera.
 Desde que hace veinte años entré, como conductor profesional en la carretera, los precios de los menús ofrecidos en la ruta han evolucionado in crescendo, nunca a la baja; ni si quiera en estos años de crisis que han avasallado nuestros bolsillos. Por aquellos años '90, un menú podía ser degustados por tan sólo 1000 pts de la época; sin embargo, a medida que la burbuja inmobiliaria iba aumentando, el importe por comer fuera de casa se incrementaba.
Hoy en día, se puede pagar, siendo camionero, unos 11€ de media (menú+ postre+café) precio que ha aletargado en sus cabinas a los camioneros, sobre todo a la hora de las cenas, en las que se puede observar parkings llenos de camiones, mientras comedores permanecen desangelados.
 Son muchos , los camioneros, que por ahorrar, reconocen, hacer una comida en condiciones, mientras que el cumplimiento con la cena, queda relegado a la ingesta de un bocadillo con viandas charcuteras, cuando no enlatadas.
 Algunos restauradores, han promocionado el rebaje del precio del menú para la cena, dejando su precio en 6€, consiguiendo lo que pretendían: aumentar su clientela camionera al final del día.
 Para finalizar, advertir al conductor turista, que aquel dicho, que rezaba:
   <<en el restaurante donde veas aparcados muchos camiones, es donde seguro que se come bien>>
En la actualidad se cumple a medias... pregunte antes de entrar..."que ya no es oro, todo lo reluce".... hasta en el avituallamiento carretero....

jueves, 30 de julio de 2015

22) CAMIONEROS DISCRIMINADOS

      Imagína  que al terminar tu jornada de trabajo, tu vecino intenta impedir que encuentres el ansiado descanso en tu vivienda. Como te sentirías...? Seguro que contrariado, cuando no indignado.
  Aunque esta posibilidad es difícil que se pueda dar en tu día a día; has de conocer, que ciertos profesionales de la carretera la viven a diario. Se trata de los conductores de vehículos frigoríficos, sean o no, de vehículos articulados.
  Cualquiera de estos profesionales, cuando acaban su jornada de conducción, en las áreas de servicio donde intentan aparcar, ven como sus mismos compañeros de profesión les intentan hacer desistir de la intención de aparcar a su lado. ¿Y por qué..? Pues porque se puede dar la circunstancia que la mercancía que transporten precise que su motor frigorífico  esté en funcionamiento toda la noche, con lo que supone una molestia inevitable para el resto de compañeros.
 Se da la circunstancia, que en determinadas áreas de servicio existen zonas habilitadas, mediante señalización, exclusivas para camiones frigoríficos; sin embargo, conductores de lonas o tauliners aparcan, sin ser interpelados por  los "conductores del frío". Pero cuando, por imperativo del aprovechamiento de su jornada de conducción, estos chóferes llegan, bien entrada la noche, a los parkings, lo único que ven y escuchan, son malas caras, cuando no soportan modales injustificados, por malsonantes de algunos "vecinos".
 Existen mercancías, como por ejemplo, los helados, que han de mantener una temperatura constante  entre -23° y -25°C; por lo que quien los transportan, no pueden, ni deben desconectar el frigorífico. Esta circunstancia hace que muchas veces, solidarios ellos, se aislen del resto de los camiones aparcados para evitar molestias. Su solidaridad, no siempre agradecida, implica un riesgo para ellos, pues pueden ser objetivo de  los dueños de lo ajeno, al estar sin ningún vecino camionero a su lado durante toda la noche.
 No solamente, estos abnegados profesionales, ven como sus compañeros en la ruta, les regalan malos modos en las áreas de servicio, sino que también, en los núcleos urbanos, los vecinos que tienen sus viviendas colindantes con las zonas de descarga de las distintas superficies de alimentación, les lanzan reproches desde sus ventanas; cuando no, la autoridad, en forma de Guardia Civil  o Policía Local, toca a la puerta de sus cabinas, debido a que han sido denunciados por algún vecino intransigente, y que desconoce, que estos camioneros, bajo ningún concepto pueden romper la llamada "cadena del frío".
 Esta "cadena" bien que hace honor a su denominación, pues encadena  (obliga) al camionero, una vez que firma los albaranes de la carga, a mantener la temperatura constante en el interior de su remolque, sin parar el motor frigorífico durante todo el viaje, para evitar, que en el destino, al ser controlada la temperatura marcada, esta no haya variado.
  En algunos supermercados, mientras esperan su turno de descarga, son los mismos recepcionistas, quienes obligan a estos guardianes del frío, a parar sus frigoríficos. Con el fin de no tener altercados con los vecinos habituales, por ser siempre los mismos, aquellos, quienes bien presumen ante sus conocidos, de que su compra de choza fue la buena; pues su  vivienda está lindando con el supermercado referente de la ciudad en la que viven. Pero luego, bien que apaciguan su ira, blasfemando contra los camioneros, quienes lo único que hacen, es avituallar al almacén del supermercado, para que nada falte en las estanterías a la hora de apertura a la mañana siguiente.
 No quiero concluir este relato, sin hacer hincapié, en una duda: estos camioneros que conducen frigoríficos, no echarán de menos, en sus viviendas, el sonido atronador de su remolque frigorífico...para poder conciliar el sueño..? Por aquello, de la admiración, que me supone el saber, que tras sus cortinas camioneras, duermen, según cuentan ellos, como los mismos angelitos...

miércoles, 29 de julio de 2015

21) ESCENAS VIALES ADOCTRINADORAS

  Desde que nacemos, nuestros progenitores encaminan nuestros pasos hacia el aprendizaje. Su mayor ilusión es que seamos buenos estudiantes, y mejores personas, claves para gozar de éxito en nuestro peregrinar vital. Y como todo peregrino, siempre se tiene que echar al camino, sea de tierra, sinuoso, recto, o asfaltado para buscar su porvenir y bienestar.
 Cada cual intenta escoger su peregrinar profesional, ése en el que no siempre se siente realizado. No es mi caso, pues me siento orgulloso de ser camionero, pues mi profesión me enseña algo nuevo cada día, por muy monótona que sea la conducción.
 Conducir un camión implica tomar muchos  caminos, y no siempre de asfalto; pues en numerosas ocasiones, las cargas o descargas obligan a abandonar el asfalto para buscar la finca de descarga por caminos rurales. Tanto en los caminos de asfalto, como los de tierra, la posibilidad de sufrir alguna incidencia(avería o accidente) nos aguarda, y casi siempre nos suceden cuando menos lo esperamos.
 Al igual que en la escuela, instituto, y universidad, las explicaciones del profesorado nos preparan con el fin de conseguir nuestro sueño profesional y personal; la conducción diaria y las escenas contempladas de nuestro puesto de conductor o de acompañante, componen un temario muy interesante para ampliar los conocimientos, y aprender distintas praxis sobre la conducción, las cuales serán de gran ayuda para afrontar bien pertrechados  algunas visicitudes viajeras.
A la hora de programar un viaje veraniego, un buen consejo, de camionero, es que no olvides portar en tu vehículo, unas gorras (ocupan poco) y si tienes suficiente espacio, no te vendría mal llevar en tu maletero, uno o dos paraguas.

Quizás te resulte extraño, que en días de estío, un camionero te recomiende portar un elemento tan apañado, para guarecerse  de las lluvias otoñales o invernales. Quizá no hayas pensado que el paraguas también te pueda servir como sombrilla asfáltica, que no playera...
 Desde mi cabina, he contemplado como familias enteras (algunas con varios niños o personas mayores) han tenido que soportar  al Sol que más calienta, largas esperas a su asistencia; tras sufrir en su vehículo una incidencia técnica, pues de todos es sabido que ante una avería, lo primero que se debe hacer es abandonar el vehículo, señalizar con los triángulos de peligro, y aconsejar a los ocupantes, el  deber de situarse en lugar seguro, como por ejemplo, detrás del guardarail.
Con esta acción evitaremos que un conductor despistado convierta una simple avería, en un trágico accidente. En estas situaciones, no siempre disponemos de una sombra (puente, señal informativa.. etc) que nos pueda cobijar, por lo que el paraguas, siempre será tu mejor aliado en tus viajes, llueva, chucee o caliente en demasía.
 No puedo dejar de mencionar, el hecho de que ante una incidencia en el viaje, los ocupantes del vehículo, cual peritos diplomados en mecánica, hacen corrillo tras del auto, cuando no, delante del mismo, dando la espalda al tráfico de vehículos. Intentado, entre unos, y los otros, conseguir el mejor pronóstico técnico. Es conveniente, que cualquier acompañante, uniformado con su chaleco reflectante, se sitúe en lugar seguro para avisar al resto de conductores de la peligrosidad próxima.
 Los profesionales del transporte, cuando nuestro camión se avería, tenemos la obligación de llamar al 112 para dar aviso de la incidencia, con el fin, que los empleados camineros, señalicen y delimiten con conos el lugar, para evitar males mayores por las dimensiones de nuestros vehículos.
 Por distintas situaciones vividas en carne propia,  recomiendo portar una linterna en los vehículos, bien servirá para hacernos ver en la oscuridad de la noche, si presenciamos o asistimos a algún accidentado; sobre todo, si intentamos asegurar la zona de la incidencia o siniestro desviando el tráfico, mientras esperamos la llegada de la autoridad viaria.
 En el "pase revista"  previo a la salida viajera  como turista, a bordo de mi coche, no puede faltar unos guantes de látex(por si acaso tengo que asistir a algún herido accidentado); así como guantes de trabajo de goma, para reparaciones neumáticas, sin olvidar el buzo de trabajo, por aquello de no mancillar la limpieza y presencia de la "ropa del Domingo". Por cierto, estos guantes, son muy socorridos para repostar en las, cada vez más prolíficas, estaciones de "servicio  selfservice".
 En fin, la diversidad de anécdotas vividas en cada kilómetro de conducción carretera, pueden ser comparables(metafóricamente escribiendo) a los cuentos de nuestros padres, así como a las lecciones de nuestros profesores, por aquello de que siempre se pueden obtener  moralejas diversas.....que nos convierta en "ángeles previsores" para salir airosos en determinadas situaciones de nuestra ruta, sea profesional o de tiempo libre ...

             ¡ BUEN VIAJE. !

lunes, 27 de julio de 2015

20) "EL MAQUINISTA"

 En el argot de la agricultura, a los conductores de las cosechadoras, se les denomina, maquinistas.
 Esta bonita profesión, no deja de tener sus inconvenientes, pues requiere de mucha destreza, reflejos y saber hacer. Estas cualidades, se adquieren, por lógica, si se tiene la suerte de que te den una oportunidad, la cual, en los tiempos que corren, se hace empresa imposible.
  El elevado desembolso económico al que se enfrenta el dueño de la cosechadora, es un acicate que va en contra de las aspiraciones de los aspirantes legos en este oficio. Por lo que, por norma general, estos profesionales suelen tener ya una edad madura. Es raro encontrar a maquinistas jóvenes, pero siempre existen excepciones que confirman las opiniones. Normalmente suelen ser hijos de agricultores o de propietarios de cosechadoras, quienes mamando desde la cuna la pasión de sus progenitores por el campo, aprenden rápido este oficio, y con buena mano.

 Este año, durante un paseo, conocí a Santi(39) quien me permitió subir a su máquina. Su juventud, no es impedimento para ser un experimentado maquinista. Descendiente de trabajadores del campo, aprendió rápido el oficio, en aquellos años en los que los empresarios de la cosechadoras daban oportunidades a quien se presentaba con la ilusión por aprender.
En la actualidad, este hombre joven, es quien ha enseñado a manejar la cosechadora a Paco, el propietario de la misma. La necesidad de ajustar y ahorrar los costes de las explotaciones agrícolas, han promulgado, que los agricultores, sean arrendatarios o arrendadores de las faenas agrícolas en grandes extensiones tengan su propia maquinaria, sin tener que recurrir a terceros.

 Hoy en día, el trabajo de maquinista ha evolucionado tanto, que la tecnología permite al operario, estar pendiente de la siega, sin agarrar el "timón"; salvo cuando el corte o mano de la siega llega a la linde de la parcela, donde la maniobra se realiza con el volante, pues el autoguiado vía GPS, de momento, no ha evolucionado tanto, como para que el humano sea prescindible en esta bella faena agrícola.

 La atención del maquinista es máxima, pues dependiendo la morfología del terreno, si este prolifera en piedras, puede suponer que una de ellas, al ser engullida junto a la mies, provoque una avería sería en las cribas y distintos elementos internos de la cosechadora; provocando con ello, el retraso en la cosecha, corriendo el riesgo de que las condiciones meteorológicas aptas para la siega, se conviertan en inclemencias dañinas para la cosecha.
En años buenos de cosecha, por abundancia de mieses, el maquinista debe estar pendiente, para que la máquina engulla, sin atrancarse, las cañas provistas de sus espigas, deteniendo, si fuera preciso el avance de la siega, levantando el corte, subiendo el molinete, e incluso dando marcha atrás hasta que el acumulamiento, hubiese sido engullido.
 No sólo un buen maquinista es el que sabe maniobrar con la máquina, sino que también debe preocuparse por observar durante la siega y cribado, si la máquina  arroja grano bajo el maraño( montón de paja que va quedando tras la criba) en el suelo.
Si se produjera tal hecho, los parámetros de la siega deben ser modificados, sea desde la cabina, o en la zona de las cribas, para evitar el derrame del producto tan preciado. En esta operación, también observa si, el desgrane de la vaina, y la caña soportadora del cereal, se ha producido correctamente;  para valorar el nivel de marea (humedad ambiental) pues esta circunstancia implica el posterior aumento o disminución en el  peso de la paja al ser empacada.
Es por esta circunstancia, que en estos tiempos, las tareas de la siega se desarrollen al alba, siempre y cuando el desgrane sea correcto, para aumentar el rendimiento de de la venta de la paja, al quedar adosadas en la caña las vainas que albergaron el grano.
Es decir, que si la prisa no atosiga, en cuanto la temperatura es excesiva, la siega se detiene, hasta el atardecer o amanecer siguiente.
 En definitiva, esta profesión, que tanto apasiona a las gentes del campo, tiene muchos "pros" que bien promulgan la admiración hacia el profesional que la desempeña; pero no se deben olvidar ciertos aspectos, que por descuidos o despistes, bien les puede suponer una crítica del agricultor, que les empañe su particular hoja de servicios, y les pueda perjudicar en la contratación de la próxima campaña de recolección...
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19) LA "CATA" DE LA ESPIGA

 Cuando a los 39 años, las canas de un hijo, se van complementando con las de su padre  los recuerdos vividos en el pasado, alertagados por el paso de una vida, despiertan para ser reclasificados.
 Ser hijo de un labriego, implica tener multitud de anécdotas y escenas archivadas en la memoria. En estos días, en los que las cañas del cereal  están siendo convertidas en paja, por ser cosechadas; era el mejor momento, para revivir una bella escena, muy repetida, por abuelos, padres y niños durante siglos, avanzada la Primavera, en los pueblos de España.
 El agricultor, se adentraba en su parcela, ya colorida de ocre por el avance de las temperaturas estivales,  tras acariciar las espigas con la palma de la mano, arrancaba unas cuantas; y tras cortar las agallas(si fuese cebada) que coronan la espiga, las estrujaba con ambas manos, en movimientos circulares.
Una vez realizada esta operación, al abrir sus manos, el cereal, cebada o trigo, permanecía en una de sus  palmas, junto con los restos de las vainas, que bien lo guarecieron para su germinación primaveral. Una bocanada de aire del propio agricultor, venteaba en su mano, que no en la era.
Esta operación, permitía expulsar las vainas, dejando sobre la palma, el grano; que bien era analizado por el agricultor para preveer, el resultado de su pronta cosecha. Este análisis o estudio ancestral, permitía al labriego, conocer el grosor del grano, y su calidad.
 Una vez, realizada la operación, volvía a su hogar; algunos,  degustaban el grano de la prueba, cual snack , por el camino. Cuando cruzaba el umbral de su morada, al ser servido en la mesa, la comida o cena; delante de su prole y esposa, bien exponía el resultado de su particular cata.
No sin antes, haber echado un vistazo, a la pequeña gavilla, que bien  adornaba, desde la Primavera, colgada boca abajo del techo del sobrao; o en un jarrón que a bien  engalanaba  cualquier estancia del hogar familiar.
 En ese momento, la alegría o tristeza, se palpaba en el ambiente; siendo conscientes los hijos, que las  miradas entre sus padres, bien presagiaban, como vendría el año, hasta la siguiente siega, sin haber cosechado la de ese año...y todo por una cata entre las mieses o en la misma linde....

domingo, 26 de julio de 2015

18)CARGAS COMPLICADAS:VISTAS UNICAS

  El ser camionero, aporta la desventaja de estar fuera de casa, pero a cambio, para entretener a la nostalgia, y no decaer en la desasosiego acrecentado por no ver y estar junto a los seres queridos, algunas cargas te ofrecen la posibilidad de contemplar paisajes de ensueño; a pesar de que llegar a la zona donde se realiza la operación de carga, el camino o carretera invite al miedo, y llame a la precaución, que siempre bien acompaña al amigo
conductor. Algunos trayectos, sobre todo los que discurren por canteras al aire libre, implica un riesgo para el camionero, que sin dejar de contemplar el entorno natural, no olvida que cualquier distracción puede suponer el despeñarse con su vehículo ladera abajo.
Estas fotos fueron tomadas en las canteras de Macael(Almería) donde se extrae el mármol y distintas piedras naturales, cuyo nombre goza de gran prestigio en el mundo de la escultura y arquitectura. Las piedras de revestimiento las cargué con destino Plasencia(Cáceres) en donde los lugareños bien las utilizan para no dejar que el aspecto rural hurdano que aportan las fachadas a sus casas se olvide en el tiempo.
 Es un gusto llegar a estos lares con el camión, y que te reciba un paisano que trate con una educación esquisita, que te haga recordar el viaje, no sólo por el riesgo asumido, sino por las maravillosas personas que te hacen sentir un privilegiado de la vida, aunque uno esté lejos de su  tierra y de sus seres más queridos...
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 17)YO CAMIONERO, ¿ CULPABLE...????

Parece que así es. Me refiero a las últimas informaciones de prensa en las que las autoridades españolas, animadas por informes del RAC, en los que se aconseja que el tráfico de camiones debe ser, sí o sí, y  no tardando en el tiempo, desviado por autopistas y autovías, que discurren cercanas a las carreteras convencionales de toda la vida.
 Según las conclusiones de los "especialistas" gubernamentales, y de estas asociaciones automovilistas, los camiones y por ende, sus conductores, sin olvidar, a los empresarios del mundo del transporte, somos los causantes en el pasado y presente del aumento de la siniestralidad automovilística; sin olvidar, también, del futuro. Es decir, que según sus estudios, si los camiones son desviados a estos tramos bonificados(por los de autopistas de peaje) las consecuencias fatales, de lesiones, y las económicas, por accidentalidad, se verán disminuidas.
 Una vez leídas, cuando no escuchadas en la radio de mi camión; sin querer, las autoridades nos ponen a los camioneros a los "pies de los caballos" provocando con ello, que ciertos sectores sociales, enfoquen su dictamen judicial, declarando culpables a los profesionales del volante.
 Estoy seguro, como profesional del sector, que si algún "especialista" sea gubernamental o del RAC, pasara unas semanas en mi cabina, observando la circulación automovilista, se darían cuenta, que sus conclusiones no son tan acertadas. Observarían, que el aumento de la siniestralidad se debe al cambio de actitud de los conductores en general, sean profesionales o no. Me atrevo a manifestar esto, porque desde mi puesto de conducción se puede observar, como la agresividad a la hora de conducir ha ido in crescendo en el tiempo, sin medir las consecuencias de las formas y maneras de la conducción actual. Es decir, que si a la agresividad maniobral,
le unimos el grado de despiste que provoca la proliferación del uso del teléfono móvil, para navegar en más redes sociales, que no hablar; caerían en la cuenta, que son muchos los conductores, que ante la inminente aproximación de la salida de autovía que van a coger, no dudan en pasar a escasos metros del morro de los camiones, haciendo contravolantear, por no decir, frenar, al camionero que no esperaba tal "arrojo" del conductor  imprudente.
 Desde mi puesto laboral, observó día sí, y día también, como cada vez son más los conductores/as que utilizan sus faldas o perneras, como mesa de oficina, es decir, que en vez de llevar su teléfono en un lugar apropiado, lo llevan siempre a mano, cuando no tecleando, a saber si un "ok" a una invitación o propuesta de sus colegas o clientes. Debe ser tan urgente, que no tienen tiempo a llegar a su destino, porque olvidan, que una llamada por el manos libres, es menos perjudicial para sus intereses de seguridad vial, y por ende, los del prójimo.
 Pero no sólo, el aumento del mal uso del celular en el coche es el causante del aumento de la siniestralidad; también lo es el grado de dejadez del mantenimiento de infraestructuras viales, pues estoy seguro, que a nadie le pasa desapercibido, como nuestras carreteras, sean de peaje, autovías, y sobre todo las convencionales, sufren una degradación plena, con baches que pronto dispondrán de la concesión del título de "socabrones". Se puede observar como las cunetas de carreteras locales, provinciales y nacionales parecen la selva amazónica
, en seco, por la proliferación de distintas y diversas especies vegetales, que bien impiden, la visibilidad en la aproximación a una curva, sin olvidar, cuando intentamos salir de una parcela o camino de servicio, pues cierta maleza, impide ver con claridad el tráfico que discurre por la carretera, cuya concesión y explotación conservera, bien se acuerda y firma sobre papel, pero a la hora de poner en marcha maquinaria y operarios camineros, se relaja hasta tal punto, que la dejadez pasa a ser olvido.
 Hace no mucho tiempo, tuve por imperativo legal de la operación salida, que circular por la Radial 4 Madrileña, autopista de peaje, que bien parecía el camino de cabras de cualquier zona rural de nuestra España; por la degradación de su asfalto, bien simulaba ser ya, el "tiro al pichón asfáltico" por aquello, que cualquier vehículo que adelantaba a mi camión, desprendía por la tracción de sus ruedas, tal cantidad de piedras asfálticas, que el parabrisas y morro de la tractora, parecía un palomo plomeado, tras un ojeo de cazadores intenso.¡ De vergüenza, no...lo que sigue, era como estaba el asfalto....!
 Y como esta carretera, todas las demás: señales de tráfico caídas,
tumbadas, y  ausentes, por estar desnudos sus  pies metálicos de la placa informativa, convirtiéndose cual guillotina vertical; corrimientos de tierra próximos al asfalto; arcenes sucios con grava y arena, peligro de para cualquier vehículo en caso de maniobra evasiva; guardarailes sin protección para moteros; señalización horizontal apenas perceptible;
reductores de velocidad plastificados tan degradados, que ya sólo quedan los tornillos que los fijaron al asfalto; grietas y fisuras asfálticas, que tanto degradan a los neumáticos.. etc.
 En resumen, la dejadez de la Administración es tal, en cuanto al mantenimiento de las carreteras, en el tiempo, que este camionero recuerda de memoria ciertos baches de algunas carreteras de nuestra España, aunque pasen meses sin circular por ellas.
 Por no alargar más este relato, no me creo merecedor, por ser camionero, de cargar con la culpabilidad del aumento de la accidentalidad, pues a la hora de buscar culpables, no hay que olvidar, que ciertas autopistas de peaje, están declaradas en concurso de acreedores, y los camiones, por su volumen, somos una "miel" muy apetitosa para los abejorros de nuestra Política, y sus "amigos"..... interesados en aumentar sus emulumentos al precio que sea....Porque si por seguridad fuese, medios técnicos existen para obligar a los conductores de  motos, turismos, furgonetas y autobuses a coger también las autopistas y autovías cercanas a carreteras convencionales sobre explotadas en cuanto a nivel circulatorio, y para muestra, la N-Vl a su paso por San Rafael(Segovia) utilizada por multitud de vehículos en su camino hacia el Noroeste de la Península, para evitar el pago del excesivo importe promulgado por la Concesionaria encargada de su explotación..
. al igual que los camiones, que por carga o ir vacíos, les interesa este itinerario, por barato....
 En fin, los camioneros seguiremos trabajando, conduciendo para abastecer los mercados y favorecer siempre a la vida, y de paso, llevar a buen puerto las promesas de ciertos amigos del "pío pío, que yo no he sido" que no de la seguridad vial en la carretera....