viernes, 16 de junio de 2017

225) CUANDO VAS A COMER Y TE CONSTIPAS

  Estoy seguro, que no seré yo el único espécimen, que siente pavor a la hora de ir a comer o cenar a algún restaurante en tiempo veraniego.
Porque no es de recibo, soltar la herramienta de trabajo, y tras cubrir la distancia que une tu cabina con la puerta del restaurante, ir rezando el "Ave María" para no salir constipado.
Ya que los locales donde nos alimentamos, quienes no disponemos de la posibilidad de hacerlo en nuestros domicilios, están climatizados en demasía; por las bajas temperaturas que tienen programada para recibir a sus clientes. Quienes en su mayoría, son obreros que llegan bien atemperados por ese Lorenzo, que tanta justicia imparte e los meses de verano.
Ha sido noticia, que varios alumnos de un colegio madrileño han tenido que recibir asistencia por haberles sobrevenido un golpe de calor colectivo mientras estaban recibiendo sus clases.
Hecho que me ha hecho reflexionar, sobre qué seres humanos del futuro estamos desarrollando con tanto consentimiento y tanta facilidad de vida. Pues cuando éramos chicos en tiempos que Franco estaba estirando la pata, no se había extendido​ el uso y disfrute de los sistemas de aire acondicionado. Incluso en nuestros viajes, el aire que tanto nos aliviaba en nuestros desplazamientos, era el que penetraba en el habitáculo del vehículo a través de sus ventanas.
Me podrán decir ustedes, que el cambio climático está detrás de tanto acobardamiento del ser humano del primer mundo.
Respuesta que me hace sopesar, que la política actual de usos y disfrutes carece de moralidad. Porque si no tengo, por mal entendido, los aparatos de aire acondicionados también ocasionan sus estragos en el dirimir de los circunstancias climatológicas del futuro más inmediato.

Entonces, me pregunto, ¿por qué cuando voy a comer a los restaurantes; a los centros comerciales e incluso algunos centros hospitalarios, siento tanto temor a tener  que disponer el tissue en cuanto llegue a mi hogar...?

Algo no me cuadra...Me lo explique el por qué de ese pensamiento del que dispongo, cada vez que llega el verano.

Quizás sea el mismo, del que disponga usted, por ese uso, por bajamente programado y tan prodigador de enfriamientos varios...

Será, por aquello, que ya no se estila, la tertulia española. Por la sobremesa tranquila a la vera de un buen café o chupito.

jueves, 15 de junio de 2017

224) EL CAMIONERO: SUS DESHORAS.

Uno de los inconvenientes con los que se enfrenta cada día  el camionero, es el saberse que no cuenta con ciertos horarios, digamos, de obligado precepto para el resto de sus correligionarios de vida.
Es decir, que si usted cuenta con sus horas fijas de comidas en su jornada lectiva, los camioneros dependemos del capricho de la carga o descarga. Porque los oficinistas logísticos, así como los jefes de turno, antes de que el camión esté libre en su descarga, ya han dado su palabra al próximo cargador de que su vehículo va estar dispuesto a tal hora para tras abandonar las instalaciones, estar descargando a la hora convenida.
Por lo que el camionero debe andar presto. Y tan ligero, que las horas de sus comidas son obviadas, así como pospuestas para no dejar en mal lugar a sus mandamases.
Es muy fácil cubrir distancias, desde el aposento de quienes entienden de firmar los contratos en la logística. Pero no así, para quienes gobiernan el vehículos que transporta el envío. Porque a diferencia del camión, que cuando se le enciende la luz de la reserva se le debe abrevar, el camionero debe obviar en demasiadas ocasiones esas señales que nos envía el estómago a los seres humanos cuando el hambre comienza a campear por nuestros intestinos.
En jornadas pasadas, tuve que posponer mi almuerzo para las 16.15 horas. Con el fin de facilitar la hora de descarga marcada. Menos mal que siempre  encuentras esa disponibilidad del camarero de barra para rebuscar en la cocina alguna vianda que haya sobrado del menú del día. Que recalentando y servido junto a la barra, que no en el comedor, sienta muy bien para tranquilizar la demanda del estómago.

Es curioso, mientras degustas el almuerzo o la cena a deshoras, te confabulas contigo mismo, de que no vas volver a consentir lo mismo en futuras jornadas.

Pero cuando no es por tu jefe de tráfico o por el cliente, lo debes hacer por el imperio del tacógrafo.

El cual, como te descuides, te deja sin dineros para poder comprar si quiera un bocadillo frío con el que atemperar el espíritu camionero cada vez más encabronado...

¡Gajes del oficio..!

martes, 6 de junio de 2017

223) JÓVENES: DEMANDANTES Y AUTÓNOMOS.

Acabo de conocer a Rafael. Un joven cordobés de 26 años. Un hombre en madurez, que quiere comerse el mundo siendo autónomo del transporte. Motivos no le faltan para creérselo. Pero le falla su discurso.
Me explico.

Mientras estábamos esperando los papeles de nuestra descarga junto a la ventanilla del almacén de una gran superficie de alimentación, dos jóvenes se acercaron a entregar sus respectivos currículum.

Les desee suerte, así como que se pensaran lo de hacerse mis compañeros, pues trabajo no les va a faltar, a no ser que el "Robotruck  driver"  esté en fase avanzada para ser presentado como el mejor chófer de la historia del transporte.

Cuando Rafael, me escuchó aconsejarles que se hiciesen camioneros, les comentó que no me hicieran caso. Pues "no se ve color". Decía con su chispa andaluza.

Cierto es que no se ve color, si eres un "manirota o un vivilavirgen", pero siendo conmendido en los viajes, los camioneros, no debemos quejarnos tanto con respecto a otros trabajadores de nuestra era.

Todos queremos o nos gustaría ganar más dinero, así como siendo camioneros, no todos los que se sientan frente a un volante, se mentalizan de que en el momento de arrancar, la vida ya no será igual. Ni para el conductor profesional, como tampoco para su círculo más cercano. Cuyos miembros, sean pareja o amigos, no entienden, por ser jóvenes aún, que no todo es jauja en la vida, y sí mucho sacrificio.

Decía Rafael, que no ve tanta guita, pero no caía en la cuenta, en esos  currículum entregados al guarda de seguridad, que no a un encargado de selección de personal, habría demanda de unos pocos euros, por pocos que fuesen por ciertas horas de trabajo.
Permita el lector, que me atreva a pensar, que esos jóvenes demandantes de empleo, no les importaría currar ciertas horas, aunque no les pagasen en demasía.

¡Eso sí, según convenio..! Que uno por ser obrero, no ha de convertirse en mendigo, por mucho que seamos todos esclavos de un sueldo para ir tirando.

Un sueldo que a Rafael, no todos los meses le caerá de igual cuantía. Porque es autónomo. Particularidad muy encomiable para con un joven que es un echado palante, desde el sentido que desde que cumplió los veintiún años tuvo claro que deseaba seguir los pasos de un padre, con quien hoy trabaja codo con codo para sacar sus camiones para delante.


Que la vida se nos ha puesto cuesta arriba, es un hecho. Pero lo que yo observo en mis viajes, que la mentalidad del español medio se ha quedado estancada en aquellos años del cambio de milenio. En el que tanto se cobraba o se concedía en préstamos usureros, que  el parque móvil español se mudó de autos estándar a turismos de gran lujo. Provocando situaciones tan curiosas, que ante la entrada de trabajadores a la fábrica, se tardaba en vislumbrar cual era el del Jefe.
Quien sabe, si será eso, por lo que el joven cordobés y autónomo, manifestaba que  no había color...

Permitan que les añada, mis padres y abuelos, siempre me dijeron, que "la vida no es de color rosa".

¡No se me ha olvidado, nunca...!

¿Y a usted...?

Cinco Ejes Writter, servidor de ustedes...

domingo, 4 de junio de 2017

222) AQUELLOS UTENSILIOS, HOY EXPUESTOS.

Buenos días.

Espero que tenga usted una buena semana laboral, si es que tiene la suerte de su lado, por aquellos de estar laborando, aunque sea poco renumerado.
Pues los sueldos han decrecido a medida que la falta de escrúpulos de algunos empleadores ha ido aumentando como la espuma de esas botellas descorchadas para cualquier celebración de nuestra vida, cada vez, por cierto, más acotada para poder disponer de ese medio de vida que tan necesario  para ir tirando por este peregrinar cuyo destino final lo conocemos, por estar asegurado, desde que nacemos.

Cuando estoy escribiendo estas líneas son las 8.22 horas de la mañana. Es Lunes, y estoy en la cola del banco.

6 Hombres 6 y una sola mujer esperando a que los funcionarios bancarios nos habran las puertas de su lugar trabajo. Ojalá se les permita por muchos años seguir fraqueándonos el paso hacia su ventanilla de apoquinamientos o pagos varios, así como hacia sus mesas de trabajo tal y como está el panorama laboral cada vez más automatizado.

Uno de los hombres que están en la cola, se lamenta en conversa con la dama, de que no haya ya disponibles tantas oficinas bancarias con trato personal para realizar unas operaciones bancarias, que a quienes disponemos de una edad, nos enseñaron al dar nuestros primeros pasos, a  quienes recurrir y a dónde debíamos acudir, por la oficina bancaria familiar de cabecera.

Es hermoso ir finiquitando estas líneas, tras ser abierta la puerta de la sucursal por la empleada que va saludando a cada cliente por su nombre. Así como los nombrados le han ido dedicando su particular sonrisa, aunque estuviese amilanada por ser Lunes muy de mañana.

Hace unos años, Javier Bardem protagonizó los "Los Lunes al Sol".

No precisará usted, abnegado lector, por qué de ciertos films, están tan bien traídos para ciertos textos, aún metiéndonos tanto miedo.

Aquellas herramientas de nuestros ancestros, hoy permanecen expuestas de cara a la galería pública; en determinados escaparates y lugares donde multitud de almas, todavía encorsetadas en cuerpo humano, caminan por la calle realizando sus mandaos o descansando de sus quehaceres ocupacionales. O por que no, buscando su oportunidad laboral. ¡Demasiado ansiada ya!

Quien sabe, si las almas que manejaron estos utensilios fotografíados en un escaparate, nos estén queriendo decir, que "el rectificar es de sabios". Así como que "nunca es tarde si la dicha es buena"...

Al salir de la oficina bancaria, para retornar a mi trabajo, la cola del banco ha aumentado en número de jubilados expectantes ante la cristalera donde le pagarán su salario para ir tirando...

Quien sabe si de algún hijo o nieto. O quizás sobrino de cuarenta o cincuenta años...

   Siempre suyo: CEW.