28)EL NIETO DEL PASTOR
Desde que andamos por los senderos de nuestra vida nos podemos encontrar con situaciones diversas y escenas que si las permitimos que nos impregnen, nos pueden aportar multitud de sensaciones reconfortantes, sea por los recuerdos que se evocan, y como no de las personas que los engloban.
Hace unos días tuve la suerte de poder hacer noche en casa de mis padres, aparcando el camión a su puerta. Al entrar desde la carretera nacional hacia el lugar donde se levantó el "semillero" de mi vida hace 39 años, la emoción iba abriéndose camino en mi interior, aletargando al cansancio y a la pesadumbre tras la jornada de conducción iniciada en Santander. Digo emoción, porque a medida que mi camión iba adentrándose por las calles de mi pueblo, el poder contemplar a ciertos vecinos sentados al fresco, me hizo sentir dichoso, por verlos, a pesar de sus achaques y circunstancia personales vividas o superadas, con la mejor de sus sonrisas, aunque la procesión fuese por dentro.
Al aparcar mi camión, y apearme de la cabina, el estruendo promulgados por un equipo de música en el interior de un coche aparcado junto a la parte trasera del frontón imantó mi curiosidad. En ese lugar, desde hace años, y por falta de casas abandonadas o lugares propicios para montar una peña, un grupo de jóvenes construyó la estructura con distintos elementos metálicos y plastificados, que bien conformaron el mejor techo, bajo el que colocar unos cuantos viejos tresillos, frigorífico, y distintos utensilios que bien les ha servido para presumir de su particular "centro multiusos" dotado hasta con terraza de verano y barra bajo el firmamento, donde tomarse unas "copichuelas" que diría el Segura, que no el Torrente; sin olvidar, que ofrecen o disponen de butacas móviles para disfrutar de las vistas y sombras durante el día.
En este lugar, varias generaciones de chiquillos han ido creciendo, reuniéndose años y años hasta convertirse en adolescentes. En invierno, la dejadez y falta de limpieza por el abandono deja su impronta, pero en cuanto, se barruntan las Fiestas patronales de Agosto, estos jóvenes acicalan su lugar de reunión de cabecera, para recibir, como es lógico, y como se merecen a sus "visitas".
Aquella tarde todos ellos estaban reunidos alrededor de un Seat Panda, vehículo, que en un principio, no reconocí; quizá porque el potente equipo de música que ocupaba su reducido maletero, me hipnotizó sobremanera, porque bien se sabe, que la "cabra siempre tira para el monte, por muy vieja que esta ya lo parezca".
Este turismo, que en su época, fue socorrido por gentes del campo, como coche de familia, que bien lo acostumbraron o amoldaron a sus trabajos en el campo; fue por su precio y prestaciones uno de los más vendidos en aquellos tiempos en los que mi pubertad presumía de lozanía.
El co-protagonista de esta historia, por el Panda, fue comprado por Baudilio, hombre de gran corazón, mejor vecino, y sobre todo mejor persona. Su trabajo de pastor vitalicio de ovejas, unido a su sencillez, hicieron crecer alrededor de este hombre un aura, que todavía le contempla al ser recordado en esta vida, no sólo por sus familiares o amigos, sino también por sus convecinos y conocidos.
Cuando su nieto Loren "Junior"( por ser el primogénito de su padre, de igual nombre) me hizo caer en la cuenta que aquel turismo "histórico" (por los recuerdos que despierta) era el de su abuelo, mi corazón se aconjogó por la emoción, y porque no decirlo, se emocionó, no sólo por recordar a mi vecino Baudilio, sino también por conocer, como este nieto, mecánico de profesión en Ávila, no permitió que fuese al desguace (aún teniendo el suyo propio) con el que su pastor de cabecera recorrió los caminos en busca de su "rede" o aprisco(lugar donde se cierran las ovejas, compuesto por vallas metálicas, y montado en cualquier parcela cercana al entorno del del pastoreo, y que evita al pastor, tener que retornar con rebaño al pueblo a diario).
Este chico, narraba orgulloso, el "planning futuro" que tiene preparado para este vehículo tan especial para él. Por situaciones vividas a bordo del Renault "4 latas" con el que yo me moceé y estrené en la conducción legal carretera, que no por caminos, le pregunté:
- "Que si sus amigos no le ponía trabas a la hora de ir de fiesta a bordo de este coche"..?
Por aquello de que les diera vergüenza aparecer en semejante "joya" y no hacerlo a bordo de un coche, digamos, si no de alta gama, de mejor apariencia, por aquello de sentirse más reforzados a la hora de: iniciar el filtreo, ronda, tirada de tejos, mocear... en una palabra: ligar.
Loren, sin dudarlo, me respondió:
- " ¡ Que va, si hasta les encanta subirse y que ponga la música a toda ....!
¡Nos jodió Mayo, que dice el dicho, no se si castellano, pero sí en mi pueblo; con semejante equipo de sonido, ni el "Musical Sueños"(grupo del que se dan referencias en el amenizaje y entretenimiento de las verbenas en Castilla León) le podía llegar a la zaga..!
En fin, el orgullo que emanaba de sus palabras y de su mirada, contándome anécdotas vividas con sus padre Loren, cuando le montó el equipo, y su ideal de mantener y seguir tuneando este auto, me hacían sentirme orgulloso por conocer a este joven, que se desvive por mantener en la carretera, un coche que sin tener un gran valor para el mercado, está consiguiendo con su empeño y maña, que su apariencia lustre, y de que manera la existencia eterna de su abuelo, Baudilio Macías, al que mi imaginación de niño, hoy pinta de esta guisa:
+Levantándose su gorra de vestir, y mesándose el pelo, para decir sonriendo:
¡ que orgulloso me siento de mi nieto!
Y yo también, sr Baudilio... porque merece la pena que se conozca, las ilusiones y esperanzas que tiene depositadas su nieto en este coche que tanto le recuerda...y por que no: lo eterniza....
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