40) A TOMÁS, IN MEMORIAM
Decían por ahí, que el número "15" representa la "niña bonita". Digo decían, porque este año el 2015 está siendo el año de "la negra" por la "manipuladora de la guadaña" en lo que se refiere a mi entorno familiar y profesional. Personas todas ellas de distintas edades, que por una u otra casualidad de la vida me dieron o les di cariño.
Estas líneas que brotan el cariño y respeto, están dedicadas a la memoria de Tomás, uno de los vigilantes que custodian la entrada y salida de personas del Centro de Transportes de Salamanca, y a los bienes inmuebles y vehículos industriales que son aparcados en sus plazas arrendadas por particulares autónomos o grandes empresas.
Esta mañana, al entrar en el Centro de Transportes, Eugenio, uno de sus compañeros, sabedor de que mi relación con Tomás iba más allá de la pura cortesía de dar la hora, me indicó que me acercara a su garita. Extrañándome su invitación, me informó del fatal desenlace para la vida de una persona maravillosa, como lo fue Tomás.
Era un hombre alto, espigado, moreno y de sonrisa atractiva. Lo que más destacó de su personalidad era la bondad. Su sonrisa irradiaba e inmantaba al interlocutor, si éste, como era mi caso, le entraba al quite de su cachondeo sano.
A la hora de narrar o escribir un retrato o perfil de una personalidad, siempre el autor, corre el riesgo de recoger tras lectura, alguna crítica, sea acertada o en contra; pero he de explicar, que cada uno de nosotros tratamos a nuestros semejantes de distinta manera y forma, según creamos o comprendamos sus "formas y maneras". No creo que nadie que conociese a este hombre de 45 años, y que tallaba casi 1.90 cm de porte, permaneciese impasible ante el comportamiento profesional y personal de este vigilante, que bien que se hizo con el cariño de los trabajadores de las empresas albergadas dentro del recinto vallado del Centro; sin olvidar a los camioneros, quienes por su paseo hasta el lugar donde tienen sus vehículos particulares desde el estacionamiento de sus camiones, se podían topar con Tomás, quien unas veces caminando, y las menos, a bordo de su Seat Ibiza verde oscuro, siempre tenía un gesto o saludo amable para todo aquel que bien lo quisiera corresponder.
Desde mi punto de vista personal, he decir, que Tomás en cuanto barruntaba que mi tráiler se aproximaba a las barreras de salida o entrada, empujaba la ventanilla de su garita, pues bien sabía, que el puteo mutuo, aunque fuese por el tiempo que el automatismo me franqueara el paso, nos iba permitir esbozar una sonrisa.
Le recordaba siempre, que un presentador del Canal 24 horas de TVE, se me parecía a él. Un día me reconoció que podía ser.
Por lo menos el viaje que ha emprendido Tomás, involuntario, y sin disponer de apercibimiento para el embarque, pues dormía; no será en valde, porque cuando un ser apreciado o querido se nos va sin hatillo, ni documentación, ni dinero, dejándonos sus acciones en vida, el recuerdo siempre será el mejor homenaje para hacer de su permanecía entre nosotros imborrable, por no decir, eterna.
Tomás era uno más, del equipo de Vigilancia del Centro de Transportes Salmantino, cuyos nombres, siento no conocer en su totalidad, pero estoy seguro que Ángeles, Eugenio, Luis y compañía, a quienes los camioneros vemos los primeros cuando llegamos, y nos despedimos los últimos, cuando iniciamos las rutas a diferentes destinos; sentirán esta enorme pérdida, al igual que le echarán de menos todas las personas que trabajan en este Centro de Transportes de Salamanca...y que tuvieron el enorme privilegio de conocer y tratar a esta excepcional persona, como lo fue Tomás.....
¡ Hasta siempre Tomás
sigue amparándonos desde el Cielo
y si puedes, impregnamos con tu
simpatía sin límites, ni recortes..!
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