jueves, 30 de julio de 2015

22) CAMIONEROS DISCRIMINADOS

      Imagína  que al terminar tu jornada de trabajo, tu vecino intenta impedir que encuentres el ansiado descanso en tu vivienda. Como te sentirías...? Seguro que contrariado, cuando no indignado.
  Aunque esta posibilidad es difícil que se pueda dar en tu día a día; has de conocer, que ciertos profesionales de la carretera la viven a diario. Se trata de los conductores de vehículos frigoríficos, sean o no, de vehículos articulados.
  Cualquiera de estos profesionales, cuando acaban su jornada de conducción, en las áreas de servicio donde intentan aparcar, ven como sus mismos compañeros de profesión les intentan hacer desistir de la intención de aparcar a su lado. ¿Y por qué..? Pues porque se puede dar la circunstancia que la mercancía que transporten precise que su motor frigorífico  esté en funcionamiento toda la noche, con lo que supone una molestia inevitable para el resto de compañeros.
 Se da la circunstancia, que en determinadas áreas de servicio existen zonas habilitadas, mediante señalización, exclusivas para camiones frigoríficos; sin embargo, conductores de lonas o tauliners aparcan, sin ser interpelados por  los "conductores del frío". Pero cuando, por imperativo del aprovechamiento de su jornada de conducción, estos chóferes llegan, bien entrada la noche, a los parkings, lo único que ven y escuchan, son malas caras, cuando no soportan modales injustificados, por malsonantes de algunos "vecinos".
 Existen mercancías, como por ejemplo, los helados, que han de mantener una temperatura constante  entre -23° y -25°C; por lo que quien los transportan, no pueden, ni deben desconectar el frigorífico. Esta circunstancia hace que muchas veces, solidarios ellos, se aislen del resto de los camiones aparcados para evitar molestias. Su solidaridad, no siempre agradecida, implica un riesgo para ellos, pues pueden ser objetivo de  los dueños de lo ajeno, al estar sin ningún vecino camionero a su lado durante toda la noche.
 No solamente, estos abnegados profesionales, ven como sus compañeros en la ruta, les regalan malos modos en las áreas de servicio, sino que también, en los núcleos urbanos, los vecinos que tienen sus viviendas colindantes con las zonas de descarga de las distintas superficies de alimentación, les lanzan reproches desde sus ventanas; cuando no, la autoridad, en forma de Guardia Civil  o Policía Local, toca a la puerta de sus cabinas, debido a que han sido denunciados por algún vecino intransigente, y que desconoce, que estos camioneros, bajo ningún concepto pueden romper la llamada "cadena del frío".
 Esta "cadena" bien que hace honor a su denominación, pues encadena  (obliga) al camionero, una vez que firma los albaranes de la carga, a mantener la temperatura constante en el interior de su remolque, sin parar el motor frigorífico durante todo el viaje, para evitar, que en el destino, al ser controlada la temperatura marcada, esta no haya variado.
  En algunos supermercados, mientras esperan su turno de descarga, son los mismos recepcionistas, quienes obligan a estos guardianes del frío, a parar sus frigoríficos. Con el fin de no tener altercados con los vecinos habituales, por ser siempre los mismos, aquellos, quienes bien presumen ante sus conocidos, de que su compra de choza fue la buena; pues su  vivienda está lindando con el supermercado referente de la ciudad en la que viven. Pero luego, bien que apaciguan su ira, blasfemando contra los camioneros, quienes lo único que hacen, es avituallar al almacén del supermercado, para que nada falte en las estanterías a la hora de apertura a la mañana siguiente.
 No quiero concluir este relato, sin hacer hincapié, en una duda: estos camioneros que conducen frigoríficos, no echarán de menos, en sus viviendas, el sonido atronador de su remolque frigorífico...para poder conciliar el sueño..? Por aquello, de la admiración, que me supone el saber, que tras sus cortinas camioneras, duermen, según cuentan ellos, como los mismos angelitos...

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