Desde que nacemos, nuestros progenitores encaminan nuestros pasos hacia el aprendizaje. Su mayor ilusión es que seamos buenos estudiantes, y mejores personas, claves para gozar de éxito en nuestro peregrinar vital. Y como todo peregrino, siempre se tiene que echar al camino, sea de tierra, sinuoso, recto, o asfaltado para buscar su porvenir y bienestar.

Al igual que en la escuela, instituto, y universidad, las explicaciones del profesorado nos preparan con el fin de conseguir nuestro sueño profesional y personal; la conducción diaria y las escenas contempladas de nuestro puesto de conductor o de acompañante, componen un temario muy interesante para ampliar los conocimientos, y aprender distintas praxis sobre la conducción, las cuales serán de gran ayuda para afrontar bien pertrechados algunas visicitudes viajeras.
A la hora de programar un viaje veraniego, un buen consejo, de camionero, es que no olvides portar en tu vehículo, unas gorras (ocupan poco) y si tienes suficiente espacio, no te vendría mal llevar en tu maletero, uno o dos paraguas.
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Desde mi cabina, he contemplado como familias enteras (algunas con varios niños o personas mayores) han tenido que soportar al Sol que más calienta, largas esperas a su asistencia; tras sufrir en su vehículo una incidencia técnica, pues de todos es sabido que ante una avería, lo primero que se debe hacer es abandonar el vehículo, señalizar con los triángulos de peligro, y aconsejar a los ocupantes, el deber de situarse en lugar seguro, como por ejemplo, detrás del guardarail.
Con esta acción evitaremos que un conductor despistado convierta una simple avería, en un trágico accidente. En estas situaciones, no siempre disponemos de una sombra (puente, señal informativa.. etc) que nos pueda cobijar, por lo que el paraguas, siempre será tu mejor aliado en tus viajes, llueva, chucee o caliente en demasía.
No puedo dejar de mencionar, el hecho de que ante una incidencia en el viaje, los ocupantes del vehículo, cual peritos diplomados en mecánica, hacen corrillo tras del auto, cuando no, delante del mismo, dando la espalda al tráfico de vehículos. Intentado, entre unos, y los otros, conseguir el mejor pronóstico técnico. Es conveniente, que cualquier acompañante, uniformado con su chaleco reflectante, se sitúe en lugar seguro para avisar al resto de conductores de la peligrosidad próxima.
Los profesionales del transporte, cuando nuestro camión se avería, tenemos la obligación de llamar al 112 para dar aviso de la incidencia, con el fin, que los empleados camineros, señalicen y delimiten con conos el lugar, para evitar males mayores por las dimensiones de nuestros vehículos.
Por distintas situaciones vividas en carne propia, recomiendo portar una linterna en los vehículos, bien servirá para hacernos ver en la oscuridad de la noche, si presenciamos o asistimos a algún accidentado; sobre todo, si intentamos asegurar la zona de la incidencia o siniestro desviando el tráfico, mientras esperamos la llegada de la autoridad viaria.
En el "pase revista" previo a la salida viajera como turista, a bordo de mi coche, no puede faltar unos guantes de látex(por si acaso tengo que asistir a algún herido accidentado); así como guantes de trabajo de goma, para reparaciones neumáticas, sin olvidar el buzo de trabajo, por aquello de no mancillar la limpieza y presencia de la "ropa del Domingo". Por cierto, estos guantes, son muy socorridos para repostar en las, cada vez más prolíficas, estaciones de "servicio selfservice".
En fin, la diversidad de anécdotas vividas en cada kilómetro de conducción carretera, pueden ser comparables(metafóricamente escribiendo) a los cuentos de nuestros padres, así como a las lecciones de nuestros profesores, por aquello de que siempre se pueden obtener moralejas diversas.....que nos convierta en "ángeles previsores" para salir airosos en determinadas situaciones de nuestra ruta, sea profesional o de tiempo libre ...
¡ BUEN VIAJE. !
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