lunes, 27 de julio de 2015

20) "EL MAQUINISTA"

 En el argot de la agricultura, a los conductores de las cosechadoras, se les denomina, maquinistas.
 Esta bonita profesión, no deja de tener sus inconvenientes, pues requiere de mucha destreza, reflejos y saber hacer. Estas cualidades, se adquieren, por lógica, si se tiene la suerte de que te den una oportunidad, la cual, en los tiempos que corren, se hace empresa imposible.
  El elevado desembolso económico al que se enfrenta el dueño de la cosechadora, es un acicate que va en contra de las aspiraciones de los aspirantes legos en este oficio. Por lo que, por norma general, estos profesionales suelen tener ya una edad madura. Es raro encontrar a maquinistas jóvenes, pero siempre existen excepciones que confirman las opiniones. Normalmente suelen ser hijos de agricultores o de propietarios de cosechadoras, quienes mamando desde la cuna la pasión de sus progenitores por el campo, aprenden rápido este oficio, y con buena mano.

 Este año, durante un paseo, conocí a Santi(39) quien me permitió subir a su máquina. Su juventud, no es impedimento para ser un experimentado maquinista. Descendiente de trabajadores del campo, aprendió rápido el oficio, en aquellos años en los que los empresarios de la cosechadoras daban oportunidades a quien se presentaba con la ilusión por aprender.
En la actualidad, este hombre joven, es quien ha enseñado a manejar la cosechadora a Paco, el propietario de la misma. La necesidad de ajustar y ahorrar los costes de las explotaciones agrícolas, han promulgado, que los agricultores, sean arrendatarios o arrendadores de las faenas agrícolas en grandes extensiones tengan su propia maquinaria, sin tener que recurrir a terceros.

 Hoy en día, el trabajo de maquinista ha evolucionado tanto, que la tecnología permite al operario, estar pendiente de la siega, sin agarrar el "timón"; salvo cuando el corte o mano de la siega llega a la linde de la parcela, donde la maniobra se realiza con el volante, pues el autoguiado vía GPS, de momento, no ha evolucionado tanto, como para que el humano sea prescindible en esta bella faena agrícola.

 La atención del maquinista es máxima, pues dependiendo la morfología del terreno, si este prolifera en piedras, puede suponer que una de ellas, al ser engullida junto a la mies, provoque una avería sería en las cribas y distintos elementos internos de la cosechadora; provocando con ello, el retraso en la cosecha, corriendo el riesgo de que las condiciones meteorológicas aptas para la siega, se conviertan en inclemencias dañinas para la cosecha.
En años buenos de cosecha, por abundancia de mieses, el maquinista debe estar pendiente, para que la máquina engulla, sin atrancarse, las cañas provistas de sus espigas, deteniendo, si fuera preciso el avance de la siega, levantando el corte, subiendo el molinete, e incluso dando marcha atrás hasta que el acumulamiento, hubiese sido engullido.
 No sólo un buen maquinista es el que sabe maniobrar con la máquina, sino que también debe preocuparse por observar durante la siega y cribado, si la máquina  arroja grano bajo el maraño( montón de paja que va quedando tras la criba) en el suelo.
Si se produjera tal hecho, los parámetros de la siega deben ser modificados, sea desde la cabina, o en la zona de las cribas, para evitar el derrame del producto tan preciado. En esta operación, también observa si, el desgrane de la vaina, y la caña soportadora del cereal, se ha producido correctamente;  para valorar el nivel de marea (humedad ambiental) pues esta circunstancia implica el posterior aumento o disminución en el  peso de la paja al ser empacada.
Es por esta circunstancia, que en estos tiempos, las tareas de la siega se desarrollen al alba, siempre y cuando el desgrane sea correcto, para aumentar el rendimiento de de la venta de la paja, al quedar adosadas en la caña las vainas que albergaron el grano.
Es decir, que si la prisa no atosiga, en cuanto la temperatura es excesiva, la siega se detiene, hasta el atardecer o amanecer siguiente.
 En definitiva, esta profesión, que tanto apasiona a las gentes del campo, tiene muchos "pros" que bien promulgan la admiración hacia el profesional que la desempeña; pero no se deben olvidar ciertos aspectos, que por descuidos o despistes, bien les puede suponer una crítica del agricultor, que les empañe su particular hoja de servicios, y les pueda perjudicar en la contratación de la próxima campaña de recolección...
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