Lo bueno de la escritura, es que quien la desempeña, sea por profesión, o por simple entretenimiento, como es mi caso, es que se puede aunar dos vidas de personas que ni se conocen, para elaborar una historia muy aparente..
Yo antes, era algo machista, para ciertos aspectos de esta, nuestra vida. Pero como siempre he dicho a quien me conoce, por muy mucho que me haya ahogado en mis propios escupitajos, por escupir hacia arriba, no he aprendido, ni aprenderé en la vida.
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El sueño de Delfi, ser camionera. |
Pero claro, la existencia de cada cual, es la mejor profesora, que no profesor para nuestro caminar vital.
Quiso la vida, poner en mi camino a mujeres que un par de ovarios, que no de testículos; supieron, saben y sabrán cómo y de que manera abrir beta en el machismo que nos han metido en vena a los hombres de algunas generaciones, desde las cunas que bien nos arrullaron, pero qué poco nos espabilaron para darnos cuenta, que la fémina que se lo proponga, no le hace falta calzoncillos, para demostrar que todo lo que se proponga, bien que lo consigue.
Desde el año 76, que me extrajeron del vientre materno; sería por las dimensiones de elemento sobre el que peino mi cabellera, ya encanecida, siempre escuché:
-<<¡ Esto no es para tí, que eres....!>>
Mujer, o hombre, según la actividad que se fuese a realizar.. Hasta la limpieza de las entrañas del cerdo, era considerada de mujeres, pero ya se van observando en algunas escenas modernas de esta tradición española, a hombres ejecutando tan nauseabunda tarea...
¿ Entonces, por qué una mujer, no puede conducir cualquier vehículo en la profesión, por costumbre, mal denominada, de hombres...?
Por eso digo, que a quien escribe, la vida le puso en el camino de María, mi esposa. Conductora de autobús, como digo yo, en excendencia, por dedicarse a otros menesteres... Con tal sólo 22 añitos, hizo su hatillo, y se me fue para Madrid a conducir autobuses de la empresa ALSA...Siendo hija, y hermana de camioneros, no les iba a perder la zaga... Su padre se sentía tanto o más orgulloso, que su marido, pues el verla cómo conducía, por los aledaños del Aeropuerto madrileño, era un primor.. Sin olvidar, que tenía a su pasaje encandilado, por ser cotidianos de su ruta diaria...
No me han faltado "hostias" en esta mi vida, para poder observar a mujeres desempeñar mi profesión, sea a bordo de camiones de pequeño o gran tonelaje, como de autobuses; dependiendo la región española en la que me encuentre, así he encontrado a féminas, cuya profesión es la mía...
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Las mujeres, desde la cuna, ya pueden apuntar maneras de querer ser y parecer profesionales de la conducción. |
Da la casualidad, que en aquellas regiones más tradicionalistas, por ser defensoras a ultranza de las enseñanzas ancestrales, algunas equivocadas, la mujer esta más presente en la vida profesional carretera, así como otras, digamos que machistas.. En el País Vasco, Asturias, Bilbao, Galicia, se dará cuenta, que no le miento. En estos lugares, fíjese en los autobuses y camiones, así como taxis, y furgonetas, y verá como la delicadeza femenina, aunque no peine larga melena, conduce el volante de cualquier vehículo industrial...
Volviendo a mis protagonistas, conocidas por casualidades de mi profesión, no se conocen, y ni si quiera, se habrán visto en su vida.
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Auxiliar de enfermería, Delfi, no oculta su vocación frustrada de camionera. |
Delfí, a sus 55 años, vive en Extremadura. Hermana de camionero, no pierde la oportunidad de subirse a la cabina del camión de su hermano, siempre que lo tiene cerca del radio de acción de su pasión camionera. Pues su profesión actual, ya que es auxiliar de enfermería, no le ha quitado el gusanillo de su vocación frustrada. Ella reconoce, que el ser camionera, le trae de costillas, que se dice en su tierra. Quien sabe, si las trabas de su época, no le permitieron llegar a conseguir su sueño de verse ante el volante y pedales que gobiernan estos vehículos tan grandes. Mientras paseaba por el pueblo de su marido, La Pesga, no dudó en subirse a la cabina del camión de su hermano Luis. Pensaba que su instantánea iba a ser para mandárselas vía wasap, pero cuando le dije, que era aficionado a la escritura, su rostro se aletargó avergonzado, tras sus manos; las mismas que a saber Dios, el número de personas que habrá cuidado y mimado en el postrero lecho de la enfermedad de sus días más haciagos.
Esa manos experimentadas, siempre han ansiado conducir tráilers, pero no así otros vehículos; pues esta atractiva extremeña, presume de que cualquier vehículo que se conduzca, intenta, permíntame la expresión, "desvirgarlo"....
La verdad, que Delfí, denotaba en sus expresión, un fastidio por no poder desempeñar mi profesión, pero quien sabe, nunca es tarde, si la dicha es buena... Y va con ventaja, pues su hermano Luis, presume, que bien que la animó, en su día, a que esta mujer esbelta, obtuviera la Tarjeta de Transportes necesaria, para ser autónoma del Transporte...
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Madera de camionera, posee Delfi, hasta la pose... |
Esperemos que Luis, no sufra ningún mal en ruta...Y sobre todo, cerca de dónde se encuentre su hermana, porque esta mujer tan capaz, seguro, que no duda en ponerse al volante del camión, porque hechuras, aparenta, y muchas... Un orgullo, y un honor Delfí, haberte conocido...
Mi segunda protagonista, atiende al nombre de Rebeca. Es una joven de un pueblo de Valladolid; a quien conocí mientras descargaba mi camión cargado con cartones para envasar los huevos en una granja avícola. Al contrario que Delfí, esta mujer desempeña con orgullo la profesión de camionera.
No me esperaba, que quien me pedía, en la parte trasera del camión, mientras aculaba con un transpalet manual uno de estos palets en el interior del remolque, si podía mover mi camión, pues molestaba; era la conductora del camión que venía a recoger el contenedor de de material para su reciclado, que los empleados de la granja habían depositado durante sus jornadas de trabajo.
Su cara angelical, tocada por unas gafas que le apotaban un aire de intelectual, me hizo pensar que era una de las oficinistas de la la granja avícola.
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Rebeca (31) Cargando el contenedor, que descargaría en las instalaciones para el recuperado de materiales diversos, que regenta su padre en Iscar. |
Grave error de apreciación, quizás si me hubiera fijado en los guantes que sujetaba en una de sus manos, hubiera podido percibir que se trataba de una compañera.
En la breve conversación que tuvimos, pues la prisa le imperaba para recoger el contenedor y descargarlo en el almacén de reciclados de su padre, localizado en Iscar; pude conocer que es una de las tres hijas de esta familia dedicada a la recogida, selección y tratamiento de materiales de desecho para reciclarlos, desde hierros, hasta cartones varios.
En una profesión, la que se denominaba, en mis tiempos de crío, como de chatarrero, y desempeñada en exclusiva por hombre; el progenitor de Rebeca goza del privilegio, que su negocio tiene el futuro asegurado, en las personas de sus tres hijas e hijo. Dos de esas hermanas cuentan con el permiso de conducción que les acredita a conducir camiones, y por lo que pude observar en Rebeca, su padre se ha de sentir orgulloso de cómo maneja su hija la maquinaria. Así como su hermano, camionero de profesión, puede tener la perfecta "contraria" en la refriega kilometrera. Porque estoy seguro, que piques entre ellos, haberlos, hailos....La rivalidad, entre hermanos, nos guste o no, siempre existió, existe y existirá...
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Rebeca, en pleno proceso de elevación del contenedor. Se debe tener mucha pericia, para no derramar, ni volcar parte de la mercancía al levantar el contenedor. |
Escribo maquinaria, porque no sólo si trabajo se basa en conducir, sino también en maniobrar con el camión para situarlo en la posición ideal para levantar el contenedor, después de enganchar las pesadas argollas en su lugar de amarre.
Rebeca no tardó ni cinco minutos en preparar la maniobra, ejecutarla, y elevar el contenedor. Fue un orgullo, y un privilegio poder contemplar en clase preferente, la presteza y profesionalidad de esta joven de 31 años, a quien la presumo un futuro fructífero, ya sea manejando su portacontenedores, como en su trabajo de oficina; ya que no sólo realiza labores de chófer, sino también ayuda a su padre en las labores burocráticas que exige la Administración a estos autónomos de nuestra vida, sin cuya ilusión y ambición, muchas personas no podríamos tener la oportunidad de trabajar, conduciendo un camión, como bien lo realiza su hija... Rebeca, gracias por posar para este relato, que intenta loar a mis compañeras de profesión, las camioneras...y chóferes femeninas que pupulan por nuestras carreteras, sea en camión, taxi, furgoneta o autobús...
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