"CUMPLÍO"
Perdone el lector que la terminación de la última palabra que completa el título de este relato le suene a andaluz empedernío....¡ Y dale con el "ío"...!
Es lo que tiene comenzar a escribir estas líneas a las 6 de la mañana en tierras de Andalucía.
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Nino, ante el coche en el que enseña a sus alumnos los tejes y manejes de la conducción. |
Mientras paseaba para estirar mis piernas, la parada de un camión de prácticas de una autoescuela imantó mi atención. Estaba recogiendo a un futuro colega que a sus 41 años estaba deseando abandonar la contemplación de la cubierta de su casa. Había decido obtener el permiso que le acredita para conducir camiones; con el aliciente de que tenía una promesa de trabajo con un camión para transportar áridos.
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Camión en el que Nino, rememora y enseña sus lecciones de camionero. Pero como Profesor de Autoescuela. |
Le confesé que había elegido la profesión más bonita y sacrificada del mundo, pero también la menos reconocida, por muy mucho que sea considerada en España la segunda en el ranking de la peligrosidad, después de la minera. No le importaba, pues ya estaba temiendo que el techo de su casa se le cayera encima, pues su trabajos en el campo olivarero que engalana algunos paisajes andaluces, no le da para dispendios.
Este alumno camionero, tiene el mejor maestro de la conducción que un futuro camionero pudiera desear; pues Nino, así le bautizaron, antes que cocinero, fue fraile.
Es decir, que antes de ser profesor de autoescuela fue camionero.
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Hasta cuatro alumnos, puede llevar por turno laboral de prácticas camioneras. |
El conocer su historial laboral ha provocado que el teclado del smartphone hierva, cual olla a presión; pues Nino es el candidato ideal para dejar impronta virtual.
Su vida laboral comenzó muy joven, pues por lo que narraba es de esas personas de culo inquieto, con perdón por no haber escrito posaderas para los puritanos de esta, su lectura.
En su juventud se preparó su hatillo para llegar a Francia a realizar la campaña de recogida de la fresa, así como también no dudó en emigrar desde la su pueblo, Valdepeñas de Jaén, a Navarra para recolectar el prestigioso espárrago que se cultiva en los lares navarricos. Pero claro, quien no teme doblar el espinazo en las tierras de cultivo, menos temerá a ponerse tras una barra de la hostelería. Por lo que ni corto ni perezoso, volvió a abandonar las sierra andaluza para servir copas, cervezas y pinchos varios en la Capital del Reino. Allí se pasó unos cuantos años al amparo de la movida madrileña, donde también se encontraba su esposa, antes novia en su pueblo.
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El oficio de camarero, también lo desempeñó este compañero. |
Bien es sabido, que el emigrante, cuando parte, lo hace con un objetivo, volver a su cuna, si no más pronto, sí más tarde; sea para descansar entre sus gentes y calles que le ampararon en su crecimiento, cómo regresar para trabajar cerca del lugar que le vio nacer. Y si el amor te arrastra, que no te tira de la mano, como fue el caso de Nino al conseguir su amada la plaza de Magisterio en su Andalucía, doblemente mejor.
Desde que Nino emigró a Francia, su vida laboral se ha enriquecido tanto, que sus hijos, sea la mayor con 20 años, así como el lebrel de su casa, quien cuenta con 9 años; si llegan a leer este relato, podrán presumir que su progenitor es: obrero del campo, camarero, electricista(pues también desempeñó este oficio en su etapa madrileña), camarero, camionero, y profesor de autoescuela.
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Tiene que ser complicado, saber que puedes modificar la velocidad, pero no controlar la dirección del volante, al depender de la pericia del alumno ante una situación de peligro. |
Bendita ha de ser la carta anual de la Seguridad Social que llega buzón del domicilio de este andaluz; escribo "bendita" porque bien que alimentará sino el ego, sí el orgullo de Nino, que aún siendo compañero de vida. de una Maestra, no duda en dejar su trabajo en la autoescuela para unirse a la multitud de jornaleros que a partir del día 1 de Diciembre recogerán la aceituna andaluza.
Bien lee usted, estimado lector, abandona el asiento de profesor de autoescuela de vehículos diversos, porque en estos meses del invierno la demanda de los alumnos disminuye, y el trabajo tan elogiado y deseado por algunos, en aquellos años de mi juventud, en la actualidad en el sur de España está dilapidado, por no decir, vilipendiado.
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Mucha labor docente, para poco reconocimiento en emolumentos. |
Cuando conocí esta situación me hice de cruces, pues este oficio, era uno de los más venerados, así como respetado.
Es lo que tiene el avance de la Modernidad, que va dejando en la cuneta a profesiones de nuestra vida, a la altura de la suela.
Cuando Nino, terminó su jornada laboral a las 20'00 Pm, volvió a dejar a su alumno donde les conocí. Estuvo merodeando tras los pasos de mi paseo, para conseguir su deseo de conocer cómo son las cabinas modernas.
Cuando me encontró, nos acercamos a mi cabina, allí me pude dar cuenta, que este profesor de autoescuela, no olvida, ni olvidará, su pasado camionero repartiendo por España en un tren de carretera muebles de cocina. Como tampoco, yo no olvidaré, la historia de este andaluz, trabajador y luchador, que no dudó, en ocultar a su jefe y compañeros de empresa camionera, que los fines de semana los dedicaba a estudiar para conseguir el Título de Profesor de Autoescuela...
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Sr. Nino, ¡ Qué usted las recolecte en cantidad..! |
Espero y deseo, que el ejemplo de Nino, no sólo sirva par sus hijos cuando conozcan la dilatada, por prolífica carrera laboral de su padre, a quien le quedan pocos días, para recoger olivas...
¡ OLE CON OLE...! VA POR TI NINO
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