92) LA IMPRESIÓN DE UN LIBRO ~

  En la educación de una persona es indespensable el libro. Desde que iniciamos el preescolar, los cuentos, cuadernos de caligrafía y distintos formatos encuadernados para el aprendizaje, así como los posteriores libros de texto necesitan del trabajo de personas como Jorge, y de las imprentas en las que desarrollan su jornada laboral.

Jorge (42) en plena descarga de los palets de
pliegos(hojas de papel) para la imprenta Kadmos,
donde trabaja, desde hace 21 años.

Seguro que a este hombre, de amplia  sonrisa, y trato agradable, por educado; cuando vino al mundo en la quinta del 73, nada, ni nadie, le presagiaba que su destino caminaría de la mano de los libros.
 Quien es lector, bien conocerá a su autor de cabecera, ya sea por asistir alguna presentación; o por los distintos medios de comunicación y virtuales, de los que disponemos hoy en día para acercarnos a la vida de quien nos interese. Pero nunca conoceremos a quien gracias a su trabajo podemos disponer del formato del libro en nuestra manos.

Si algunas madres supieran, que quien
te descarga, puede ser un adoctrinador,
permitirían, que sus hijos fuesen camioneros.
Todo profesional, siempre enseña, y Jorge,
lecciones da, y muy buenas.

Pues bien, como no todas la personas eligen la vida camionera  para caminar por esta, nuestra vida; quienes desarrollamos esta profesión, a parte de aprender una cosa cada día, también conocemos a personas de la calle, sencillas; de las que se levantan cada día para acudir a sus puestos de trabajo, gracias a los cuales, se obtiene un producto, que los camioneros transportamos, y usted, estimado lector, adquiere para su "consumo" y disfrute.

Imprenta Kadmos, el lugar donde trabaja
Jorge. A orillas del Tormes.

 La jornada de jornada laboral de Jorge, comienza a las 7.00 am. La Imprenta Kadmos, sita en el Polígono "El Tormes" de Salamanca; a escasos metros del cauce del río, que da nombre a uno de los libros más afamados de la narrativa española; y que narra la vida de un pícaro Lazarillo, escudero de un ciego.

Dos puertas, por una entra la obra literaria, en una
memoria USB, y por la aledaña, sale el libro, que
cumple con un proceso de elaboración largo, y
en el que intervienen muchos profesionales, de
distintas especialidades.

 Si usted disfruta de un agradable paseo por el carril bici de la ciudad Helmántica, que discurre paralelo al cauce del río Tormes, llegará a las mismas puertas del lugar, donde Jorge, encargado de producción y aprovisionamiento de la materia prima almacenada en una nave aledaña, se preocupa de que nada falte en la línea de elaboración mecánica del proceso para dar forma en papel al sueño de cualquier autor, que tenga el don de imaginar y narrar variedad de vidas e historias diversas. Como por ejemplo, en la imprenta Kadmos, la impresión en  español del : " El corredor del laberinto " de la editorial Nocturna, según Jorge, una de las  más afamadas en los tiempos actuales.

Obra de narrativa juvenil, cuya versión
española, ha sido impresa en
Imprenta Kadmos( Salamanca)

 Gracias a las impresiones sobre su trabajo intercambiadas con Jorge, mientras descargábamos los 32 palets que transportaba; me he dado cuenta, que el libro que me entretiene en mi cabina, dispone de pliegos. Nombre con el que se conoce en el argot de la imprenta, a las hojas de papel en blanco(en este caso, se denomina, "papel volumen") que conforman las páginas impresas de una obra literaria.

Gracias la trabajo de Jorge, y sus compañeros
la ilusión de un escritor, sale al mercado en
formatos varios.

Entre los detalles, que he podido aprender, es que un autor debe plantearse diferentes modalidades para que su obra vea la luz. Sea a través de una editorial, como por su propia iniciativa.
 Es decir, que si un escritor, cree que su producto puede ser líder de ventas, bien puede buscar el amparo de un equipo humano amparado por el sello de una editorial; pero  también puede ir por libre, es decir, poniéndose en contacto con una imprenta, y pagar íntegros de su  bolsillo, los gastos de impresión, de promoción, y esperar a que su obra germine entre los lectores, y a poder ser, de boca a boca, para no perder demasiados emolumentos en la publicidad de la obra.

Del borrador escrito en bolígrafo, al libro
impreso, sólo hay un paso:
Lo tiene en Imprenta Kadmos.

Sirva como ejemplo, este detalle: Si un aficionado a la escritura, deseara publicar un libro en formato 17× 24, de unas 200 páginas, la tirada de 500 ejemplares, le supondría un desembolso de 4000€, aproximadamente; sólo en la imprenta, sin contar gastos de transporte y promoción para poder venderla.
Desde que el editor, confía en su experiencia, al completar la primera lectura de una obra recién llegada a su despacho, y empieza a tejer los acuerdos de explotación con el autor, para dar el visto bueno a la impresión definitiva de la obra, son muchas las personas, y variadas las profesiones, que se ponen en servicio, para dar vida a la "cuna" de una obra literaria..

Quizás, gracias al trabajo como el de Jorge
los autores, siempre deseen tener desenfundado
su bolígrafo. Para escribir, describiendo.

Permita el lector, que defina "cuna"  al formato que confiere la historia escrita. Pero no hemos de olvidar, que desde que nos acunan en nuestra primera cama de recién nacidos, no dejamos de aprender; al igual, que un libro; que desde que lo abres, hasta que lo terminas, siempre obtienes una lección de sus protagonistas, que aplicada la vida de cada cual, puede suponer un refuerzo conductual.
 Los formatos en los que se nos presentan los libros, son estudiados y valorados por personas, quienes son propuestos al autor,  desde el departamento de maquetación. No hemos de olvidar, que antes que la obra llegue en una memoria USB a la imprenta, esta ha sido corregida por el corrector de confianza del editor. Quien echa unas cuantas jornadas de trabajo, para dar el visto bueno al inicio de la impresión.
 Hasta no hace mucho tiempo, la impresión de algunas obras, por petición expresa del editor, se tipografiaban; en un trabajo, digno de admirar, puesto que los operarios de la imprenta, debían formar cada palabra con multitud de letras forjadas en hierro; las cuales, debían ser escogidas con rapidez y destreza para dar forma a la página escrita.

Ciertas prácticas, por antiguas, en el mundo de la
impresión, se han visto desplazadas, pero siempre
quedan nostálgicos que las practican por encargo

Ante mi pregunta, si este sistema o modo de impresión lo utilizaba Jorge, él me informó, que por política de negocio de las imprentas, es un sistema, no extinguido, pero usado exclusivamente por los nostálgicos, y para según qué obras. En su lugar de trabajo, esta técnica, ya pasó a mejor vida. Pero no por ello, porque ahora el trabajo de impresión sea automatizado, las manos de los empleados de la línea de impresión, no se libran de que sus "herramientas naturales" tengan que pasar por el chorro de agua y jabón, y ser frotadas a conciencia, para salir al final de la jornada laboral, sin atisbo de tinta en sus manos.
 En la imprenta de Jorge trabajan unas 17 personas, entre oficinistas, maquetadores, y distintos empleados de la línea de producción. Muchas familias al amparo del libro, y sin cuya intervención, el sueño de cualquier aspirante a copar el escalafón de escritores, no se pudiera llevar a buen término.

Las imprentas, no entienden, ni de noche,
ni de día, cuando los editores exigen
plazos de entrega inmediatos.

 Me contaba Jorge, que en algunas situaciones dadas en su vida laboral, por la premura de los encargos de las distintas editoriales, bien podía asegurar que vivía en esta imprenta, por la extensa duración de sus jornadas laborales, así como las de sus compañeros.
 No sólo parte de su vida la dedica a imprimir libros, sino que también los "degusta" cuando tiene un rato libre, después de su jornada laboral. Se confiesa lector, pero no de libro electrónico.... Ya somos dos, porque donde esté disfrutar del paso de un pliego u hoja impreso, que se quite el desliz del dedo sobre una batalla. Sin olvidar, que la  evolución de la fragancia emanada de un libro, no tiene parangón... Porque desde que lo abrimos por primera vez, sea en un pupitre en nuestra escuela, en la mesa de estudio de nuestra casa, hasta cuando los extraemos de su lugar de duermevela en una estantería, las sensaciones son tantas, por diversas, que me hacen terminar este relato dedicado a Jorge, con un deseo:

" Ojalá que nunca, ni Jorge, ni sus compañeros, se queden sin empleo... "

Porque si las imprentas cierran, algo de nosotros se morirá con ellas...

¡ Ojalá. Que sean las hojas de los árboles
las únicas, que se caigan de los árboles
en los Otoños de nuestra vida! Y que tengamos
por siempre el libro, como soporte
de ratos entretenidos.

¡ Mil gracias Jorge, por tu atención, y sobre todo simpatía, que bien que la agradecemos, quienes conducimos  y vivimos en una cabina...!