viernes, 6 de noviembre de 2015

93) ~ CASA PEKE~

 Quien lleva una vida de carretero errante, añora a sus familiares, sea esposa, hijos, y demás familia y amigos varios. Pero como de la añoranza no se come, uno tiene que coger su hatillo, y echarse a la carrera para ganarse la vida.
Ciertas entradas a los locales, pueden suponer un
equivoco. Y si no prueba a comer en esta "casa"
 y te darás cuenta, que la buena atención, no
depende sólo por la fachada, sino también por el
interior.

 Gracias a mi profesión carretera, puedo presumir de que nunca me he encontrado sólo del todo, pues siempre he conocido a personas, quienes sin conocerme de nada, me han abrazado con sus palabras, y abierto su corazón, no con todas las puertas abiertas, pero sí han dejado un ventanuco abierto, por el que intentar vislumbrar vestigios de su vida.

Peke y Nadia, desde su barra, y la atención en mesa
hacen sentir al cliente, en la misma gloria.

A "Peke", nombre por el que se le conoce al ser el más pequeño de sus hermanos, lo he conocido porque la carga por la que aguardo, se ha retrasado.¡ Bendito retraso! Por lo que he podido pasear por la Playa  de Samalandrán, muy cerca de Avilés.

Los camioneros, agradecemos la compañía,
y la conversa, aunque sea a pie de mesa.
Peke, así lo entendió, y bien que parlamos.

La hora de la comida, apremiaba para apoquinar al cuerpo, sus débitos alimenticios, por lo que con las indicaciones del personal de la fábrica, encontré este restaurante, que a ojos vista, por su sencillez en la edificación, algunos comensales pasarían de largo, quizás buscando algún local "micheliniano" en donde sacarse un selfie para envidia de sus amigos virtuales.

Quizás, estén de moda los locales de
restauración moderna, pero los ambientes
clásicos de nuestra vida, también ayudan
a rememorar mientras uno se avitualla.
 Quizá algunas personas, al no ver algún camión delante de su puerta, no se percataran de que su parking, está ocupado ininterrumpidamente por clientes, a quienes desde mi mesa, me los creo en su casa.

Nadia, de la que destaco, su iluminadora
sonrisa, y su trato exquisito hacia el comensal.
Gracias guapa asturiana.

Entrar en este lugar, y ser recibido por el rostro angelical, de Nadia, y el acogimiento de su jefe, por "El Peke" invitaban al regocijo de este solitario camionero.
 Mientras esperaba a que Nadia(nombre de una afamada gimnasta rusa admirada por el padre de esta simpática camarera), dispusiera sobre mi mesa la botella de agua, me ensemismé con el móvil... Sin percatarme, que el dueño del local, se disponía a servirme el plato elegido...

Este asturiano, no sólo sirve, sino también
entretiene al comensal con sus vivencias varias.

Entonces, cual niño reñido por su padre, escuché:
 -¡ Déja el móvil....!¡ Que hace unos días, apunto estuvo de ser atropellado un cliente en la misma puerta de mi local...!
 Apesadumbrado, por su comentario, pues no le faltaba razón, comenzamos una agradable charla, la cual, aproximó a dos desconocidos para saber detalles de la historia vivida por cada cual.
 Gracias a su gesto, de reconducir mi atención sobre su plato de macarrones perfectamente elaborado, pude conocer que a sus 56 años, desde que era un rapaz, lo ha pasado al servicio de los demás. Ya fuese en Matalascañas, como en otros lugares de la geografía española. En su etapa andaluza tuvo la ocasión de servir a personas del mundo de la farándula, como por ejemplo, Cesar Cadaval (Los Morancos) y Julio Iglesias; de quienes guarda un gesto recuerdo, al ser personas, quienes dentro de su aura de personas conocidas, no dejan de ser seres humanos sencillos en más distancias cortas.

No siempre, se hace necesario, que
la lumbre esté avivada, para sentirse
como en casa. 

 Según narraba este hostelero asturiano, de voz grave, por culpa de los pitillos; su experiencia laboral de una vida dedicada al servicio desde la hostelería, la clientela ha cambiado, a pasos agigantados, sus modos y maneras a la hora de sentarse ante una mesa del restaurante, así como a pie de barra. Sin olvidar que todos somos educados desde pequeños para el respeto de quien nos sirve, parece que a medida que la modernidad ha amparado nuestra vida, ciertos modales van siendo pasto del peligro extinción, por falta de uso.
 Reconocía, que en cuanto un cliente no habitual, pone la punta de su zapato en el umbral de su puerta, ya barrunta de que pie cojea.

Indicación hacia el paraje de la Ría de Avilés
donde se encuentra " Casa Peke"

 Acceder a su local, a escasos metros de la Ría de Avilés, es una experiencia maravillosa, para quienes teniendo ya una edad, echamos de menos una chimenea, o un mobiliario que nos recuerde a tiempos en los que jugábamos al futbolín en el bar del pueblo que nos vio crecer.

Vista contemplada,  desde la mesa.
 La actividad portuaria, bien que se otea

Y sin olvidar estos detalles mobiliarios o decorativos tan inspiradores de recuerdos, mirar a través de sus ventana, es crear en la mente una imagen de postín; al poder observar en la lejanía, las distintas operaciones portuarias que cargan y descargan los distintos barcos que llegan a la zona portuaria de la ciudad de Avilés, a través de su ría.

El entorno de "Casa Peke" es ideal para dejar
a la imaginación pasear en busca de los mejores
recuerdos; como también evocar a nombres de
personas, con más que te gustaría compartir ese
momento, tan especial.

Espero estas líneas, le hayan servido, estimado lector, para conocer un lugar, en donde la sencillez te puede invitar a volver a repetir la experiencia de comer en " Casa Peke ". Pues ya el nombre de este restaurante, te invita a sentirte como en tú casa, gracias a la atención de Peke, hidalgo de la hostelería, y su fiel escudera, Nadia.
 ¡ Muchas gracias, a ambos, por vuestro cordial trato...!


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