En estos días, no he podido dejar de evitar en pensar en los profesionales que extraen, acarrean, lavan y ensacan la sal de nuestra vida.
Ante la información de distintos medios de comunicación que en Portugal van a reducir el consumo de sal en los restaurantes, así como hacían la comparativa del consumo en España; he llegado a la conclusión de que la Gastronomía, sin sal, perdería todo su encanto.
Quien escribe, no es de añadir sal a los platos aderezados en la cocina, sea en las comidas en mi hogar, como las que disfruto en los distintos restaurantes de mis rutas camioneras. Pero reconozco, que hay quien necesita el elemento salino para dar el brío deseado a su gusto culinario.
Gracias a mis viajes en el camión, puedo presumir de poner rostro a muchas personas, sin cuyo trabajo no podríamos disfrutar de ciertos productos, sean manufacturados, como los elaborados o producidos por la Naturaleza y sus circunstancias climatológicas. Como es el caso de la Sal, y en concreto la que se extrae de la Salinas del Puerto de Santa María( Cádiz).
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Las Salinas del Puerto de Santa María se localizan en un paraje declarado Parque Natural. |
En cuanto se abandona la carretera comarcal que discurre entre fincas particulares en las que distintos animales domésticos, como caballos, perros y gallinas campean en su reducto corralicio, el abandono del asfalto para tomar el el camino que conduce a la puerta de las Salinas, va dibujando al conductor un paisaje sin parangón.
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Vista de las Salinas del Puerto de Santa María. |
Ver campos a punto de ser recolectados para aportar a la industria el algodón necesario, provocaba al sentido de la vista, que inducía al lego en ciertos cultivos del campo, a bajarse del camión para recoger un puñado de algodón, cual trofeo taurino, para llevarlo a casa y presumir de haber recogido un "bocado algodonero" a pie de plantación.
El estacionamiento de distintos vehículos, sean coches y motos, de diferentes cilindradas, imantaron mi atención, a la vez que el aterrizaje y despegue de distintas especies de aves; las cuales, este camionero, que no naturista, no sabría definir al lector, salvo las gaviotas; unas y otras colmaban las aspiraciones de cualquier amante de la Naturaleza en todo su esplendor.
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Campos de algodón aledaños a las Salinas. |
Esta delicia gastronómica es muy demanda en las zonas de costa gaditana. La captura de este preciado fruto del mar está muy controlado. Por lo que se necesita una serie de permisos para poder tener derecho a capturarlas. Un oficio para el que no todos estamos preparados, pues se ha de patear los humedales del Parque Natural, introduciendo los brazos en los orificios marcados por la coquinas. Algunas veces, el "mariscador" debe introducir sus brazos, hasta casi el el hombro, en algún caso, para extraer del barro la coquina.
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Bolsa de coquinas recien extraídas del humedal del Parque Natural. |
Una vez que dejé de observar a los capturadores de coquinas en mis retrovisores, la panorámica que se me ofrecía de las Salinas en el horizonte, me hizo sentir un privilegiado.
Avanzado el mes de Agosto, las máquinas que estaban en la orilla de las distintas balsas que conforman estas Salinas, no dejaban en su empeño de cargar las toneladas y toneladas del elemento salino.
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En Agosto, la maquinaria extrae la sal de su aposento natural, tras su letargo húmedo anual. |
A medida que me acercaba a la puerta de las Salinas presidida por una vetusta angarilla de doble hoja, la sensación que aporta el escenario contemplado me hizo sentirme muy orgullo por ser camionero.
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Entrada a Las Salinas, donde el buen hacer y el mejor trato, hacen sentir al extraño como en su propia casa . Gracias a las magníficas personas que aquí trabajan. |
Cuando me apee de mi camión, Miguel, un gaditano maduro, excamionero para más señas, me recibió como sólo saben hacer las gentes de estos lares gaditanos; es decir, con una sonrisa y palabras de bienvenida acompañadas del humor tan característico de estas tierra tan importante para la Historia de nuestra España.
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Miguel, el encargado de recibir y despedir a los camioneros que allí llegamos. |
Dos, han sido los viajes que he cargado en estas Salinas Gaditanas este año; su preciada carga fue descargada en fábricas de aceitunas, pues la sal es un elemento esencial en el proceso de curación y conservación de la aceituna.
En mis visitas a estas Salinas, al ser en Agosto y Septiembre respectivamente; he tenido la suerte de contemplar la extracción de la sal de su cuna natural, tras ser el agua del mar embalsada gracias a potentes bombas de succión que trasladan hasta 2000 litros por segundo de agua marina.
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Durante la extracción el goteo de camiones cargados esconstante, para descargar la sal y completar grandes montañas del elemento salino. |
En la sociedad moderna se utiliza en el mercado que nos avasalla, la expresión:
-"El producto, ........ es elaborado según la receta de la abuela... ".
Constituyendo con el calificativo de "la abuela" el mejor reclamo para volver a los tiempos en la que el producto final tras el arduo trabajo de la abuela en su cocina, salibábamos antes de catarlo.
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Javi y Miguel, disponiendo un big bag para ser cargado en el camión |
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Javi, a los mandos del tractor, que carga los big bag de sal destinada a la conservación de la aceituna. |
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Pepe con su pala abastece con su cargadora los distintos silos de ensaque. |
¡Sí, lee usted bien...! Porque parte de la sal que se almacena tras su extracción en estas Salinas, se destina a las campañas invernales de conservación de las carreteras, para evitar con su esparcimiento, que nuestros vehículos sufran alguna salida de vía por la proliferación de las temidas, por traicioneras, placas de hielo.
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Máquina cribadora de sal destinada a la conservación invernal de carreteras |
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La pericia de Antonio para preparar los bancales en la montaña de sal, me dejó impresionado m |
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El trabajo realizado con la seguridad más meticulosa ayuda a Antonio abastecer de sal a la máquina que la prepara para su posterior esparcimientos por las carreras en el frío invierno. |
El trabajo de Javi, Miguel, y el resto de sus compañeros también merece ser destacado, porque gracias a su labor, los camioneros que cargamos la sal en grandes big bags o sacas destinadas a salas de despieces e industria conservera, no perdemos mucho tiempo en la carga. Su experiencia, les hace preparar la carga, y depositarla con presteza en el remolque que portará el resultado de su trabajo, muchas veces en condiciones climatológicas adversas; pues la sal no aguarda, ni tampoco entiende de días de lluvia, como esos días en los que el viento de Levante les obliga a bregar con las sacas vacías al ser colocadas en el dispositivo de alimentación vertical y metálico que es alimentado por las descargas de Pepe, con su pala excavadora.
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La sal destinada a las grandes industrias es envasada en Big Bag. La sal es el elemento principal para aderezar las aceitunas. |
Porque bien sabemos todos, que si los médicos nos privan o nos aconsejan reducir el consumo de sal en nuestros alimentos, convertirnos al elemento salino, en tentación, cual dulce, porque la Sal, da brío a nuestra Gastronomía.
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El trabajo de personas sencillas, se agasajado en la mesa de cualquier lugar, donde se crea en el buen yantar, y aderezado por la Sal. |
¡ Gracias a los trabajadores de las Salinas de Santa María (Cádiz): Miguel, Javi, Pepe, Antonio, Luis y Ramón ( Perito) por facilitar la elaboración de este relato homenaje a aquellos profesionales, sin cuya labor, nuestra vida no sería tan sabrosa, espero veros pronto, de nuevo.....!
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