lunes, 7 de diciembre de 2015

111) JESÚS, EL CAMIONERO- POLICÍA

  Entre los factores que me hacen vanagloriar mi profesión es el que me ofrece la posibilidad de conocer a personas anónimas; las cuales gracias a intercambiar unas palabras te hacen sentir dichoso por haberte cruzado en su vida.
Jesus, ejemplo de la constancia ante la
lucha por buscar un porvenir de vida.
 Sí, escribo que me cruzo en su vida, porque el camionero es quien se acerca al lugar en el que se encuentre su interlocutor, y no al revés.
 Es lo que me sucedió aquella mañana del último Viernes de Noviembre, al acercarme  a la puerta de entrada de la Terminal Sur del Puerto de Barcelona, por cierto, de reciente construcción. Mi objetivo, era tomar unas fotos que apoyaran a un futuro relato.
 Al ver el Policía que me acercaba a la garita tomando fotos de distintas perspectivas, antes de que el celo del que dispone todo Policía me preguntase, quién era yo; me identifiqué al Policía Portuario.
Gracias aquella identificación voluntaria, como un camionero que le gusta tomar fotos para mostrar a sus amigos virtuales, iniciamos una bonita, por enriquecedora conversación; la cual, me llevó a hilvanar este relato durante mi viaje de regreso a mi Salamanca.
 Provincia evocadora de sentimientos nostálgicos en este catalán de nacimiento, pero cuya sangre mestiza, le hace permanecer atento a ciertos "dejes" del acento de sus progenitores, para "cazar" al interlocutor que se acerque a él, y poder rememorar historias narradas por sus padres. Pues Jesús, es hijo de José y Carmen, salmantino él, turolense ella.
 Su progenitor, de origen charro, se crió en un pueblo cercano a Guijuelo; nació en una familia de ganaderos. Cuando se hizo buen mozo, emigró a Barcelona, donde se integró al trabajo del sector metalúrgico. Pero rápidamente su vida laboral buscó la alternativa de la conducción de camiones.
 Mientras su vida laboral se iba apuntalando, conoció Carmen, una aragonesa, nacida en tierra de dinosaurios, por ser Teruel la cuna de la madre de nuestro protagonista.
 A medida que la vida en común se fue asentando al amparo del sueldo de camionero, llegó a sus vidas, Jesús.
El chiquillo pronto se dejó embriagar por las emanaciones del tubo de escape de los camiones; acompañando a su progenitor en alguno de sus viajes.
Jesús, goza de la simpatía de los conductores
que franqueen la puerta que él custodia.
 No le hizo mucha falta, a medida que fue abandonando la pubertad, que le animaran para obtener los permisos que autorizan a la conducción de los tráilers. A sus 21 años ya empezó a conducir el camión, hasta que por circunstancias ajenas a su voluntad, se vio en la puerta del INEM.
 Durante los ocho meses que estuvo en la lista del paro, aprovechó su tiempo, para superar las pruebas de acceso a la Policía Portuaria.
 Mientras permanecí en las inmediaciones de su garita, antes de conocer que fue camionero, le observé ciertos detalles, que no pasaron desapercibidos. Como por ejemplo, cómo no dudaba en doblar su bisagra para recoger algunos tornillos quese deberían haberse desprendido de algunos de los innumerables camiones porta-contenedores que franquean la barrera de su garita.
 Quien es camionero de pro, no duda en recoger los elementos metálicos o punzantes que puedan estar sobre la zona de paso de los vehículos; y Jesús, no iba a perder las buenas costumbres, como bien pude comprobar la colección de tornillos que había recogido.
Celoso de sus funciones, no duda en
rememorar su pasado de camionero.
No duda en recoger cualquier objeto
que pueda perjudicar los neumáticos
de los vehículos que por su puerta pasen.
 A medida que nuestra conversación iba adquiriendo carrerilla, me di cuenta que sigue echando de menos la rosca, porque sus ojos se le iluminaban mientras abordaba la profesión de su padre, y por ende, la que el también desempeñó en sus primeros años de vida laboral.
 Ojalá, que todos los trabajadores que al pasar por delante de su garita le saludaban, lo sigan haciendo por mucho tiempo. Será bueno para ellos, pero mejor para este Policía, que habrá visto cumplido su deseo de dejar de ser un "número" eventual, para ocupar ya su plaza definitiva.
 Un placer, Jesús, catalán-charro y aragonés para más señas, haber intercambiado unas breves palabras, que bien han servdio para inspirar este perfil abreviado de un joven, que aprovechado tanto y tan bien el tiempo en su vida, que bien puede ser ejemplo de ser y parecer modelo de quien lucha por un sueño, bien lo puede conseguir, si se lo toma en serio....
Gracias Jesús, y que tengas siempre un buen servicio.

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