miércoles, 16 de noviembre de 2016

197)EL AMANECER A LA ORILLA DE LA RIA

 Concretamente la Ría de Avilés. Buenos días. Me complace escribir estas líneas por haber disfrutado de una amanecer especial junto a dos pescadores que les separan 40 años de vida.
GABRIEL Y EUTIMIO. PESCADORES ASTURIANOS
  Eutimio(67) jubilado de la construcción, y batería de por vida. Bien lee, estimado lector, porque este hombre de perenne sonrisa estuvo amenizando y marcando el paso con sus baquetas durante 36 años; ya que fue el batería del grupo Los Sider's. Grupo musical que amenizó las verbenas por aquellos praos asturianos; y por los que tanto debió retozar este hombre en sus años más "fibrosos"..
 Y quien ha tocado un instrumento será músico hasta el final de sus días. Y si no me cree, espero que algún día, si pasea junto a una pequeña playa, localizada en un lugar conocido como Samalandrán, a escasos diez minutos de Avilés, pueda conocer a este hombre en persona. Se dará cuenta que mientras habla con usted no deja de mover sus brazos. Difícil ha sido tomarle una instantánea, pues sus brazos parecían dar brío a sus baquetas de toda la vida. No me extraña que su primer trabajo a los 11 años fuese el de repartidor de periódicos con una bicicleta, porque brío para recogerlos y dispersarlos seguro que tuvo con tanto nervio.
EUTIMIO Y SU SONRISA... MOTIVOS PARA
""PESCAR" EL DÍA CON OPTIMISMO.
  Junto a él, se encontraba Gabriel(22) un joven vallisoletano de nacimiento, pero asturiano de corazón, por estar paciendo por estos lares desde que era un guaje. Una vida la suya, permita la comparación, que desentona con respecto a muchos quintos de su generación. Un chaval que lleva trabajando en el sector cárnico desde los 15 años. Que habla maravillas de aquel, su primer carnicero, por jefe, que le enseñó a manejar los cuchillos, coger y trasladar los canales sobre sus espaldas. Del que manifiesta que no renegará nunca, pues parte de lo que es, se lo debe a él.
 Esta joven carnicero, a orgullo expone, que ha trabajado en salas de despiece; lugares, que para quien los conoce, sabe que se desarrolla un trabajo desollador de espaldas y gasta caderas y  articulaciones varias. Por estar sus trabajadores sometidos a una presión y esfuerzo físico que no debe decaer ni un minuto para que la la cadena de "desarme" o despiece del animal sacrificado no decelere en su carrera para abastecer un mercado.
GABRIEL, UN JOVEN, CON MUCHO OPTIMISMO PARA
COMPARTIR...Y NO SOLO CON SUS PERROS. 
  Me resulto chocante, quizás por estereotipos sociales, por su piercing en su nariz, así con sus expansores de lóbulos de sus orejas, manifestase unos valores propios de otras generaciones. Quizás el disfrutar de una amanecer a su lado, y tras escribir estas líneas, al lector le suceda lo mismo que a mí; como es el de tener suficientes motivos como para no dudar de ciertas personas por su apariencia. Estoy seguro que a usted le habrá sorprendido que un camionero escriba este tipo de relatos. Por lo que si le molestado en mi apreciación con respecto a Gabriel, estamos en paz. A él desde luego que no; quizás por estar acostumbrado.
A PESAR DEL FRESCOR DEL AMANECER
GABRIEL ESTABA TAN AGUSTITO.
 Permita que continúe, para ensalzar a estas dos maravillosas personas, quienes antes de que la "Super-Luna" buscase su letargo al ser vencida por el amanecer, promulgaron en este camionero recién apeado de su litera, que se sintiera dichoso por haber coincidido con ellos.
 Pasamos un rato entretenido, entre chascarrillos diversos, propios de desconocidos; de dónde eres, a qué os dedicáis...etc. A pesar del frío, unos 11 grados, Eutimio había pasado toda la madrugada en el embarcadero. Eran las 6.30am cuando llegué a su vera. Y con su sonrisa, y un sólo calamar capturado, mantenía la esperanza de poder llevar a su hogar alguna captura más.
 Otro pescador se acercó, para preguntar qué tal se había dado; ante lo que Gabriel, con sorna, respondió:
 - "Unos cuantos....Pero no han dado la talla".
Dando a entender, que ninguno...
Pero no perdía la ilusión, y disponía de tiempo por estar de vacaciones. Hijo y hermano de camioneros, se sentía identificado conmigo. Quizas, sea una de las suertes del camionero. Pues todavía quedan personas que sientan apego por un oficio, admirado y muy respetado en otros tiempos; el cual, anda de capa caída, con respeto a algunas personas de la sociedad actual a la que servimos.
UN AMANECER PRACTICANDO UNA PASIÓN QUE
REQUIERE MUCHA PACIENCIA.
  A las 7.30 am retorné a mi cabina, por ser la hora de entrada del personal de la fábrica. Como no me llamaron para carga, volví sobre mis pasos, ya con las primeras luces del día hacia el embarcadero que protagoniza unas instantáneas de postín; aunque se trate de una zona portuaria, tiene su encanto. Por la tranquilidad que se siente, sólo interrumpida por los sonidos que emiten la maquinaria que trabaja en la margen contraria de la Ría.
Observar como la luz diurna, con sus contrastes de luces,  y las sombras remolonas del crepúsculo, junto con el despertar de gaviotas y otras aves, así como el oleaje, confirmaron un despertar distinto...Por especial, y sobre todo por conocer a Eutimio y Gabriel. Quienes claudicaron ante la falta de respuesta en sus respectivos anzuelos por parte de las distintas especies de pesca que se prodigan por estos lares asturianos.
DOS PESCADORES DE DISTINTAS GENERACIONES
MUY BINE AVENIDOS POR EL AMANECER.

 Ellos no vieron colmadas sus ilusiones de una pesca abundante, pero créame si le escribo, que este camionero comenzó su día, con una amplia sonrisa...

 ¡ Qué bonito es, tener alguien, a quién dar los buenos días al despertar de un nuevo día...!

 Hoy, han sido, dos pescadores...Mañana, quién sabe...¡  Lo que tengo claro, es que Gabriel y Eutimio, se han ganado, convertirse en protagonistas de éste su Blog...El de un camionero agradecido a la vida por toparse con personas maravillosas.

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