miércoles, 2 de noviembre de 2016

190) SERGIO, ¡VA POR SU MADRE!

 Cuando me dio por la escritura pública tuve que soportar ciertas acusaciones; las cuales se referían a la búsqueda intencionada de las historias narradas en mis publicaciones. Circunstancia por la que me sentí molesto, ya que cuando escribo sobre las anécdotas vividas a pie de carretera, lo hago a posteriori, como simple entretenimiento; quizás porque tras retornar a mi cabina, siento que merece la pena contarlo. Porque la vida se compone de pequeñas historias; la de cada individuo que pulula a nuestro alrededor. Y cada una de ellas disponen de moralejas que ayudan al prójimo.
SERGIO(35). FRENTE AL CAMIÓN CON EL TRABAJA.
DURA VIDA LA DEL AUTÓNOMO. 
 Es lo que me ha pasado este mediodía en un restaurante a medio camino entre Logroño y Zaragoza.
 Tras apearme, dirigí mis pasos hacia la puerta del establecimiento hostelero aledaño a una gasolinera. Oteando, desde la distancia, el resto de camiones; porque en ocasiones, se encuentra estacionado algún camión, de esos, que por su tuneado o serigrafiado personalizado, te hacen echar mano del móvil, para capturarlo y provocar la envidia o  el regocijo virtual de los amigos apasionados de estos vehículos. Fue entonces, cuando el eslogan o frase rotulado sobre una cabina:

 ¡MARIA DEL CARMEN

             POR MI MADRE..!

Provocó el irremediable deseo de fotografiar la tractora Volvo que manifestaba el amor por una madre. Menos mal que antes de pulsar para hacer la toma, me dí cuenta que el chófer estaba en el puesto de conducción. Decidí pedirle permiso, pues en la actual  sociedad, cada vez más reivindicativa, no deseaba tener problemas.
UN NOMBRE. DOS MUJERES IMPORTANTE EN LA
VIDA DE UN JOVEN CAMIONERO.
 ¡ Bendita la hora, en la que toqué  su puerta...! Pues descubrí a un gaditano de baja estatura, pero de grandes sentimientos y mejor sonrisa. No sólo me dio su consentimiento para tomar las fotos que acompañan estas líneas, sino que también me acompañó dentro del restaurante. Donde sentados a la misma mesa, continuó con la narración comenzada a la vera de su camión. Ya que, tras tomar la foto, y observar que me dirigía a fotografiar otra tractora; un Scania azúl tuneado, me preguntó,  si trabajaba para una revista. Su rostro manifestó contrariedad al conocer que era un simple compañero tomando fotos para mostrar vía wassap.
CAMIONES QUE IMANTAN LA MIRADA, DE PROPIOS
Y EXTRAÑOS DEL SECTOR. 
 Fue ahí, en ese momento, cuando decidí que su tractora podría ser el hilo conductor para componer un relato; para hacer ver a quién lo desee leer, que los camioneros, al afrontar nuestros viajes carreteros, deseamos todos retornar al único destino, el deseado por todos: nuestro hogar. Sea el de una madre, esposa o pareja en pecado. ¡Y el del single! Es justo mencionarlo.

 Le comenté, que "conocía" a un aficionado a esto de aporrear al teclado, que no a escribir historias. Pidiendo su consentimiento para hacerle llegar sus fotos y "narrarle" su pedacito de historia. No le importó. Aún a pesar, de conocer, que el recordatorio en honor a su madre, podía llegar a verse hasta en los confines de este mundo virtual. ¡Qué tanto nos avasalla!
 Quizás ese deseo, tenga algo que ver,  que no hace muchos años, sus conocidos le dijeron que el anterior Volvo que conducía, había sido fotografiado para apoyar un reportaje de la reputada revista Transporte Mundial; el cual, nunca llegó a ver, y que hoy reconocía, que le hubiera gustado haber  custodiado.
SERGIO, AUTÓNOMO PERO OPTIMISTA
Y CAMIONERO DESDE LA "CUNA".
 Permita el lector que le reseñe el "ego" que sentimos algunos camioneros para albergar una buena colección de fotografías de los vehículos conducidos en nuestra vida profesional. Y no le digo, si sale en un reportaje de alguna revista del sector. ¡Corremoss o volamos! Para comprar el número de la revista en cuestión..! Sin olvidar, el periódico.
 Gesto, el de comprar, que no le va hacer falta a este camionero de 35 años, pues este relato lo podrá leer sin salir pitando. En su reducto cabinero. En la tranquilad de la noche. Para que sienta orgulloso de su particular carrera profesional. Iniciada a los 21 años, recién licenciado de la Mili; donde obtuvo el permiso de conducir, que hoy le permite unir su Algeciras natal, con el resto de España, conduciendo orgulloso su camión....¡Por su madre!
 Hijo de camionero, aprendió a agarrar un volante del camión, antes que a soltarse de manos sobre la bicicleta. Por lo que por muchos buques que fondearan o atracaran en el estrecho y puerto algecireño, no dejó que la vocación de marinero germinara en su persona, y sí, la que llevaba dentro por impronta profesional de un padre, quien  a día de hoy sigue en la brecha. Deseoso de retornar a su Andalucia, para abrazar a la pequeña María del Carmen. Su nieta e hija de Sergio.
MILES DE CAMIONEROS PULULAN POR LA CARRETERA
DESEANDO VOLVER A SUS HOGARES. SU META. 
 Nombre, el de la pequeña, registrado en honor a su abuela materna. Fallecida antes de que llegara la mundo. Tras una deseada búsqueda.
 ¡Maldita vida...! Fue lo que pensé. Siempre nos da una de cal y otra de arena. Y sobre todo, por la forma en la que la madre de Sergio dejó este mundo,  a su marido y a sus tres hijos. Dos varones y una hembra. Quienes, en menos de tres meses,tras el diagnóstico, perdieron a una Señora y Madre; pero no han dejado de prodigar su recuerdo, al mencionar su nombre; ya sea para educar y corregir a su nieta, hija y sobrina, respectivamente.

 Este camionero que prodiga sobre la visera de su cabina el recuerdo de una madre, lucha cada día de su vida para cumplir con sus obligaciones de camionero autónomo; teniendo como premisa, retornar cuanto antes, al lado de su pequeña y esposa. Para aprovechar cada segundo, minuto, hora o día de sus descansos profesionales; los cuales, son siempre escasos...Por no decir injustos, para quienes estamos transportando cada día todo lo necesario para la vida. Desagradecida, en ocasiones, pero merece la pena, y mucho, vivirla; por quienes iniciaron el viaje sin retorno, para que sigan viviendo a través de nuestro recuerdo. Sea pronunciando su nombre o rotulándolo en la visera de un camión.

AGRADECIMIENTO: ¡Sergio un honor, y un privilegio haberte conocido! Para reflejar que aunque camineros, tenemos nuestros sentimientos. Los cuales, no los podemos prodigar tanto en persona, y sí por teléfono. Espero no haberte defraudado. Gracias.

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