domingo, 6 de noviembre de 2016

194) ELECTRICISTAS PARA UNA VIDA

¡ La nuestra..! La que disfrutamos con unas comodidades con las que ni si quieran soñaron nuestros ancestros. Las cuales, quizás no las valoremos tanto por disponer de ellas desde la cuna.
EDUARDO, ELECTRICISTA Y JEFE DE EQUIPO. 27 AÑOS
LIDIANDO CON LA MUERTE BAJO O SOBRE LAS TORRES.

 Algunas de esas comodidades dependen de la luz eléctrica; la cual llega a nuestros hogares gracias al trabajo de hombres sencillos, pero suficientemente preparados para afrontar peligros varios.
 Hoy por ser Domingo, usted habrá disfrutado de un baño calentito; habrá tomado ese café en su punto de temperatura marcada en su microondas; como está tarde, en su sillón o sofá, pasará una buena tarde abrigado por su calefacción. La que precisa de esa corriente, al igual que su vitrocerámica. Sin olvidar a esos espectadores que acudirán a los estadios de fútbol, que por disponer, algunos ya disponen de calefactoras eléctricos para disfrutar de su equipo de fútbol.
MANOLO JUNTO AL CAMIÓN GRUA QUE
CONDUCE POR LLANOS Y ESCARPADOS.

 Mientras tanto, hombres como Eduardo y Manolo, han pasado su fin de semana, a pie de tajo. Entre mazorcas de maíz, que  esperan a la cosechadora, la cual tras la siega devolverá a la vista esa panorámica tan castellana, por llana. Nada que ver, con las que están acostumbrados a contemplar estos dos asturianos; quienes junto con unos andaluces, forman una cuadrilla de electricistas que están acometiendo el cambio de la línea de alta tensión cercana a Salamanca; por estar ya los cables que la conforman deteriorados por el paso tiempo.
NI BARRO, NI LLUVIA DETIENEN A ESTOS
OBREROS ELECTRICISTAS. 

 Estos hombres no se achican, aún a sabiéndas que la tensión va a velocidad de la luz; a la que no tienen miedo a sabiendas, que si la tensión fuese una res brava, de Miura la catalogarían. Siendo bregada sólo por bravos maestros del torero. Y como "toreros" que son, ante la posibilidad de perder su vida por ser corneados por la descarga; la cual deja su impronta en sus cuerpos, tras recrearse por sus entrañas, sus compañeros no dejan de ser cómo los subalternos taurinos. Quienes nunca pierden de vista al compañero que esté en lo alto de esas torres metálicas.

MANOLO JUNTO AL TRACTOR QUE LES
HA AUXILIADO ESTOS DÍAS. 
Pues un simple fallo, puede acarrear un noticia fatídica para esas familias que les esperan en sus regiones de procedencia. De las que se separan por muchos días, sin ser camioneros. Como quien escribe, que se ha quedado impresionado al conocer que Eduardo ha estado trabajando, no sólo por toda España, sino también,  en Mauritania; tejiendo esa particular tela de araña de acero, aportadora de la energía necesaria para el discurrir de nuestros días.
EDUARDO POSA FRENTE A LAS ESTRUCTURAS DE
MADERA. ASEGURAN EL PASO DE PEATONES Y VEHÍCULOS 

 Ayer diluviaba en Salamanca, y esta cuadrilla no suspendió su particular brega, pese a las inclemencias. Todo lo contrario, si sus todoterrenos no pueden llegar a pie de torre, recurren al paisano labrador, quien con su tractor asiste a estos profesionales de las alturas, por estar impracticable el terreno de maizales.
 Para un lego en la materia, despierta admiración, observar cómo estos hombres luchan contra los elementos naturales para llegar a su objetivo; esos esqueletos metálicos, que desde la distancia, se asemejan a un humano descabezado. Y del que se cuelgan con una línea de vida, de cuyo arnés y su resistencia, se preocuparan sus familias; desconozco si encendiendo unas velas a la Santina, cuando no, a la Virgen del Rocío.
BOBINAS DE CABLE Y DISTINTOS
MATERIALES CONFORMAN LA CARGA.
Para que éstos abnegados subalternos retornen a sus hogares, donde abrirán sus particulares Puertas Grandes; tras las cuáles, recibirán sus trofeos más valorados, en forma de abrazos y mimos, por haber vuelto indemnes de su particular brega ante la corriente. La cual es cortada en fines de semana para no perjudicar la actividad industrial. Pero no siempre, trabajan con su particular res eléctrica enchiquerada; por lo que alguno de estos bravos electricistas han sufrido esa particular cornada que las ha llevado, si no en helicóptero, sí en ambulancia, hasta los hospitales comarcales de referencia y más cercanos a esa maldita torre de la que fueron derribados.
DISTINTAS A ESTRUCTURAS METÁLICAS
PROTECTORAS ANTE SUS TRABAJOS ELÉCTRICOS.

 Rememoraba Eduardo, a un joven compañero que en estos días se está todavía recuperando de una descarga eléctrica. Como también, se lamentaba, de las veces que estos compañeros han acudido al sepelio del electricista muerto en acto de servicio.
 A la hora que este relato está siendo completado, estos valientes electricistas para con nuestra vida, estarán descansando en sus habitaciones arrendadas, de su particular lucha contra el tiempo desapacible que les ha obligado a derrochar doble esfuerzo para entregar la acometida encargada en una semana.
MIENTRAS LOS DEMÁS DESCANSAN
ELLOS TRABAJAN POR Y PARA SU "LUZ"
Retornarán a sus lugares de origen, y será sólo entonces, cuando al salir paseando desde su Salamanca, quizás este camionero, vuelva a pasear por debajo de esos cables, de los que tanto huímos el resto de los mortales, mientras estos trabajadores asumen un riesgo, no siempre reconocido...Por y para vosotros han sido escritas estas líneas...Nada peligrosas, y que rinden un homenaje de admiración hacia vuestro arrojo...

 Agradecimiento: ¡Un placer, Manolo y Eduardo! Gracias por vuestro tiempo y sobre todo por vuestro consentimiento. Nos veremos por esos caminos de Dios. ¡Seguro!

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