sábado, 9 de enero de 2016

126)EL PLAZA IMPERIAL: SU SILENCIO

  Quien no ha escuchado en su niñez a una madre, si no a una abuela, que se iban a la "Plaza" a realizar sus mandaos o recaos para avituallar a la despensa hogareña. Seguro que en muchas ocasiones  habrá rememorado ese recuerdo para esbozar la mejor sonrisa promulgada por la nostalgia.
PUESTOS DE VENTA AMBULANTE EN PLAZA
 Al igual que rememorará en la actualidad, aquel bullicio  que conformaban las distintas plegarias de los mercaderes para que las doñas repararan en su puesto a comprar lo que precisaran. Pero no sólo el bullicio lo complementaban el elenco pregonero del comerciante, sino también las distintas conversas del público que pululaba entre los puestos que conformaban la Plaza, sea en los Mercados bajo cubierta, como en el mercadillo instalado en los centros neurálgicos de la vida mercantil, sea de una capital de provincia, cabeza de partido, o en la pedanía.
 A medida que la evolución comercial ha ido provocando la exterminación del pequeño negocio autónomo de toda la vida, la aglutinación de los comercios bajo una gran estructura de construcción moderna ha dado lugar al cierre de comercio de las plazas de toda la vida para reunir a las distintas franquicias en un sólo recinto comercial.
TIENDA CERRADA POR CAMBIO A OTRO CENTRO.
 Muchas fueron las tiendas que se aglutinaron en Zaragoza en el año 2007 en unos terrenos aledaños a la carretera N-ll, en dirección a Madrid, en un centro comercial amparado por la denominación de "Plaza Imperial".
 En aquellos años previos al estallido de la burbuja inmobiliaria, la sociedad zaragozana se reunían bajo la estructura faraónica que aparenta la construcción de este edificio para realizar sus compras al ambrigo cuando arreciara el viento frío del Cierzo; sin olvidar que también buscaban el frescor del aire acondicionado en los meses veraniegos. Así como era el perfecto lugar para pasar una velada ideal para llevar al lige a disfrutar de una sesión de cine, sin olvidar, que era el perfecto lugar para almorzar o cenar en los ratos libres.
PASILLOS VACIOS Y TIENDAS CERRADAS EN PLENAS
REBAJAS, UNA ESCENA QUE NO ME ESPERABA EN
EL PLAZA IMPERIAL DE ZARAGOZA.
 Como camionero, en aquellos años pude gozar en mis ratos de espera por una carga en estas instalaciones de paseos varios, donde comprar no es que comprara mucho, pero la vista bien que la distraía uno, rodeado de multitud de personas que promulgan un bullicio que hacían sentirse menos sólo a quien en realidad no disponía de compañía en su jornada diaria.
 Quizás por eso el título de este relato sea tan explícito, porque el ambiente tan desangelado que me encontré ayer en el Plaza Imperial, por ser inicio de las Rebajas, no me lo esperaba.
  Un breve paseo charlando con un mecánico maño me devolvió a la realidad, tras estar rememorando aquellos años del auge de esta "Plaza". Según me narró, la emigración de las empresas textiles a otro centro más cercano a la Basílica del Pilar, denominado Puerto Venecia, ha provocado que el silencio sólo roto por el eco de los pasos de quien pasee entre escaparates vacíos, y locales cerrados, sea le verdadero protagonista a día de hoy en el Plaza Imperial.
LA ESCENA NO INVITABA AL OPTIMISMO
  Cuándo en el 2012 Supermercados Eroski cercó sus 12000mts cuadrados dedicados para la compra abastecedora principal de una familia, y las distintas empresas textiles iniciaron su particular mudanza al Puerto Venecia, la sociedad maña pensaba que era la puntilla para convertir este mega centro comercial en un oasis para buscar el silencio. Pero gracias a que los supermercados Simply han abierto 4000mts cuadrados parece que el goteo ha cesado a la espera de según fuentes, en el mes de Noviembre el centro comercial imante a la atención del cliente en sus reconversión en un conglomerado de tiendas outlet.
LA FNAC TAMBIÉN SE "MUDA"
 Muchas veces los estudios de mercado no pueden predecir lo que pueda dinamitar las esperanzas de un empresario o grupo de empresarios a la hora de afrontar un proyecto, pero lo que me quedó claro ayer mientras paseaba intentado amoldarme al silencio del Plaza Imperial, es que el hombre propone y las circunstancias económicas, que no la Providencia, promulgan el cambio de rumbo de una tripulación, para que su nave comercial no zozobre; y con la nueva expansión urbanística y demografía que se espera en los próximos años  para esta zona de la Capital aragonesa, y las ganas de seguir bregando contra las tormentas económicas, se puede asegurar que pronto volveré a escuchar el bullicio, que nunca se debería haber convertido en un susurro, porque va la vida laboral de muchos profesionales aragoneses del sector comercial.

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