125)LA PESGA, EVOCADORA Y NOSTÁLGICA
Si hay una particularidad que guardan en común los núcleos municipales extremeños es que su variedad constructiva te puede devolver en el tiempo a los años difíciles de nuestra Historia.
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QUIZAS TENGA QUE VER EL CAMBIO
CLIMÁTICO, PERO ESTA FOTO FUE
TOMADA A PRIMEROS DE ENERO
EN LA PESGA ( CACERES) |
Quien admire a las personas de antes, bien puede darse un paseo por el centro urbano de cualquier población extremeña para disfrutar de unas vistas evocadoras y nostálgicas. Es fácil encontrar en ese paseo a ancianos que no dudan en responder cortésmente a la hora que impere en ese momento. Un buenos días, buenas tardes o buenas noches pueden ser el pasaporte para el turista que le permita entablar una conversación con el nativo rural. Pues los mayores extremeños, hasta los meses del invierno, en cuanto el Sol les concede su presencia temporal, aprovechan para hacer "vida" a la puerta de sus casas. Aunque sea para echar un parlao con la vecina, sin olvidar al vecino que por su puerta pase en pos de sus obligaciones.
Esa conversación puede enriquecer de tal manera al recién llegado, que se puede imaginar como los ancestros extremeños construyeron sus moradas apoyados por una ingeniería tradicional; como por ejemplo, en las fachadas denominadas hurdanas, en los que los cantos de piedra conformaban los muros exteriores, en las que se pueden observar unos agujeros por donde los albañiles de la época sujetaban sus andamios de madera para ascender en su construcción, y dotar de la altura deseada por el promotor de la obra.
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CONSTRUCCIÓN HURDANA. LA PESGA |
Es increíble como aquellas gentes construían sus moradas en espacios reducidos, al ser los pueblos colonizadores de laderas montañosas, y en terrenos en pendiente, donde la orografía no presuponía la facilidad a la hora de construir sus viviendas.
En el año 2015 la variedad de fachadas pueden conformar la historia de la albañilería extremeña. Como también la indumentaria de los pobladores más mayores, puede suponer para el visitante una representación real de lo leído o contemplado en los distintos métodos de comunicación, sea virtual o prensa ordinaria; cuando no, por haber convivido en su infancia con personas que vistieron con unas ropas, que en pleno siglo XXl siguen estando de moda para algunos jubilados.
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EN LAS ENTRAÑAS DE UN PUEBLO SE
PUEDEN DESCUBRIR VESTIGIOS DE LA
ARDUA LABOR DE LA MUJER DE ANTES
PARA LAVAR A MANO LAS ROPAS DE LOS
MORADORES Y DE SI HOGAR. |
Quizás, al pasear por los núcleos de las poblaciones extremeñas, usted pueda toparse en su camino con mujeres vestidas de luto riguroso por la muerte de un ser querido; y si el difunto fue el cabeza de familia, quizá la mujer que lo estime oportuno no abandonará la ropa negra en su armario mientras viva. Al igual que también usted se encontrará a ancianos ataviados con su característica boina negra, la misma que algunos nos evoca el retorno imaginario de un ancestro desde la otra vida; quizás porque lo imaginemos en la faena del campo de aquellos tiempos, arrascándose la cabellera por debajo de este característico complemento del anciano de pueblo, o bien dejando entrar la corriente para el enfriamiento de la sesera al estar trabajando a pleno Sol.
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ADELAIDO Y ASUNCIÓN, OCTOGENARIOS
EXTREMEÑOS. DESBORDAN VITALIDAD
Y MUCHAS GANAS DE SEGUIR VIVIENDO. |
Cuando quien escribe, en algunas ocasiones maldice su vida camionera tras acabar su jornada de conducción, por verse sólo en su cabina; un paseo por cualquier pedanía o población en la que vaya a pasar el descanso, hace que me sienta un privilegiado al encontrar a personas mayores que me hacen sentir en ese momento como su nieto postizo, aunque sea por un rato.
Hace unos días, pude conocer a Adelaido y su esposa Asunción, quienes a sus 85 años desprendían una lozanía en sus gestos y vocabulario que para mí los querría para el futuro. No sólo por ver los desenvueltos que se andaba el matrimonio, sino también por la picardía que se expresaban mutuamente en sus miradas.
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LAS CONSTRUCCIONES ANTIGUAS TODAVÍA RESISTEN
EL PASO DE LOS TIEMPOS MIMETIZÁNDOSE ENTRE LAS
LEVANTADAS A BASE DE LADRILLO. |
Aquellas miradas compartidas a lo largo de una vida, en aquel ratito que permanecí a su lado, les dibujaba como si se tratara de jóvenes ennoviados. Gracias a sus explicaciones pude entender el por qué de aquellos agujeros en las fachadas conformadas por piedras. Como así pude conocer ciertos aspectos de la vida rural de aquellos tiempos en los que en estos parajes extremeños, todo avance llegaba siempre más tarde que a los distintos municipios que estaban en la llanura castellan, como por ejemplo el teléfono, la televisión, incluso la luz eléctrica llegó con dificultad a estos lares extremeños. Quizás tenga que ver la difícil orografía que rodea a las poblaciones extremeñas que se hayan entre sierras colmadas por un rica flora y fauna, siempre que el poblador las respete; porque para nuestra desgracia ciertos intereses creados a lo largo de una vida propiciaron que algún desalmado quemara los pinares que enverdecen el paisaje contemplado en cuanto usted levante la persiana de la casa rural, hostal o bungalos con los que cuenta en La Pesga y en los pueblos cercanos, que conforman un paraíso muy particular donde relajar al cuerpo y a la mente.
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LOS OLIVARES QUE RODEAN EL PUEBLO
APORTAN LA LEÑA PARA CALENTAR
EL HOGAR DURANTE EL INVIERNO. |
Menos mal que el tiempo todo lo cura, y donde hubo cenizas y un paisaje desolador, gracias a la repoblación y el ciclo vital de la Naturaleza, se va observando en el verdor de los nuevos pinos que pronto darán sombra a la sinuosidad de la carretera que le ingresa en el pleno corazón de la Hurdes; un paraíso, el extremeño, que quien lo contempla se enamora para siempre; deseando poder volver para sentirse dichoso de conocer Extremadura, sus parajes, y sobre de todo poder tratar a sus gentes....
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