domingo, 10 de enero de 2016

127) TAXISTA: "CARRERAS" PARA LA VIDA

 Así se puede referir la cotidianidad en la jornada laboral de estos abnegados chóferes; pues está bien recordar que si las "familias de bien" disponen de su chófer, el pueblo llano también puede recurrir al servicio de estos profesionales, quienes se convierten en nuestro chófer mientras dure la carrera que nos lleve al destino deseado, y que a ellos bien que les sustenta su vida.
TAXISTA SALMANTINO INICIA SU CARRERA, MIENTRAS
SUS COMPAÑEROS ESPERAN A SU CLIENTE PARA
EFECTUAR LA BAJADA DE BANDERA.


 Gracias a estos hombres y mujeres que ven pasar la vida a través de los retrovisores y lunas de sus vehículos, no sólo mientras conducen, sino también mientras esperan en sus paradas, leyendo un periódico o escuchando la radio, así como echando una cabezadita mientras aguardan que un cliente abra la puerta de su taxi para ordenar la bajada de la bandera que motive el inicio de una particular carrera, la del taxista, que llegará al destino marcado con profesionalidad manifiesta por ir por el camino recto, y nunca dando rodeos. Mucho han cambiado los tiempos, que ahora el taxista novel utiliza el navegador, venga de serie o ventoseado sobre el parabrisas, dejando para el recuerdo el mapa dibujado en la memoria de los taxistas de toda una vida, quienes llegaron con prontitud a su destino, sin usar una tecla, y si tirando de experiencia carretera.
EL TAXISTA, RECURSO UTILIZADO EN MUCHAS OCASIONES POR LA TELEVISIÓN. EN LA IMAGEN
ANNE IGARTIBURU SALIENDO DE UN TAXI PARA
ENTRAR EN LA CASA DE BERTIN OSBORNE.

 Cualquier ciudadano puede llegar a su destino sintiéndose afortunado, y sin tener que disponer de vehículo propio.
Cualquiera de nosotros disponemos de algún recuerdo emotivo que se ha forjado en el interior de un taxi. Estos recuerdos de una vida han tenido como testigo al fiel conductor que hemos "arrendado" para poder llegar a un hospital, a una reunión de trabajo, de ocio, cuando no de familia; sin olvidar aquellos desplazamientos realizados en el taxi para llegar a una terminal para coger un vuelo, un autobús, sin olvidar el barco, y cuanto menos el ferrocarril, sin preocupaciones de buscar una plaza de  aparcamiento donde estacionar nuestro vehículo, el cual, gracias al taxi, se ha quedado bien custodiado en la cochera de nuestra casa.
Debemos reconocer que la tranquilidad que aporta el servicio del taxista no tiene parangón, pues gracias a su labor, un anciano o una mujer embarazada puede emprender un viaje sabiéndose respaldado por el chófer del taxi, quién en  antes de bajar la bandera, ya ha dispuesto en su maletero las maletas portadas por sus insignes viajeros, sin que estos, por sus limitaciones se vean azorados por el peso de sus partículares hatillos.
TAXISTA CHARRO AYUDANDO
A BAJAR EL EQUIPAJE DE SUS
CLIENTES EN LA ESTACIÓN DE TREN
 Si usted es de los que van caminando por la vida observando las vidas y maneras de personas que se encuentren en el radio de acción de su mirada, bien que habrá visto como el taxista pasa sus horas de espera en la parada a la que haya llegado tras su última carrera, acicalando su vehículo para que si usted desea demandar su servicio lo encuentre en perfecto estado de revista. Es fácil ver como estos profesionales de la conducción cuando no están con la bayeta abrillantando la consola de mandos, se encuentran con el limpiacristales y abrillantador, cual Karate Kid, dando cera y quitando cera para que cuando  su próximo cliente  se aposente en su moderno carruaje, se sienta como un mandatario observando desde su asiento el dirimir de la vida exterior sin ninguna mota de suciedad que embadurne su campo visual a través de la ventanilla.
TAXISTA BARCELONES
PARADO EN RETENCIÓN
 Al igual que si usted permanece atento podrá observar como estos abnegados de la santa paciencia no se les caen los anillos para que un persona se acerque a la ventanilla donde comprará su billete con presteza, y sin peso para sus mancillados cuerpos por alguna lesión que les obligue a caminar con muletas y bastón. Yo he visto como en algunos casos, al taxista le ha primado que su cliente pueda coger su medio de trasporte aéreo, ferroviario o de línea en tiempo y de buena forma, antes de ponerse en disposición de iniciar una nueva carrera.
 Lo pude comprobar en Barajas, mientras aguardaba a que mi Señora terminase su jornada laboral como conductora de autobús de Alsa, que traslada al personal aeroportuario entre los parkings y distintas terminales del aeropuerto madrileño. Allí pude ver como los taxistas madrileños, una vez cobrada su particular carrera, y después de haber descargado los bultos de su huésped viajero, y cerrar su taxi, para disponerse a acompañar a la persona desvalida por una discapacidad, por lesión temporal o embarazo muy desarrollado, hasta la zona de mostradores donde la azafat@ de tierra de la compañía aérea despachan el "salvoconducto" para iniciar su particular vuelo.
EL TAXI ES HERRAMIENTA DE
TRABAJO, PERO TAMBIÉN PUEDE
SER EL MEDIO DE LOCOMOCIÓN
DE LA FAMILIA DEL TAXISTA EN
SUS DESCANSOS SEMANALES.

 Así como también lo he podido comprobar en las terminales ferroviarias y autobuses de Salamanca, donde he comprobado como en algunos casos particulares el taxista a acompañado a la carrera cargado con alguna de las innumerables maletas de  su cliente, que resultó ser un perezoso olvidadizo de poner el despertador para iniciar, ya en su domicilio el viaje en tiempo y forma para atacarse de los nervios; convirtiéndose el taxista en su salvador lacayo para que el ilustre viajero no se tropezase en su particular carrera que hiciera no perder su autobús, tren, barco o avión.

 Al igual que he compartido distintas tertulias con algunos taxistas para dar forma a este relato de homenaje; las últimas, por ejemplo, en la estación de autobuses salmantina,  en plena madrugada tras las afamada Nochevieja Universitaria, en cuya parada, algún taxista se lamentaba, que para sus intereses profesionales esa noche ya no había pintado como las primeras fiestas de hace años; en la que los jóvenes estudiantes venían por sus medios a Salamanca, y no tan organizados ya, en paquetes turísticos, en las que los chavales llegan ya en autobuses desde sus lugares de residencia, por lo que la demanda del taxi se ha visto relegada.
TAXISTAS EN ESPERA LA
ESTACIÓN DE AUTOBÚS CHARRA
TRAS LA NOCHEVIEJA UNIVERSITARIA.

 Como también, antes de ayer, pude charlar con dos experimentados taxistas aragoneses en la parada frente a la pue Terminal del Aeropuerto de Zaragoza. Estos dos profesionales presumían de haber aguantado los envites de la crisis, así como de los piratas de su sector. Personajes, que no personas, que no dudan en exponer al viajero en una "carrera" que saben ilegal, y que desampará al transportado en caso de accidente. Pues el viajero lesionado se verá desamparado, porque las aseguradoras a la hora de investigar las circunstancias que han dado pie a un atestado levantado por la Autoridad, llegan hasta límites insospechados, para dejar de apoquinar ciertos dineros a viajeros que nunca debieron coger ese falso taxi, carente de autorización para bajar la bandera ante un viaje, y nunca carrera como la que realiza el verdadero taxista, ese que en tiempos de la Exposición Universal celebrada al pie del Ebro, llegó a pagar hasta 37 millones de las antiguas pesetas para poder iniciar su particular actividad.
PARADA DE TAXIS AEROPUERTO DE ZARAGOZA.

  En la actualidad, una persona que quiera echarse para las calles aragonesas, que no para el monte con su taxi lo tiene más fácil, pues deberá afrontar una inversión que oscila entre los 90.000 € y 100.000€ que deberá apoquinar para conducir su nuevo taxi, incluyendo por supuesto, el derecho a ocupar parada donde esperar al viajero.
 Los  taxistas aragoneses con quienes charlé un rato, presumían, a la vez que no entendían, de que a escasos kilómetros de donde nos encontrábamos, en la Factoría automovilística de Opel en  Figueruela, los políticos se habían fotografiado con un vehículo impulsado por hidrógeno; el cual podría condenar  a aquellos propulsados por gasolinas y gasóleos al ostracismo más absoluto, por ser más barato y menos contaminante; pero bien que exponían estos veteranos profesionales, que la autoridad de las petroleras es muy alargada, más que la sombra que dibujan las gigantescas factorías donde convierten el petróleo en combustible para dotar de brío, y sin olvidar el  "lastre" que supone para las carreras de los taxistas. Sirva como ejemplo, que esos  hombres, llevaban esperando dos horas la llegada de un vuelo procedente de Milán; ahelando que algún  viajero presto de prisas por llegar al amparo de la Virgen Morena, se aposentara tras de su asiento, para bajar la bandera que le reportara al taxista unos 21€ aproximados que salvaran la recaudación del día.
CUANDO EL DIA ACOMPAÑA
LOS TAXISTAS HACEN TERTULIA
EN LOS BANCOS ALEDAÑOS A SU PARADA
 No quiero dejar de mencionar en este relato de reconocimiento a mis compañeros de profesión (pues todos somos "chóferes" aunque ellos guíen un turismo, y yo un camión) que su vida laboral se ha visto en los últimos tiempos amedrentada, y de qué manera, por la proliferación de distintas aplicaciones (las cuales  obviaré mencionar para no dar publicidad gratuita) conocidas por todos, que están consiguiendo que una profesión muy venerada por nuestros ancestros, se vea ultrajada en su particular servicio; porque se debe reconocer que la labor tan encomiable que realizan estas personas desde su puesto de conducción, no tiene parangón, por muy barato que resulte realizar ese ansiado viaje con personas que no hemos visto en la vida.
LOS TAXISTAS CONOCEN A LOS
FURTIVOS DE SU PROFESIÓN, PERO
SE VEN INDEFENSOS ANTE LA JUSTICIA.
  Me gustaría que cualquier joven adolescente aventajado en eso de volar del nido familiar, que hoy se aventura a iniciar un viaje con un desconocido,  que tirara de hemeroteca; y se diera cuenta que en algunos casos, quien en principio se  había convertido en un promulgador de la "lozanía" para con su bolsillo , por hartimañas varias, pasó a ser su abusador, y en algunos casos violador durante el trayecto.
 Han sido pocos casos, de momento, pero haberlos hailos, por haberse topado en su camino con "conductores"(que no chóferes) sin escrúpulos que han visto como la virtualidad que nos avasalla les ha descubierto ciertos caminos para regocijarse  con ciertos beneficios, y en los casos antes referidos, también de "retozos forzados".

 No debo olvidar tampoco hacer mención a aquellos profesionales del taxi que se han dejado su vida en una "carrera maldita". Esa carrera en la que se vieron forzados a participar porque el abnegado taxista nunca conoce el proceder y antecedentes del viajero que se aposenta tras su puesto de conducción. ¡Cuántos taxistas se han visto ultrajados, por haberse convertido su taxi en el objetivo de mercenarios que ajustaron las cuentas con el viajero, y por herrar o no dejar testigos se llevaron por medio la vida de un abnegado de la conducción callejera...!
LOS TAXISTAS CONFIAN
EN LA PROVIDENCIA PARA
QUE LE CUBRA SUS ESPALDAS.
  En el año 2010 un taxista charro fue abatido en una carrera, por  transportar a un viajero al que tenía en su particular objetivo, una persona que al disparar sobre el taxi, mató al taxista, mientras que el objetivo real para con aquella munición, por el viajero, salió huyendo para no acompañar al taxista en su último viaje. Así como aquellos profesionales taxistas, que se han visto sujetando sus entrañas mientras esperaban una ambulancia que les socorriera tras sufrir el tajo de una navaja  propulsada por un malnacido que convirtió el taxi en su particular diligencia moderna a la que atracar pero sin emboscarse, pero sí aposentandose en el asiento trasero.

 A lo largo de mi vida he conocido y tratado, sea como amigo o viajero, a profesionales del taxi; quienes desbordan un orgullo por su  ancestral profesión, que ya les gustaría a otras actividades apoquinadoras de emulumentos varios; quienes no sólo presumen de ser taxista, sino que también alardean de ser niet@, hij@ o sobrin@ de personas, jubiladas unas, y partidas hacia la última morada, las otras; que supieron inculcar en sus vástagos el amor por una profesión que siempre está en plena espera de iniciar su particular carrera, ésa que les aporta siempre el motivo para mirar a la vida con la mejor de sus sonrisas....

  ¿ A dónde le llevo...? Con usted al fin del mundo, admirado taxista...


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