sábado, 23 de abril de 2016

157) EL HANDICAP DEL CAMIONERO

 En los primeros años del siglo XXl en los que gran parte de la humanidad presume de los avances tecnológicos que han convertido, para algunas personas, nuestra vida en una permanente añoranza de otros tiempos del siglo pasado, el camionero no se ha librado del cambio de actitud del ciudadano y de la autoridad que gobierna los municipios y ciudades a donde llega con su camión para proveer o cargar en los distintos almacenes o fábricas.
¡QUÉ DIFÍCIL ES SER CAMIONERO, CUANDO
YA SE NOS PROHIBE APARCAR EN POLIGONOS!
 Quienes tenemos la inmensa fortuna de poder desarrollar esta profesión tan necesaria para conformar las ilusiones y proyectos de vida de personas, hemos visto como de ser admirados, respetados y tratados a cuerpo de rey en nuestros destinos, hemos pasado a ser vejados por ciudadanos y responsables de las recepciones o consignas de los lugares a los que llegamos.
 Sirva como ejemplo el caso soportado por un colega  murciano en un almacén de Churra (Murcia). A la hora de entregar los albaranes, el recepcionista le pidió el camionero su número de teléfono para llamarle cuando le correspondiese su turno de descarga. El camionero, cariacontecido, le respondió:
 -Lo siento, me han robado en Francia el móvil mientras dormía en mi cabina. Hasta que no llegue a la casa no puedo comprarme uno.
El recepcionista, en vez, solidarizarse con el camionero, le recriminó con malos humos:
 - ¡Entonces, cómo te voy a llamar...Por señales de humo..!
 El camionero desdichado por el robo, y ultrajado en su persona por la contestación inapropiada del recepcionista, le preguntó:
 - ¿ Podría quedarme por aquí, hasta que usted me llame..?
El engreído recepcionista, se creció en su autoridad logística, y le conminó a volver a su camión de malos modos, y con un tono arrogante que nos sorprendió a quienes fuimos testigos de la escena.
 ¡Váyase a su camión y venga dentro de dos horas. A ver si le toca..!
¡EN MUCHOS LUGARES YA NO SOMOS BIEN RECIBIDOS! 
 Le pido por favor, estimado lector, que se ponga en la persona del compañero camionero. Después de haber sido drogado mientras dormía en su cabina con un gas por los dueños de lo ajeno en un área de servicio francesa; y tras despertar aquella mañana con un malestar físico, y ver cómo su cabina había sido removida por el/los asaltantes en territorio extraño; se encuentra con la incomprensión de un paisano, y en su propia tierra. ¿Cómo se le quedaría el cuerpo..? Quizá se sentiría como el camionero murciano, humillado y de  mala hostia; teniendo que salir de la dependencia con la cabeza gacha, para no crecerse ante el recepcionista maleducado, y no responderle de malos modos para no ser "castigado" con la sentencia de la  no recepción de su mercancía; y por ende, abrir otro frente de conflicto con su jefe. Porque usted debe conocer, que los jefes de los camioneros, en muy pocos casos defienden a su pupilo, y casi siempre se alían con el recepcionista. Bien entenderá usted, que es más fácil despedir a un chófer, que perder a un cliente potencial de cara al futuro.
 Pero no sólo los camioneros nos encontramos con la incomprensión del recepcionista de turno, sino que también en pleno s.XXl, los profesionales de la carretera nos sentimos, permíntame la comparación desmesurada, como los refugiados sirios a las puertas de Europa. Que buscan en nuestro continente la paz y el sosiego para su descanso tras kilómetros recorridos huyendo de la guerra en la tierra de sus ancestros.  Quiero decir con esto, que  los camioneros, tras la lucha diaria con las visicitudes de la carretera, nos encontramos que cuando llegamos a nuestro destino, la autoridad gubernativa ha prohibido el estacionamiento a la vera del almacén urbano en  donde, desde tiempos inmemoriales, habíamos estacionado sin problemas.
¡SON YA DEMASIADOS LOS LUGARES EN
LOS QUE SOMOS "REPUDIADOS'..!
¿A qué puede ser debido la adopción de estas medidas que ponen "rejas" al camionero que le impiden  buscar su "oasis urbano" para descansar sin miedo a ser robado, cuando no apaleado por intentar defender su carga..? Pues verá usted, quizás también tengamos los mismos camioneros la culpa de que ya no seamos bien recibidos en ciudades, pueblos "súper-habitados" y algunos polígonos industriales. Bien lee usted, porque en algunos polígonos industriales también se nos veta el descanso. Y todo, por la dejadez de la que vamos haciendo tras nuestra marcha. Sin olvidar, la intransigencia del vecino recién llegado, que desconoce, que antes que su vivienda de reciente construcción, el almacén o centro comercial ya recibía a distintos operadores de transporte.
 Como camionero, puedo entender el malestar de algunos vecinos, y por ende, el de la autoridad de aquellos municipios, que han visto como algunos chóferes, dejan abandonadas a su suerte, bolsas de basura, desperdicios orgánicos; sin olvidar, su "orinal cabinero", por la botella rellenada con sus deposiciones urológicas.
EL CAMIONERO CON SU ACTITUD INCIVICA
PROVOCA SU EXPULSIÓN DE CIERTOS LUGARES.
 A veces me pregunto, si estos profesionales del volante, se pueden denominar "camioneros", porque quienes amamos esta profesión, y fuimos educados o instruidos por profesionales de  toda la vida, bien que nos enseñaron a respetar al prójimo. Entendiendo como que el "prójimo" puede ser en el mañana nuestro  cliente, como hoy puede ser el ángel auxiliador en momentos de desdicha, sea por enfermedad, como por estar perdido a la hora de localizar nuestro destino.
 Puede ser que a medida que las nuevas tecnologías han aislado al ciudadano y al camionero en su reducto mundo virtual, aquellas buenas maneras recíprocas se hayan olvidado con el cambio de siglo. Quizás porque ahora nos sentimos más capaces de cumplir con nuestras expectativas de vida, sin tener que interrumpir el paseo o marcha de un conciudadano; para darle las gracias por habernos ayudado a encontrar nuestro destino, porque nos sentimos respaldados por una voz enlatada monitorizada, y que ni si quiera  esboza esa sonrisa humana, como la que también nos hace sentir a algunos camioneros, cuando llegamos, pero también cuando nos vamos de su amparo en pos de un nuevo destino, donde por ser camionero, quizás no se nos trate como se debería.
¡Seamos educados, por favor..! Quizás estamos a tiempo de erradicar ciertos handicap, que rondan a una profesión solidaria y necesaria para con la existencia y progreso del ser humano...

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