187) JORGE: EL PEQUEÑO COMPAÑERO
Por mucho que disfrute escribiendo, no tengo una imaginación tan prodigiosa cómo la que desarrolla las historias narradas en libros de autores consagrados. Por lo que me valgo de escenas que contemplo en mi día a día, para una vez, aislado junto a la soledad, en mi cabina, dejar que pase el tiempo de la espera por la carga o la descarga, dando brío al teclado.
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LOS CAMIONEROS ABASTECEMOS A SU MESA
DESDE PRIMERA H |
A la hora de hilvanar estas líneas, estoy esperando la llamada del almacenista que permita la descarga de mermelada y tomate que transporto. Ingredientes fundamentales para empezar el día agasajados por un suculento desayuno. El cual, puede incluir una tostada, que decorada con mermelada o tomate pueden aportar esa energía necesaria para torear al día. Mi imaginación me traslada al hogar de Jorge, mi pequeño "compañero". A esa hora de previa antes de ir a la guardería. Que habrá dedicado a desayunar su "lechita" y algún dulce. Quien sabe, si su madre, le habrá tentado, por su corta edad, con una de estas tostadas.
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EL MEMBRILLO CASERO, ALIMENTO
IDEAL PARA NUESTROS PEQUEÑOS. |
Con el fin de irle acostumbrado en esas buenas costumbres de una alimentación sana, por variada. Bien hará Jorge, en hacer caso a su madre, si quiere, de hoy en bastantes años, emular a este camionero; quien el Sábado, admiró su pericia con el manejo de un camión sobre uno de los bancos, desde donde se puede usted sentar para contemplar, no sólo la belleza pétrea del ágora salmantino: sino también el trasiego de foráneos y locales en sus quehaceres turísticos o cotidianos. Porque Salamanca ofrece multitud de posibilidades para disfrutar de un día. Como por ejemplo, poder jugar a ser camionero. Es lo que Jorge hacía, bajo la atenta mirada protectora de su madre; y la furtiva, de este chófer, que no pudo por menos que inmortalizar un momento de la vida de cualquier niño. Aunque no todos tuvimos, ni tendrán, la oportunidad de tener tanto público alrededor de momentos lúdicos inolvidables. Como tampoco, el lugar para desarrollar esos juegos, podrá ser una plaza, bautizada como la Plaza Mayor de Europa en el año 2005.
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BANCO DE LA PLAZA MAYOR CHARRA
DONDE JORGE JUGABA A SER CHÓFER. |
Donde se congregan multitud de ciudadanos de nacionalidades distintas. Corto se quedó ese apelativo acuñado para diseñar una programación cultural que conmemoraba el 250 aniversario de tan emblemática obra de los Churriguera.Erigida en piedra franca de Villamayor. Y con la que Jorge, quien sabe, si el día de mañana, al no acordarse de que fue un pequeño chófer, se decantara por el arte. Esculpiendo o tallando con el cincel aporreado por la maza para dar vida pétrea a distintas obras con las que sus padres se sentirán orgullosos. Como lo estaban del pequeño mozo, en el momento en el que me acerqué para pedirles permiso, con el que poder apoyar gráficamente este relato, que ahora usted está leyendo. Ya que, como la Humanidad se está deshumanizando tanto en el siglo XXl, este camionero, no quería mancillar la privacidad de los juegos de mi "pequeño compañero".
¡Qué pericia demostró con su rígido basculante de juguete..! Al "evitar" que el pequeño caballaje del motor del camión, propulsado por su manita, hiciera recorrer el vehículo hasta casi despeñarse "banco pabajo". Quedando el vehículo en equilibrio sobre sus ejes traseros. Demostrando Jorge, que a su corta edad, bien sabía cómo salir de aquella posible caída hacia el abismo; por el suelo conformado por unas baldosas de granito colocadas en 1953. Consiguiendo llevar marcha atrás el camión, hasta el otro extremo de su particular carretera.
Al presentarme a sus cuidadores, como un camionero aficionado a narrar lo que contempla desde la perspectiva de sus viajes, le dije a su madre, que el chaval apuntaba maneras para aspirar a ser mi compañero en un futuro, cada más incierto, para las nuevas generaciones. Su progenitora, con una sonrisa, que engalanaba su bello rostro, me dijo:
- "Quién sabe lo que será el día de mañana, pues también le tiran los tractores". Señalándome hacia el cochecito sobre el cual, Jorge, se deja llevar. Pues debo reseñar, que a los profesionales del sector, entre los que le incluyo a Jorge, adoramos que nos lleven y nos traigan. No sólo nuestras madres. Sino también aquellos amigos o familiares con los que compartamos un viaje durante un fin de semana o vacaciones de nuestro trabajo de correcaminos emperdenío.
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LA MADRE DE JORGE, ASPIRA A QUE SU
HIJO OCUPE UN DESPACHO. ¡ LÓGICO! |
Retornando a la conversación con la madre de Jorge, me apuntaba, que a ella la encantaría que su pequeño, fuese ingeniero. Le dije:
-¡Apañá va usted con sus aspiraciones para con su mochuelo! Porque sólo veo un camión, un tractor y un cochecito de bomberos. Es decir, que mi pequeño compañero, sentía predilección por distintos vehículos.
Permita el lector, que barra para mis fueros, pero le reseñé a la Señora madre, que siendo camionero, se puede ser feliz. Siendo la falta de los seres queridos y amigos, el único escollo por el que tanto advierto a los aspirantes a camionero, que se lo piensen antes de pasar o rememorar los juegos de una infancia cómo hacía Jorge, y verse con mucha carretera por delante. Siendo los retrovisores del camión los perfectos aliados para alargar, un poquito bien más si cabe, el recuerdo de momentos imborrables junto a los seres queridos al amparo de la Catedral, las Torres de la Clerecía...
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LOS MONUMENTOS DE SALAMANCA, SON LOS QUE
DIVISAMOS LOS CAMIONEROS DESDE LA LEJANÍA. |
Construcciones enmarcadas en el espejo retrovisor cada vez que partimos de una ciudad, la cual no deja indiferente a nadie. Y si no que se lo pregunten a los jóvenes aspirantes a impregnar de colores o carboncillo un lienzo. Alemanes eran, quienes sentados frente a Jorge, intentaban inmortalizar en sus cuadernos, el Ayuntamiento de Salamanca. A quienes, Jorge, no prestó atención. Menos mal, porque si no, hubiese perdido a un futuro compañero de profesión. Por cierto, muy guapo.¡Y bien rubio! Que bien nos vendría para limpiar la imagen del camionero. Porque de tripones, desaliñados nos tienen las féminas de nuestra vida. Y cómo poco deportistas. Menos mal, que la madre de Jorge, podrá compartir en sus redes sociales de cabecera, que quien escribe, les abordó, ataviado con una equipación ciclista. Y apeado de su bicicleta.
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LA VIDA DEL CAMIONERO ES DURA,
PERO TAMBIÉN TIENE SUS ENCANTOS. |
Gracias por su permiso para enarbolar y poder apoyar gráficamente un relato dedicado a Jorge y a todos los que fuimos niños y niñas. Y que hoy nos dedicamos a una profesión imprescindible para el buen discurrir de la vida prójima. Ojalá que siga habiendo muchos niños o niñas, que cómo Jorge, siga recordando a sus mayores, que existen oficios, que sin ser Diplomaturas, exigen mucha preparación y ante todo responsabilidad y dedicación...
¡ Te espero en la ruta, admirado Jorge...!
Nota: Pido disculpas a la Madre de Jorge. Quien autorizó a que publicase unas preciosas fotos de su hijo jugando en la Plaza Mayor de Salamanca. Y que inexplicablemente he perdido por problemas técnicos o por haber borrado por descuido toda la memoria del smartphone. No querido variar ninguna coma de este relato con el que bien podrá el lector imaginar la escena. Por lo que reitero mis disculpas, tanto a la familia. Como a usted lector. Espero que las fotos incluidas en como apoyo, les sean de su agrado. Prometiendo, que intentaré regresar a la misma hora, a ver si pillo de nuevo desprevenido a Jorge, mi pequeño compañero. Y por ende, a su madre Es una pena la pérdida de esas imágenes. Porque no siempre un desconocido tiene el permiso de unos padres para publicar fotos de su hijo. Saludos. Y gracias por su comprensión.
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